"Hago un llamamiento a los países de la OCI para que muestren unidad para resolver la crisis de los rohingya antes de que sea demasiado tarde", declaró el primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, en una reunión de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), de 57 miembros, en Nueva York.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se unió el martes al secretario general de la ONU -António Guterres- en la Asamblea General de las Naciones Unidas en su petición al Gobierno de Myanmar para que ponga fin a las operaciones militares y garantice a las agencias humanitarias el acceso al estado de Rajine.
La fuerte respuesta militar en Rajine provocó el éxodo de 421.000 miembros de la minoría musulmana de los rohingya hacia Bangladesh desde el 25 de agosto, según la ONU.
Hasina también pidió ayuda humanitaria urgente a los países musulmanes para hacer frente al flujo de rohingya que huyen de lo que la ONU denominó "limpieza étnica".
Según la primera ministra de Bangladesh, Myanmar está ignorando las peticiones de volver a acoger a los refugiados rohingya.
"En su lugar, Myamnar está colocando minas a lo largo de la frontera para frenar la vuelta de los rohingya a su patria", acusó y añadió que la crisis tiene sus raíces en Myanmar y es allí donde se debe solucionar.
La jefa de Gobierno de facto de Myanmar, Aung San Suu Kyi, se ofreció el martes a permitir el regreso de los rohingya condicionado a un "proceso de verificación".
Los rohingya son apátridas desde que la antigua Birmania les arrebató la nacionalidad en 1982. La situación de los refugiados en Bangladesh es precaria, según la ONU y las ONG: los campamentos están saturados, faltan tiendas de campaña, comida, agua y medicamentos. A ello se le añaden las lluvias monzónicas. Cerca de seis de cada diez refugiados son niños.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se unió el martes al secretario general de la ONU -António Guterres- en la Asamblea General de las Naciones Unidas en su petición al Gobierno de Myanmar para que ponga fin a las operaciones militares y garantice a las agencias humanitarias el acceso al estado de Rajine.
La fuerte respuesta militar en Rajine provocó el éxodo de 421.000 miembros de la minoría musulmana de los rohingya hacia Bangladesh desde el 25 de agosto, según la ONU.
Hasina también pidió ayuda humanitaria urgente a los países musulmanes para hacer frente al flujo de rohingya que huyen de lo que la ONU denominó "limpieza étnica".
Según la primera ministra de Bangladesh, Myanmar está ignorando las peticiones de volver a acoger a los refugiados rohingya.
"En su lugar, Myamnar está colocando minas a lo largo de la frontera para frenar la vuelta de los rohingya a su patria", acusó y añadió que la crisis tiene sus raíces en Myanmar y es allí donde se debe solucionar.
La jefa de Gobierno de facto de Myanmar, Aung San Suu Kyi, se ofreció el martes a permitir el regreso de los rohingya condicionado a un "proceso de verificación".
Los rohingya son apátridas desde que la antigua Birmania les arrebató la nacionalidad en 1982. La situación de los refugiados en Bangladesh es precaria, según la ONU y las ONG: los campamentos están saturados, faltan tiendas de campaña, comida, agua y medicamentos. A ello se le añaden las lluvias monzónicas. Cerca de seis de cada diez refugiados son niños.