A los 92 años, Resnais comienza a sentir algunos achaques físicos que le impidieron hacer el viaje desde París a Berlín, reveló una de sus actrices predilectas, Sabine Azema, pero su inmensa personalidad fue homenajeada tras la proyección de su película, una adaptación de una obra del dramaturgo británico Alan Ayckbourm.
"Aimer, boire et chanter" gira en torno a tres parejas que hacen teatro aficionado y están ensayando una obra. Poco a poco el espectador va descubriendo que las tres mujeres --encarnadas por Sabine Azema, Sandrine Kiberlain y Caroline Silhol-- estaban enamoradas de un tal George, un personaje que nunca aparece y de quien solo se sabe que le queda poco tiempo de vida a causa de una enfermedad.
El actor Hippolyte Girardot destacó con vehemencia el lado experimental que sigue teniendo el cine de Resnais. "En 2014, cuando casi asistimos al fin del cine, que haya un tipo como Alain Resnais, con un pensamiento, con ideas, y no con ideologías, puestas al servicio del público, es algo increíble", dijo.
"A Resnais le gustaba mucho el surrealismo. La película se llamaba inicialmente 'La alegría de vivir', pero luego le sonó mejor 'Amar, beber y cantar', tenía mucha más musicalidad", agregó.
"Lo que es formidable en las películas de Resnais es que él no trata de disimular que todo es falso, que estamos en una ficción, que estamos jugando, que todo está en la imaginación, en lo que compartimos con el espectador cuando decimos: ahora yo seré un elefante y tu serás un médico. El cine de hoy en día se está muriendo a causa del realismo", exclamó.
Girardot dijo también que "Amar, beber y cantar" le hace desde el cine "un guiño al teatro".
Sabine Azema explicó que Resnais quiso hacer en esta película "un homenaje al cine, al teatro, a las historietas, a la radio. Él es un hombre de espectáculo, alguien muy inventivo; le gustan todas las artes. Fue él quien lanzó la moda del teatro en el cine".
Igualmente recordó que el oficio de Resnais al comienzo de su carrera fue de montador. "El montaje es algo específico del cine. Y él es muy lúdico".
El dramaturgo Jean-Marie Besset, quien tradujo la obra de Ayckbourn e hizo la adaptación, recalcó que Alain Resnais "siempre ha tenido una relación especial con la literatura. Recordemos sus adaptaciones de libros de Marguerite Duras y Alain Robbe-Grillet ".
"Él siempre ha estado a contracorriente de la moda. Es la tercera vez que adapta una obra de teatro de Ayckboum. Su película anterior era una adaptación de 'Eurídice', de Jean Anouilh", añadió.
El productor Jean-Louis Livi dijo por su lado que aun cuando Resnais es una gloria del cine francés es cada vez más difícil para él conseguir financiación para sus películas.
"Es algo triste, que produce consternación. Es injusto, indigno, que un realizador de su talla tenga dificultades para montar sus proyectos. Pero cuenta con algunos incondicionales y ya estamos preparando su próxima película. Para mí él está cerca del genio, es alguien como Polanski o Kaurismaki", recalcó.
El dibujante Christian Hecker, que hizo para el film unos bellos dibujos que alternan con los paisajes y la escenografía, dijo que "Alain Resnais parece anacrónico, desprendido del tiempo, de la moda, tiene la serenidad de un viejo pintor, de un viejo artista. Además es loco por las historietas".