Entre los fallecidos hay 21 mujeres y cinco niños, explicó el portavoz ministerial.
El atacante que llevaba el chaleco-bomba se acercó a pie hasta el lugar en un barrio chiita en el oeste de la capital. En el edificio los ciudadanos podían solicitar su documentación para participar en las elecciones parlamentarias y provinciales previstas para el 20 de octubre de este año. Para abril de 2019 están convocadas a su vez las presidenciales.
El Gobierno ha instalado varios de estos centros para tratar de aumentar la participación, ya que aquellos ciudadanos que no tienen documentos de identidad no pueden recibir una tarjeta de registro electoral. Por ahora no hay un padrón oficial de los electores entre los 30 millones de habitantes del país.
El EI reivindicó el atentado a través de su órgano de propaganda, la agencia Amaq. La milicia yihadista comenzó a actuar en Afganistán a principios de 2015 y quiere establecer una provincia en ese país y en Pakistán.
El Gobierno afgano y Estados Unidos combaten a los terroristas desde entonces y en varias ocasiones se dio al EI prácticamente por derrotado en el país. Sin embargo, los extremistas sunitas siguieron atentando contra chiitas y edificios del Gobierno, sobre todo en la capital. En marzo reivindicaron una atentado suicida cerca de una mezquita de Kabul con al menos 26 muertos.
Tanto el presidente del país, Ashraf Ghani, como el número dos del Gobierno, Abdulá Abdulá, condenaron hoy este nuevo atentado.
La seguridad es una de las principales preocupaciones en Afganistán para el registro de los votantes y los comicios, debido a que la insurgencia continúa golpeando con dureza a las fuerzas afganas en todo el territorio del país.
Más del 40 por ciento de los locales de votación en las elecciones parlamentarias enfrentan riesgos de seguridad que podrían influir en la participación, señaló en un informe el Foro para las Elecciones Libres y Justas de Afganistán (FEFA, por sus siglas en inglés).
Mohammad Yusuf Rashed, director ejecutivo de FEFA, señaló a dpa que de los aproximadamente 7.400 locales electorales que se instalarán para votar, 948 están "fuera del control del Gobierno", es decir en manos de los talibanes.
Hoy se produjo también otro incidente en el que murieron cinco personas y cuatro resultaron heridas cuando una camioneta detonó una bomba en una carretera en la provincia de Baghlan, informó Zabi Shuja, portavoz del Gobierno local. El ataque se produjo cerca de un centro de registro de votantes pero éste no era el objetivo, indicaron las autoridades.
Baghlan es una de las provincias más violentas del norte de Afganistán, fronteriza con Kunduz, que es un bastión de los talibanes.
Por otra parte, frente a la sede de la misión Resolute Support (RS) de la OTAN en Kabul un convoy de la organización atropelló hoy por accidente a un niño que murió más tarde en el hospital. El menor fue llevado a un centro médico después de que las fuerzas de la Alianza lo atendieran, aseguró el portavoz Martin O’Donnell en un comunicado.
Hashmatullah Stanakzay, portavoz de la Policía de Kabul, confirmó a dpa el fallecimiento y dijo que provocó una indignada protesta en el área. La Policía lanzó disparos de advertencia para dispersar a los manifestantes, que continuaron reunidos pero en calma, indicó.
El atacante que llevaba el chaleco-bomba se acercó a pie hasta el lugar en un barrio chiita en el oeste de la capital. En el edificio los ciudadanos podían solicitar su documentación para participar en las elecciones parlamentarias y provinciales previstas para el 20 de octubre de este año. Para abril de 2019 están convocadas a su vez las presidenciales.
El Gobierno ha instalado varios de estos centros para tratar de aumentar la participación, ya que aquellos ciudadanos que no tienen documentos de identidad no pueden recibir una tarjeta de registro electoral. Por ahora no hay un padrón oficial de los electores entre los 30 millones de habitantes del país.
El EI reivindicó el atentado a través de su órgano de propaganda, la agencia Amaq. La milicia yihadista comenzó a actuar en Afganistán a principios de 2015 y quiere establecer una provincia en ese país y en Pakistán.
El Gobierno afgano y Estados Unidos combaten a los terroristas desde entonces y en varias ocasiones se dio al EI prácticamente por derrotado en el país. Sin embargo, los extremistas sunitas siguieron atentando contra chiitas y edificios del Gobierno, sobre todo en la capital. En marzo reivindicaron una atentado suicida cerca de una mezquita de Kabul con al menos 26 muertos.
Tanto el presidente del país, Ashraf Ghani, como el número dos del Gobierno, Abdulá Abdulá, condenaron hoy este nuevo atentado.
La seguridad es una de las principales preocupaciones en Afganistán para el registro de los votantes y los comicios, debido a que la insurgencia continúa golpeando con dureza a las fuerzas afganas en todo el territorio del país.
Más del 40 por ciento de los locales de votación en las elecciones parlamentarias enfrentan riesgos de seguridad que podrían influir en la participación, señaló en un informe el Foro para las Elecciones Libres y Justas de Afganistán (FEFA, por sus siglas en inglés).
Mohammad Yusuf Rashed, director ejecutivo de FEFA, señaló a dpa que de los aproximadamente 7.400 locales electorales que se instalarán para votar, 948 están "fuera del control del Gobierno", es decir en manos de los talibanes.
Hoy se produjo también otro incidente en el que murieron cinco personas y cuatro resultaron heridas cuando una camioneta detonó una bomba en una carretera en la provincia de Baghlan, informó Zabi Shuja, portavoz del Gobierno local. El ataque se produjo cerca de un centro de registro de votantes pero éste no era el objetivo, indicaron las autoridades.
Baghlan es una de las provincias más violentas del norte de Afganistán, fronteriza con Kunduz, que es un bastión de los talibanes.
Por otra parte, frente a la sede de la misión Resolute Support (RS) de la OTAN en Kabul un convoy de la organización atropelló hoy por accidente a un niño que murió más tarde en el hospital. El menor fue llevado a un centro médico después de que las fuerzas de la Alianza lo atendieran, aseguró el portavoz Martin O’Donnell en un comunicado.
Hashmatullah Stanakzay, portavoz de la Policía de Kabul, confirmó a dpa el fallecimiento y dijo que provocó una indignada protesta en el área. La Policía lanzó disparos de advertencia para dispersar a los manifestantes, que continuaron reunidos pero en calma, indicó.