"Fue el Frente Al Nusra (antiguo nombre del Frente Fateh al Sham). No se esconden y creo que todo el mundo está de acuerdo para decir que fue Al Nusra", declaró Asad en una entrevista a la agencia rusa Ria Novosti.
Este atentado con coche bomba, no reivindicado, fue perpetrado contra autobuses de civiles evacuados de Fua y Kafraya, dos localidades leales al régimen asediadas desde hace dos años por los rebeldes, y dejó al menos 126 muertos, incluidos 68 niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, afirmó que los autores del atentado iban disfrazados de cooperantes.
El presidente sirio desmintió igualmente la utilización de gas sarín durante el presunto ataque químico en Jan Sheijun, afirmando estar seguro "al 100%" de que los rebeldes recibieron armas químicas desde Turquía.
"El único camino para los terroristas para recibir dinero, armas, cualquier material, nuevos reclutas o tales sustancias pasa por Turquía", declaró.
Por otra parte, según Bashar al Asad, hay negociaciones en marcha para nuevas entregas de armas rusas al ejército sirio, especialmente sistemas de defensa antiaérea, ya que Damasco perdió, según él, "más del 50%" de sus equipamientos en este campo.
El presidente sirio minimizó además el número de víctimas en los más de seis años de conflicto, que se estima en 320.000 muertos y en millones de desplazados y refugiados.
"No podemos hablar de cifras oficiales. Se trata de decenas de miles (de muertos), y no de cientos de miles como dicen los medios", aseguró, precisando que no incluía en su recuento los desaparecidos y las víctimas extranjeras.
Las cifras ofrecidas por los medios occidentales "son cifras para inflar el total, para mostrar hasta qué punto la situación es horrible y utilizarlo como pretexto humanitario para invadir Siria", añadió.
Este atentado con coche bomba, no reivindicado, fue perpetrado contra autobuses de civiles evacuados de Fua y Kafraya, dos localidades leales al régimen asediadas desde hace dos años por los rebeldes, y dejó al menos 126 muertos, incluidos 68 niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, afirmó que los autores del atentado iban disfrazados de cooperantes.
El presidente sirio desmintió igualmente la utilización de gas sarín durante el presunto ataque químico en Jan Sheijun, afirmando estar seguro "al 100%" de que los rebeldes recibieron armas químicas desde Turquía.
"El único camino para los terroristas para recibir dinero, armas, cualquier material, nuevos reclutas o tales sustancias pasa por Turquía", declaró.
Por otra parte, según Bashar al Asad, hay negociaciones en marcha para nuevas entregas de armas rusas al ejército sirio, especialmente sistemas de defensa antiaérea, ya que Damasco perdió, según él, "más del 50%" de sus equipamientos en este campo.
El presidente sirio minimizó además el número de víctimas en los más de seis años de conflicto, que se estima en 320.000 muertos y en millones de desplazados y refugiados.
"No podemos hablar de cifras oficiales. Se trata de decenas de miles (de muertos), y no de cientos de miles como dicen los medios", aseguró, precisando que no incluía en su recuento los desaparecidos y las víctimas extranjeras.
Las cifras ofrecidas por los medios occidentales "son cifras para inflar el total, para mostrar hasta qué punto la situación es horrible y utilizarlo como pretexto humanitario para invadir Siria", añadió.