Moreno señaló que hizo la convocatoria “en su calidad de presidente del Movimiento” y con un orden del día que comprende la convocatoria a la Séptima Convención Nacional, un pronunciamiento sobre la consulta popular y decidir el encargo de la Secretaría Ejecutiva y de la segunda Vicepresidencia de AP.
Estos cargos del Movimiento fueron copados por los dirigentes Gabriela Rivadeneira y Ricardo Patiño, en una reunión anterior en que decidieron quitar la dignidad de presidente de la agrupación al mandatario, resolución que Moreno y sus seguidores no reconocen.
Las impugnaciones a esa resolución deben dirimirse en el Tribunal Contencioso Electoral, organismo que aún no ha tomado una decisión.
Los contrarios a Moreno difundieron un comunicado en el que advierten que la convocatoria de Moreno, “carece de validez y debe entenderse como parte de las maniobras de sus oscuros consejeros”.
En medio de esta pugna, dirigentes del ala “correista” de AP, anunciaron que el ex presidente Rafael Correa, llegará a Guayaquil el próximo sábado 25 de noviembre en la madrugada y que efectuará un recorrido por las ciudades de Quito, Cuenca y Guayaquil, previo a la convención de sus seguidores convocada para el tres de diciembre.
El asambleísta Juan Cristóbal Lloret, anunció que “trabajarán junto con el ex mandatario durante toda la semana sobre las líneas políticas que impulsará el movimiento político en las próximas semanas”.
La división del movimiento oficialista en dos facciones se gestó desde los primeros días de la asunción al poder de Moreno, cuando los cambios que dio a la administración, el manejo económico y el rumbo social, se distanciaron de las líneas que adoptó su antecesor y que llamó “revolución ciudadana”.
Por ese cambio de estilo, Correa calificó de “traidor” a Moreno, abriéndose un camino de réplicas a través de las redes sociales y un distanciamiento que no tiene solución inmediata, dándose el irónico caso de que el Movimiento AP, es al mismo tiempo gobierno y oposición.
Correa permanecerá en Ecuador hasta el 4 de diciembre cuando volverá a Bélgica donde reside actualmente con su familia.
Estos cargos del Movimiento fueron copados por los dirigentes Gabriela Rivadeneira y Ricardo Patiño, en una reunión anterior en que decidieron quitar la dignidad de presidente de la agrupación al mandatario, resolución que Moreno y sus seguidores no reconocen.
Las impugnaciones a esa resolución deben dirimirse en el Tribunal Contencioso Electoral, organismo que aún no ha tomado una decisión.
Los contrarios a Moreno difundieron un comunicado en el que advierten que la convocatoria de Moreno, “carece de validez y debe entenderse como parte de las maniobras de sus oscuros consejeros”.
En medio de esta pugna, dirigentes del ala “correista” de AP, anunciaron que el ex presidente Rafael Correa, llegará a Guayaquil el próximo sábado 25 de noviembre en la madrugada y que efectuará un recorrido por las ciudades de Quito, Cuenca y Guayaquil, previo a la convención de sus seguidores convocada para el tres de diciembre.
El asambleísta Juan Cristóbal Lloret, anunció que “trabajarán junto con el ex mandatario durante toda la semana sobre las líneas políticas que impulsará el movimiento político en las próximas semanas”.
La división del movimiento oficialista en dos facciones se gestó desde los primeros días de la asunción al poder de Moreno, cuando los cambios que dio a la administración, el manejo económico y el rumbo social, se distanciaron de las líneas que adoptó su antecesor y que llamó “revolución ciudadana”.
Por ese cambio de estilo, Correa calificó de “traidor” a Moreno, abriéndose un camino de réplicas a través de las redes sociales y un distanciamiento que no tiene solución inmediata, dándose el irónico caso de que el Movimiento AP, es al mismo tiempo gobierno y oposición.
Correa permanecerá en Ecuador hasta el 4 de diciembre cuando volverá a Bélgica donde reside actualmente con su familia.