Simulación de la basura espacial.
"El espacio es cada vez más peligroso para los aparatos espaciales y los astronautas", señala en el informe Donald Kessler, antiguo responsable de la Agencia Espacial estadounidense (Nasa) y presidente de una comisión encargada de estudiar la basura espacial.
"La Nasa debe encontrar la mejor forma de atacar todos los problemas que causan los meteoritos y los escombros orbitales, que implican riesgos para las misiones espaciales humanas y robóticas", señaló.
La Nasa contabilizó 22.000 escombros y estima que hay millones más que son demasiado pequeños para ser registrados. Entre estos restos, al menos 500.000 son de menos de 10 cm de diámetro, y pueden causar estragos cuando se viaja a alta velocidad.
Los modelos informáticos revelan que la cantidad de escombros llega a un "punto crítico, que implica que van a colisionar y crear aún más escombros, aumentando aún más los riesgos de dañar los aparatos espaciales", señala el Consejo de Investigación Nacional, un organismo independiente que controla la comisión.
Los esfuerzos para reducir la basura espacial sufrieron un traspié cuando en 2007 China probó misiles anti-satelitales contra un satélite meteorológico que voló en miles de pedazos.
Más escombros se produjeron dos años después cuando dos satélites en órbita chocaron en forma accidental.
Limpiar la basura espacial no solo es costoso, sino también complicado por el hecho de que la ley internacional prohibe a Estados Unidos recolectar objetos que pertenecen a otras naciones.
"La Guerra Fría terminó, pero permanece la aguda susceptibilidad que rodea a la tecnología satelital", explicó el vicepresidente de la comisión, George Gleghorn, ex vicepresidente e ingeniero jefe del TRW Space and Technology Group.
El informe, de 160 páginas, recomienda que la Nasa comprometa la ayuda del Departamento de Estado para resolver "las consideraciones económicas, tecnológicas, políticas y legales".
"La Nasa debe encontrar la mejor forma de atacar todos los problemas que causan los meteoritos y los escombros orbitales, que implican riesgos para las misiones espaciales humanas y robóticas", señaló.
La Nasa contabilizó 22.000 escombros y estima que hay millones más que son demasiado pequeños para ser registrados. Entre estos restos, al menos 500.000 son de menos de 10 cm de diámetro, y pueden causar estragos cuando se viaja a alta velocidad.
Los modelos informáticos revelan que la cantidad de escombros llega a un "punto crítico, que implica que van a colisionar y crear aún más escombros, aumentando aún más los riesgos de dañar los aparatos espaciales", señala el Consejo de Investigación Nacional, un organismo independiente que controla la comisión.
Los esfuerzos para reducir la basura espacial sufrieron un traspié cuando en 2007 China probó misiles anti-satelitales contra un satélite meteorológico que voló en miles de pedazos.
Más escombros se produjeron dos años después cuando dos satélites en órbita chocaron en forma accidental.
Limpiar la basura espacial no solo es costoso, sino también complicado por el hecho de que la ley internacional prohibe a Estados Unidos recolectar objetos que pertenecen a otras naciones.
"La Guerra Fría terminó, pero permanece la aguda susceptibilidad que rodea a la tecnología satelital", explicó el vicepresidente de la comisión, George Gleghorn, ex vicepresidente e ingeniero jefe del TRW Space and Technology Group.
El informe, de 160 páginas, recomienda que la Nasa comprometa la ayuda del Departamento de Estado para resolver "las consideraciones económicas, tecnológicas, políticas y legales".