Álex de la Iglesia
"Cuanto más local eres, más éxito tienes. Si veo cine iraní, quiero ver cómo viven los iraníes", dijo De la Iglesia, uno de los cineastas más reconocidos de su país, en una charla el martes en el Instituto Cervantes de Nueva York a la que también asistió Rodríguez.
"La chispa de la vida" (2012), con José Mota y Salma Hayek y fuera de la competición oficial, arranca con un tema recurrente hoy en día en España: un hombre que queda en el paro y no encuentra trabajo, dando lugar a una ácida reflexión sobre el dinero, el modo de ganarse la vida y los medios.
"La marca España existe gracias al cine. Mostramos nuestros problemas, nuestras alegrías, nuestro comportamiento, los lugares que se ven", explicó el cineasta vasco de 46 años autor de, entre otros filmes, "El día de la bestia" (1995) y "Perdita Durango" (1997).
Al defender un cine "español", De la Iglesia recordó por ejemplo que los estadounidenses "también son localistas". "Han vendido la marca Estados Unidos a todo el mundo. Venden una cosmovisión. Por eso todos lloramos cuando llegamos a Nueva York", señaló.
Para Alberto Rodríguez, la buena recepción de su fuerte policial "Grupo 7" (2012), que tiene su estreno internacional en Nueva York y sí participa en la competición oficial, se debe precisamente a que es una "película que trata un tema universal desde una perspectiva local".
"Grupo 7" cuenta la historia de ascenso, victorias, derrotas y corrupción de una unidad de cuatro policías encargada de erradicar el narcotráfico en el centro de Sevilla en los años previos a la Feria Internacional de 1992.
El filme, el quinto de Rodríguez, muestra un poco "la tarea del barrendero en otoño", ya que "no hay manera de barrer las hojas" que caen y caen, en referencia a la lucha casi inútil contra el narcotráfico.
A pesar del fuerte acento andaluz de algunos de sus personajes, y ciertos costumbrismos que pueden resultar difíciles de comprender para los extranjeros, "el público ha entrado en la película", comentó Rodríguez.
De todos modos, el filme tiene distribución asegurada aún en Estados Unidos ya que recién "ha comenzado su andadura internacional", admitió este cineasta de 40 años y oriundo de Sevilla.
Para De la Iglesia, la presencia de estos dos filmes españoles en el Festival de Tribeca -para el que han sido seleccionados 89 películas y 60 cortometrajes que representan a 46 países-, es "un gran éxito", dado lo "difícil" que es tener un lugar en estas citas y "conseguir repercusión internacional".
"España es uno de los países de Europa que genera más atención fuera de sus fronteras. Lo que tenemos que hacer es estar en más festivales para abrir nuevos mercados y con la misma urgencia presentar nuestras películas en internet", sostuvo.
El Festival de cine de Tribeca celebra su 11ª edición hasta el domingo 29 de abril.
"La chispa de la vida" (2012), con José Mota y Salma Hayek y fuera de la competición oficial, arranca con un tema recurrente hoy en día en España: un hombre que queda en el paro y no encuentra trabajo, dando lugar a una ácida reflexión sobre el dinero, el modo de ganarse la vida y los medios.
"La marca España existe gracias al cine. Mostramos nuestros problemas, nuestras alegrías, nuestro comportamiento, los lugares que se ven", explicó el cineasta vasco de 46 años autor de, entre otros filmes, "El día de la bestia" (1995) y "Perdita Durango" (1997).
Al defender un cine "español", De la Iglesia recordó por ejemplo que los estadounidenses "también son localistas". "Han vendido la marca Estados Unidos a todo el mundo. Venden una cosmovisión. Por eso todos lloramos cuando llegamos a Nueva York", señaló.
Para Alberto Rodríguez, la buena recepción de su fuerte policial "Grupo 7" (2012), que tiene su estreno internacional en Nueva York y sí participa en la competición oficial, se debe precisamente a que es una "película que trata un tema universal desde una perspectiva local".
"Grupo 7" cuenta la historia de ascenso, victorias, derrotas y corrupción de una unidad de cuatro policías encargada de erradicar el narcotráfico en el centro de Sevilla en los años previos a la Feria Internacional de 1992.
El filme, el quinto de Rodríguez, muestra un poco "la tarea del barrendero en otoño", ya que "no hay manera de barrer las hojas" que caen y caen, en referencia a la lucha casi inútil contra el narcotráfico.
A pesar del fuerte acento andaluz de algunos de sus personajes, y ciertos costumbrismos que pueden resultar difíciles de comprender para los extranjeros, "el público ha entrado en la película", comentó Rodríguez.
De todos modos, el filme tiene distribución asegurada aún en Estados Unidos ya que recién "ha comenzado su andadura internacional", admitió este cineasta de 40 años y oriundo de Sevilla.
Para De la Iglesia, la presencia de estos dos filmes españoles en el Festival de Tribeca -para el que han sido seleccionados 89 películas y 60 cortometrajes que representan a 46 países-, es "un gran éxito", dado lo "difícil" que es tener un lugar en estas citas y "conseguir repercusión internacional".
"España es uno de los países de Europa que genera más atención fuera de sus fronteras. Lo que tenemos que hacer es estar en más festivales para abrir nuevos mercados y con la misma urgencia presentar nuestras películas en internet", sostuvo.
El Festival de cine de Tribeca celebra su 11ª edición hasta el domingo 29 de abril.