El prestigioso certamen internacional, que abre sus puertas al público este sábado, es un homenaje a la creatividad, versatilidad y experiencia de los arquitectos latinoamericanos, capaces de combinar con belleza las nuevas tecnologías con la ecología y los "materiales pobres".
En los espacios del Arsenal y de los Jardines de la Bienal lucen los proyectos de los arquitectos colombianos Simón Vélez y Giancarlo Mazzanti, por un trabajo ingenioso de alta calidad.
Mientras Simón Vélez presenta su trabajo en guadua, el acero de los pobres, con una estructura que fue colgada de un techo en la zona central de los Jardines, Mazzanti participa con "Trustics", una instalación que funciona como un juguete que reacciona ante las personas y cuenta a través de videos cómo la comunidad se apropia de espacios públicos para disfrutarlos y defenderlos en barrios pobres de Medellín, Bogotá y Santa Marta.
-Lejos del lujo y de lo monumental -
Lejos del lujo y de lo monumental, el GrupoTalca, formado en la escuela chilena de arquitectura de la Universidad de Talca, un punto de referencia para la profesión, presenta su mirador de madera, un cubo desmontado y luego montado frente a las apacibles aguas de la laguna veneciana, ideado y realizado por la comunidad para desarrollar el turismo ecológico en Pinoguacho, entre perdidos bosques de los Andes chilenos.
"Nosotros llevamos la arquitectura donde el arquitecto no llega", explica a la AFP Rodrigo Sheward, quien junto con Martín Solar fue invitado por su compatriota Alejandro Aravena, director artístico de la Bienal, para mostrar sus diseños participativos, de gran impacto social.
La experiencia de la escuela de Talca inspira al comisario del elegante pabellón chileno, el profesor Juan Román, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca, quien seleccionó 15 proyectos de arquitectura rural.
"Son proyectos realizados por estudiantes de esa zona para obtener el grado de arquitecto. La mayoría son de escasos recursos, no han podido ni siquiera venir a Venecia. Estudiantes que están ligados cultural y económicamente con la tierra, lo que queda expresado en sus obras", explicó a la AFP Román, premiado en 2015 con el Global Award de la arquitectura sostenible que concede la Locus Foundation de París.
Una cortina de bolsas de plástico transparente cubre las paredes del pabellón chileno y arrulla como los vientos andinos, sumergiendo al visitante en el tema de la Bienal: la urgencia de una arquitectura más humana y sostenible.
En el interior, están expuestas las 15 delicadas maquetas de casas y otras edificaciones diseñadas por los estudiantes, que incluyen en sus proyectos materiales locales e incluso desechos agrícolas y forestales.
Se trata de una "arquitectura funcional pensada para mejorar en forma concreta la calidad de vida de los habitantes. Ha sido muy valiente el jurado que nos seleccionó", explica Román poco antes de que el Ministro de Cultura chileno, Ernesto Ottone, inaugurara con bombos y platillos el pabellón.
La gran cita veneciana presenta asimismo proyectos e ideas de Argentina y de Perú, representado por el llamado Plan Selva para la construcción de centenares de escuelas modulares en la selva amazónica.
También México, Uruguay, Venezuela, Ecuador y Paraguay dan un toque latino y una visión más social al evento internacional.
Además, el Pritzker brasileño Paulo Mendes da Rocha (1928) recibirá este sábado el León de Oro a la Trayectoria 2016.