Pese a jugar con diez hombres toda la segunda parte, los azulgrana no se dejaron intimidar y lograron revertir la dinámica de un duelo que los blancos dominaron claramente en la primera parte, después del gol inicial del uruguayo Luis Suárez.
El todopoderoso Real Madrid de la Champions igualó el marcador en dos ocasiones, pero tampoco pudo esta vez tumbar a los dirigidos por Ernesto Valverde que, con tres partidos por delante, cumplieron con su objetivo de mantener su invicto en la Liga.
Por más que el campeonato ya estuviera decidido, el segundo clásico de la temporada estuvo lejos de ser "descafeinado". Prueba de ello fue que el Camp Nou se llenó como nunca antes en la temporada -más de 97.000 espectadores- y que, entre quienes no quisieron perdérselo, estuvieron personalidades como el baloncestista Marc Gasol, el ex futbolista Rivaldo y el ex técnico azulgrana Louis van Gaal.
Los entrenadores de ambos equipos tampoco desmerecieron el espectáculo. Zinedine Zidane cumplió con su palabra y sin escuchar a quienes le sugerían reservar titulares pensando en la final de la Champions salió con su once de gala, Varane y la BBC incluidos.
En el último clásico de Andrés Iniesta con la camiseta del Barcelona, el número 38, Ernesto Valverde hizo lo propio y, pese a sus recientes molestias musculares, alineó de salida al "mago" español.
Con toda la carne en el asador y animados por el mosaico y los gritos de "¡campeones, campeones!" con los que la hinchada "culé" recibió a los suyos, los azulgrana apenas demoraron apenas diez minutos en adelantarse con un gran gol de Luis Suárez.
Desde el área grande y sin dejar que el balón tocara el césped, el uruguayo remató un perfecto centro de Sergi Roberto desde la derecha.
El tanto reflejó la superioridad inicial de los de Valverde, que presionaron bien, dominaron la posesión e hicieron que el duelo se jugara sobre todo en cancha blanca.
Con poca pelota pero sensible peligro al contrataque, el Real Madrid neutralizó la ventaja del Barcelona con un gol de Cristiano Ronaldo, que remató sobre la línea de gol un cabezazo de Benzema en el segundo palo tras un buen centro de Toni Kroos.
El tanto blanco descentró a los de Valverde, que perdieron profundidad, dejaron muchos espacios en defensa y comenzaron a tener problemas para armar su ataque. Tanto fue así que, tras el gol de Suárez, los azulgrana no volvieron a rematar entre los tres palos durante toda la primera parte.
El Real Madrid aprovechó las dudas del Barcelona y se adueñó del partido. Cristiano Ronaldo avisó con dos acciones envenenadas. En la primera, Ter Stegen, mano a mano con el portugués, evitó el segundo tanto. En la siguiente, el disparo del astro salió lamiendo el palo.
Los de Valverde perdieron el rumbo y empequeñecieron de tal manera que el choque se convirtió en un continuo de faltas. La temperatura y los encontronazos entre los jugadores aumentaron hasta el punto de que, al borde de la pausa, Sergio Roberto cayó en la trampa de Marcelo, respondió con un manotazo a la provocación del brasileño y la acción le supuso una roja directa que encendió al Camp Nou.
Minutos antes, el galés Gareth Bale había protagonizado un par de duras acciones sobre Iniesta y Umtiti que el árbitro no castigó.
La pitada contra el colegiado cuando encaró el túnel de vestuarios fue monumental. "¡Fuera, fuera!", atronó la hinchada culé tan fuerte como cuando reclamó "libertad" para los políticos catalanes presos o cuando saludó a los campeones de Liga y Copa del Rey.
Obligado por la expulsión, Valverde tocó su alineación en el descanso. El brasileño Philippe Coutinho, que disputaba su primer clásico, se quedó en el vestuario y en su lugar entró el portugués Semedo para intentar reforzar defensivamente al campeón de Liga.
Zidane tampoco quiso arriesgar con Cristiano Ronaldo, que había recibido un golpe en el tobillo cuando marcó su gol, y el portugués fue sustituido por Marco Asensio. Con el español en cancha, los blancos pasaron a jugar con un 4-3-3.
Fue precisamente Asensio quien desperdició una escapada en solitario para batir a Ter Stegen, que aguantó y atajó bien su flojo disparo.
En la siguiente jugada, Messi no perdonó. Aprovechando un pase de Suárez, que se zafó de Varane aparentemente con una falta, el astro argentino recortó a Casemiro, buscó el espacio para disparar y con el interior ejecutó una rosca perfecta, inalcanzable para Keylor Navas.
El Barcelona rozó el tercer gol en una jugada anulada por fuera de juego de Rakitic y en un mano a mano Messi, que el arquero blanco resolvió de manera brillante.
Minutos más tarde, Ter Stegen no pudo llegar al gran disparo de Bale desde el borde del área que supuso el empate blanco.
Messi no acertó en un par de nuevas ocasiones a marcar el tercer gol azulgrana, de la misma manera que el Real Madrid tampoco pudo materializar las oportunidades que tuvo en los minutos finales.
El empate final dio paso a un pequeño festejo en el que los jugadores del Barcelona celebraron con su hinchada el octavo "doblete" de su historia y despidieron de nuevo a Iniesta, ovacionado en el minuto 60, cuando Valverde decidió cambiarlo para que recibiera el penúltimo homenaje de los fans culés.
El todopoderoso Real Madrid de la Champions igualó el marcador en dos ocasiones, pero tampoco pudo esta vez tumbar a los dirigidos por Ernesto Valverde que, con tres partidos por delante, cumplieron con su objetivo de mantener su invicto en la Liga.
Por más que el campeonato ya estuviera decidido, el segundo clásico de la temporada estuvo lejos de ser "descafeinado". Prueba de ello fue que el Camp Nou se llenó como nunca antes en la temporada -más de 97.000 espectadores- y que, entre quienes no quisieron perdérselo, estuvieron personalidades como el baloncestista Marc Gasol, el ex futbolista Rivaldo y el ex técnico azulgrana Louis van Gaal.
Los entrenadores de ambos equipos tampoco desmerecieron el espectáculo. Zinedine Zidane cumplió con su palabra y sin escuchar a quienes le sugerían reservar titulares pensando en la final de la Champions salió con su once de gala, Varane y la BBC incluidos.
En el último clásico de Andrés Iniesta con la camiseta del Barcelona, el número 38, Ernesto Valverde hizo lo propio y, pese a sus recientes molestias musculares, alineó de salida al "mago" español.
Con toda la carne en el asador y animados por el mosaico y los gritos de "¡campeones, campeones!" con los que la hinchada "culé" recibió a los suyos, los azulgrana apenas demoraron apenas diez minutos en adelantarse con un gran gol de Luis Suárez.
Desde el área grande y sin dejar que el balón tocara el césped, el uruguayo remató un perfecto centro de Sergi Roberto desde la derecha.
El tanto reflejó la superioridad inicial de los de Valverde, que presionaron bien, dominaron la posesión e hicieron que el duelo se jugara sobre todo en cancha blanca.
Con poca pelota pero sensible peligro al contrataque, el Real Madrid neutralizó la ventaja del Barcelona con un gol de Cristiano Ronaldo, que remató sobre la línea de gol un cabezazo de Benzema en el segundo palo tras un buen centro de Toni Kroos.
El tanto blanco descentró a los de Valverde, que perdieron profundidad, dejaron muchos espacios en defensa y comenzaron a tener problemas para armar su ataque. Tanto fue así que, tras el gol de Suárez, los azulgrana no volvieron a rematar entre los tres palos durante toda la primera parte.
El Real Madrid aprovechó las dudas del Barcelona y se adueñó del partido. Cristiano Ronaldo avisó con dos acciones envenenadas. En la primera, Ter Stegen, mano a mano con el portugués, evitó el segundo tanto. En la siguiente, el disparo del astro salió lamiendo el palo.
Los de Valverde perdieron el rumbo y empequeñecieron de tal manera que el choque se convirtió en un continuo de faltas. La temperatura y los encontronazos entre los jugadores aumentaron hasta el punto de que, al borde de la pausa, Sergio Roberto cayó en la trampa de Marcelo, respondió con un manotazo a la provocación del brasileño y la acción le supuso una roja directa que encendió al Camp Nou.
Minutos antes, el galés Gareth Bale había protagonizado un par de duras acciones sobre Iniesta y Umtiti que el árbitro no castigó.
La pitada contra el colegiado cuando encaró el túnel de vestuarios fue monumental. "¡Fuera, fuera!", atronó la hinchada culé tan fuerte como cuando reclamó "libertad" para los políticos catalanes presos o cuando saludó a los campeones de Liga y Copa del Rey.
Obligado por la expulsión, Valverde tocó su alineación en el descanso. El brasileño Philippe Coutinho, que disputaba su primer clásico, se quedó en el vestuario y en su lugar entró el portugués Semedo para intentar reforzar defensivamente al campeón de Liga.
Zidane tampoco quiso arriesgar con Cristiano Ronaldo, que había recibido un golpe en el tobillo cuando marcó su gol, y el portugués fue sustituido por Marco Asensio. Con el español en cancha, los blancos pasaron a jugar con un 4-3-3.
Fue precisamente Asensio quien desperdició una escapada en solitario para batir a Ter Stegen, que aguantó y atajó bien su flojo disparo.
En la siguiente jugada, Messi no perdonó. Aprovechando un pase de Suárez, que se zafó de Varane aparentemente con una falta, el astro argentino recortó a Casemiro, buscó el espacio para disparar y con el interior ejecutó una rosca perfecta, inalcanzable para Keylor Navas.
El Barcelona rozó el tercer gol en una jugada anulada por fuera de juego de Rakitic y en un mano a mano Messi, que el arquero blanco resolvió de manera brillante.
Minutos más tarde, Ter Stegen no pudo llegar al gran disparo de Bale desde el borde del área que supuso el empate blanco.
Messi no acertó en un par de nuevas ocasiones a marcar el tercer gol azulgrana, de la misma manera que el Real Madrid tampoco pudo materializar las oportunidades que tuvo en los minutos finales.
El empate final dio paso a un pequeño festejo en el que los jugadores del Barcelona celebraron con su hinchada el octavo "doblete" de su historia y despidieron de nuevo a Iniesta, ovacionado en el minuto 60, cuando Valverde decidió cambiarlo para que recibiera el penúltimo homenaje de los fans culés.