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Política
En una entrevista exclusiva con el sitio de Al-Manar, Qandil advirtió que cualquier aventura contra Siria haría frente a una intensa resistencia popular. Él dijo que el liderazgo sirio estaba comprometido con las reformas, y señaló que los manifestantes no buscan las reformas, como dicen, sino que quieren acabar con el poder de la Resistencia, representado por Siria.
Él criticó la última postura de Turquía en relación con los acontecimientos en Siria y recordó que los dirigentes turcos saben cómo tratar con los rebeldes kurdos y dijo que quienes estén comprometidos con la estabilidad de ese país deben poner fin a la interferencia de sus servicios de Inteligencia en él y dejar de repetir la famosa mentira de las manifestaciones “pacíficas”.
Qandil, quien confirmó que la participación saudí en los sucesos de Siria no era nueva, dijo que el rey saudita Abdula bin Abdul Aziz no dispone de las credenciales democráticas y reformistas suficientes como para dar consejos a otros. Él añadió que el rey saudí debería estar pensando en la manera de introducir reformas en su propio reino antes de aconsejar a otros.
El analista libanés añadió que las informaciones preliminares sugieren un progreso enorme sobre el terreno en relación a las operaciones militares llevadas a cabo por el Ejército sirio. Él reveló que las fuerzas armadas sirias estaban tomándose su tiempo por razones de seguridad.
Qandil dijo al sitio de Al-Manar que las presiones extranjeras contra Siria reflejan el punto muerto alcanzado por la así llamada oposición en el escenario interno, así como el colapso de todos los intentos realizados para sumergir a Siria en el caos. Él señaló que los EEUU, Turquía y otros países de la OTAN están decepcionados por la actuación de la oposición siria durante el mes sagrado del Ramadán. Él dijo que esta decepción había sido doble porque el Ejército sirio había mostrado un alto nivel de cohesión y un compromiso con el presidente Bashar Assad, así como con los principios y valores nacionales.
Según Qandil, la nación siria ha expresado a lo largo de la últimas semanas su rechazo a la sedición y el caos. Él dijo que el pueblo sirio había puesto de manifiesto los complots de las milicias de la oposición y sus operaciones terroristas, señalando que lo ocurrido en Hamah, Dayr az-Zur, Banias, Daraa, Yisr as Shugur y otros sitios fue una representación clara de esta realidad.
Qandil apuntó a la retórica de tensión adoptada por Turquía, Arabia Saudí y algunos países occidentales y, sobre todo, por EEUU. Él dijo que estos países tenían temor ahora a perderlo todo, dado que lo que tiene lugar en Siria es una serie de operaciones militares llevadas a cabo por grupos armados apoyados por la Inteligencia turca.
Él añadió que las presiones sobre Siria reflejan la decepción de estos países con el curso de los acontecimientos , añadiendo que la mayoría popular en el país árabe se encuentra todavía en el lado del presidente Bashar Al-Assad y se está ampliando, contrariamente a lo que afirman los rumores. También afirmó que las reformas continuaban, que las autoridades sirias están comprometidas a seguir esta vía hasta el final y que los manifestantes no buscan reformas sino que quieren destruir el poder de la Resistencia, representado por Siria.
Qandil habló en este contexto de una verdadera conspiración encabezada por una alianza “no sagrada”, que incluye a Qatar y Turquía, así como a otros estados. Él expresó su convicción de que la región ha entrado en la fase decisiva de la confrontación en contra de la conspiración contra Siria y advirtió que cualquier aventura militar contra este país haría frente a una feroz resistencia popular.
Respondiendo a una pregunta sobre la postura adoptada por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien declaró que su ministro de Exteriores visitaría Damasco con “firmes” mensajes, Qandil afirmó que la mejor respuesta era la dada por la asesora presidencial siria Buthaina Shaaban cuando indicó que si el ministro de Exteriores turco visitaba Damasco con “firme” mensajes, entonces tendría que escuchar respuestas “aún más firmes”.
Qandil dijo que Siria no aceptará ninguna intromisión en sus asuntos internos y añadió que cualquier estado patriótica que hiciera frente a tal situación, actuaría igual que hace Siria. Él recordó que los dirigentes turcos saben bien como tratar a los rebeldes kurdos y mencionó además la diaria actuación de la administración estadounidense en contra del terrorismo.
Él añadió que aquellos que estén comprometidos con la estabilidad de Siria deben poner fin a la intervención de sus servicios de Inteligencia en apoyo a los rebeldes y dejar de mentir hablando de manifestaciones “pacíficas”. El expresó su convicción de que la confrontación con aquellos que obedecen las órdenes de EEUU no puede ser una batalla en el terreno de la lógica, sino una sobre el terreno.
Qandil señaló que los turcos buscan intervenir en los asuntos internos de Siria imponiendo a los Hermanos Musulmanes como socios del gobierno sirio. Sin embargo, él afirmó que tales deseos no se harían realidad. “Los que recurren a la violencia y rechazan el diálogo y las reformas no buscan una asociación,” indicó.
En cuanto a la postura de Arabia Saudí, expresada por el rey Abdula bin Abdul Aziz, Qandil dijo que la participación saudí en los acontecimientos de Siria no era nueva y comenzó en el momento en que estalló la crisis en ese país. Él mencionó, en este contexto, a los grupos manejados por el príncipe Bandar bin Sultan dentro del Movimiento del Futuro y el 14 de Marzo en Líbano así como a otros en Jordania e Iraq. Él dijo que estos grupos han llevado a cabo un contrabando de armas y dinero destinados a la oposición armada siria.
También destacó el papel jugado por los medios de comunicación que poseen vínculos con la monarquía saudí., mencionando en especial a los periódicos As-Sharq al-Awsat y Al-Hayat, así como al canal de televisión Al-Arabiya, que se han convertido en instrumentos que exhortan al pueblo sirio a un enfrentamiento civil. Aunque algunos han dicho que el rey saudí no tenía conocimiento de estos detalles en un principio, Qandil dijo que no cabe duda de que ;el ha estado siguiendo las órdenes norteamericanas.
Qandil indicó que el rey saudí, Abdula bin Abdul Aziz carece de credenciales democráticas y reformistas suficientes como para dar consejos a otros, añadiendo que el monarca debería de estar pensado en la forma de introducir reformas en su propio reino antes de aconsejar a otros.
Se preguntó, por último, acerca de la “sabiduría” de destruir al único estado anti-israelí que queda en el mundo árabe. Dijo que el rey saudí sabe esto y que ésta era la cuestión real.
Él criticó la última postura de Turquía en relación con los acontecimientos en Siria y recordó que los dirigentes turcos saben cómo tratar con los rebeldes kurdos y dijo que quienes estén comprometidos con la estabilidad de ese país deben poner fin a la interferencia de sus servicios de Inteligencia en él y dejar de repetir la famosa mentira de las manifestaciones “pacíficas”.
Qandil, quien confirmó que la participación saudí en los sucesos de Siria no era nueva, dijo que el rey saudita Abdula bin Abdul Aziz no dispone de las credenciales democráticas y reformistas suficientes como para dar consejos a otros. Él añadió que el rey saudí debería estar pensando en la manera de introducir reformas en su propio reino antes de aconsejar a otros.
El analista libanés añadió que las informaciones preliminares sugieren un progreso enorme sobre el terreno en relación a las operaciones militares llevadas a cabo por el Ejército sirio. Él reveló que las fuerzas armadas sirias estaban tomándose su tiempo por razones de seguridad.
Qandil dijo al sitio de Al-Manar que las presiones extranjeras contra Siria reflejan el punto muerto alcanzado por la así llamada oposición en el escenario interno, así como el colapso de todos los intentos realizados para sumergir a Siria en el caos. Él señaló que los EEUU, Turquía y otros países de la OTAN están decepcionados por la actuación de la oposición siria durante el mes sagrado del Ramadán. Él dijo que esta decepción había sido doble porque el Ejército sirio había mostrado un alto nivel de cohesión y un compromiso con el presidente Bashar Assad, así como con los principios y valores nacionales.
Según Qandil, la nación siria ha expresado a lo largo de la últimas semanas su rechazo a la sedición y el caos. Él dijo que el pueblo sirio había puesto de manifiesto los complots de las milicias de la oposición y sus operaciones terroristas, señalando que lo ocurrido en Hamah, Dayr az-Zur, Banias, Daraa, Yisr as Shugur y otros sitios fue una representación clara de esta realidad.
Qandil apuntó a la retórica de tensión adoptada por Turquía, Arabia Saudí y algunos países occidentales y, sobre todo, por EEUU. Él dijo que estos países tenían temor ahora a perderlo todo, dado que lo que tiene lugar en Siria es una serie de operaciones militares llevadas a cabo por grupos armados apoyados por la Inteligencia turca.
Él añadió que las presiones sobre Siria reflejan la decepción de estos países con el curso de los acontecimientos , añadiendo que la mayoría popular en el país árabe se encuentra todavía en el lado del presidente Bashar Al-Assad y se está ampliando, contrariamente a lo que afirman los rumores. También afirmó que las reformas continuaban, que las autoridades sirias están comprometidas a seguir esta vía hasta el final y que los manifestantes no buscan reformas sino que quieren destruir el poder de la Resistencia, representado por Siria.
Qandil habló en este contexto de una verdadera conspiración encabezada por una alianza “no sagrada”, que incluye a Qatar y Turquía, así como a otros estados. Él expresó su convicción de que la región ha entrado en la fase decisiva de la confrontación en contra de la conspiración contra Siria y advirtió que cualquier aventura militar contra este país haría frente a una feroz resistencia popular.
Respondiendo a una pregunta sobre la postura adoptada por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien declaró que su ministro de Exteriores visitaría Damasco con “firmes” mensajes, Qandil afirmó que la mejor respuesta era la dada por la asesora presidencial siria Buthaina Shaaban cuando indicó que si el ministro de Exteriores turco visitaba Damasco con “firme” mensajes, entonces tendría que escuchar respuestas “aún más firmes”.
Qandil dijo que Siria no aceptará ninguna intromisión en sus asuntos internos y añadió que cualquier estado patriótica que hiciera frente a tal situación, actuaría igual que hace Siria. Él recordó que los dirigentes turcos saben bien como tratar a los rebeldes kurdos y mencionó además la diaria actuación de la administración estadounidense en contra del terrorismo.
Él añadió que aquellos que estén comprometidos con la estabilidad de Siria deben poner fin a la intervención de sus servicios de Inteligencia en apoyo a los rebeldes y dejar de mentir hablando de manifestaciones “pacíficas”. El expresó su convicción de que la confrontación con aquellos que obedecen las órdenes de EEUU no puede ser una batalla en el terreno de la lógica, sino una sobre el terreno.
Qandil señaló que los turcos buscan intervenir en los asuntos internos de Siria imponiendo a los Hermanos Musulmanes como socios del gobierno sirio. Sin embargo, él afirmó que tales deseos no se harían realidad. “Los que recurren a la violencia y rechazan el diálogo y las reformas no buscan una asociación,” indicó.
En cuanto a la postura de Arabia Saudí, expresada por el rey Abdula bin Abdul Aziz, Qandil dijo que la participación saudí en los acontecimientos de Siria no era nueva y comenzó en el momento en que estalló la crisis en ese país. Él mencionó, en este contexto, a los grupos manejados por el príncipe Bandar bin Sultan dentro del Movimiento del Futuro y el 14 de Marzo en Líbano así como a otros en Jordania e Iraq. Él dijo que estos grupos han llevado a cabo un contrabando de armas y dinero destinados a la oposición armada siria.
También destacó el papel jugado por los medios de comunicación que poseen vínculos con la monarquía saudí., mencionando en especial a los periódicos As-Sharq al-Awsat y Al-Hayat, así como al canal de televisión Al-Arabiya, que se han convertido en instrumentos que exhortan al pueblo sirio a un enfrentamiento civil. Aunque algunos han dicho que el rey saudí no tenía conocimiento de estos detalles en un principio, Qandil dijo que no cabe duda de que ;el ha estado siguiendo las órdenes norteamericanas.
Qandil indicó que el rey saudí, Abdula bin Abdul Aziz carece de credenciales democráticas y reformistas suficientes como para dar consejos a otros, añadiendo que el monarca debería de estar pensado en la forma de introducir reformas en su propio reino antes de aconsejar a otros.
Se preguntó, por último, acerca de la “sabiduría” de destruir al único estado anti-israelí que queda en el mundo árabe. Dijo que el rey saudí sabe esto y que ésta era la cuestión real.
