Como muchos de los heridos se encuentran en estado grave, la cifra de víctimas mortales podría aumentar.
El portavoz del Ministerio del Interior, Saad Maan, señaló que los dos terroristas suicidas utilizaron chalecos con explosivos.
Por el momento nadie ha asumido la autoría del ataque. La milicia terrorista Estado Islámico (EI) se ha adjudicado en el pasado numerosos atentados en Irak.
La televisión iraquí elevó el número de heridos a 95, pero el responsable del departamento de sanidad de la capital, Abdel Ghani al Saadi, informó que 20 de ellos habían sido tratados y dados de alta.
Los testigos indicaron que las detonaciones se produjeron cerca de un grupo de trabajadores de la construcción, en un área conocida también por albergar una estación de transporte y numerosas tiendas. La misma zona ha sido escenario de explosiones similares desde 2003.
A mediados de 2016 más de 280 personas murieron en Bagdad en el que hasta ahora ha sido el más devastador atentado del Estado Islámico, cuando un coche bomba estalló frente a un centro comercial.
En noviembre de ese mismo año un terrorista suicida al sur de la capital mató a más de 70 personas cuando hizo estallar en una gasolinera un camión con explosivos.
Los extremistas perdieron en 2017 casi todo el territorio que controlaban en Irak y en la vecina Siria. El Ejército iraquí recapturó, entre otros, el que fuera el bastión del Estado Islámico en el norte de Irak, la ciudad de Mosul y el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, aseguró que el grupo yihadista había sido vencido en el país.
Sin embargo, pese a las derrotas militares, el EI no está del todo vencido. Muchos extremistas se han escondido en el amplio territorio del desierto en el oeste de Irak. Los observadores estiman que, al igual que hacían antes, reforzarán sus acciones de guerrilla y atentados.
El portavoz del Ministerio del Interior, Saad Maan, señaló que los dos terroristas suicidas utilizaron chalecos con explosivos.
Por el momento nadie ha asumido la autoría del ataque. La milicia terrorista Estado Islámico (EI) se ha adjudicado en el pasado numerosos atentados en Irak.
La televisión iraquí elevó el número de heridos a 95, pero el responsable del departamento de sanidad de la capital, Abdel Ghani al Saadi, informó que 20 de ellos habían sido tratados y dados de alta.
Los testigos indicaron que las detonaciones se produjeron cerca de un grupo de trabajadores de la construcción, en un área conocida también por albergar una estación de transporte y numerosas tiendas. La misma zona ha sido escenario de explosiones similares desde 2003.
A mediados de 2016 más de 280 personas murieron en Bagdad en el que hasta ahora ha sido el más devastador atentado del Estado Islámico, cuando un coche bomba estalló frente a un centro comercial.
En noviembre de ese mismo año un terrorista suicida al sur de la capital mató a más de 70 personas cuando hizo estallar en una gasolinera un camión con explosivos.
Los extremistas perdieron en 2017 casi todo el territorio que controlaban en Irak y en la vecina Siria. El Ejército iraquí recapturó, entre otros, el que fuera el bastión del Estado Islámico en el norte de Irak, la ciudad de Mosul y el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, aseguró que el grupo yihadista había sido vencido en el país.
Sin embargo, pese a las derrotas militares, el EI no está del todo vencido. Muchos extremistas se han escondido en el amplio territorio del desierto en el oeste de Irak. Los observadores estiman que, al igual que hacían antes, reforzarán sus acciones de guerrilla y atentados.