Imagen de la película Les adieux à la reine
Filmado en el suntuoso castillo de Versalles "Les adieux à la reine", basado en el best seller de la historiadora y novelista Chantal Thomas que lleva el mismo nombre, muestra la creciente inquietud, tras la toma de la Bastilla, en la corte del rey Luis XVI a medida que aumenta la agitación popular.
La actriz alemana Diane Kruger encarna a María Antonieta en este filme, con suntuosos decorados y vestuario, que reconstruye esas frenéticas jornadas de la Revolución acercándose a Versalles, vistas a través de las sirvientas de la soberana, y en particular de la bella Sidonie Laborde (Lea Sedoux), quien está encargada de leerle libros.
Aún cuando nadie en el palacio real parece creer que se acerque el fin del orden establecido, comienzan a esbozarse planes para librarse de la tormenta. La reina le pide incluso a Sidonie Laborde que se vista como ella y suba a su carroza mientras ella se escapa subrepticiamente durante la noche.
Benoit Jacquot explicó que Diane Kruger, quien habla francés con un ligero acento alemán, le parecía perfecta para interpretar el papel de María Antonieta, quien nació en Viena.
Diane Kruger también reconoció los lazos existentes entre lo que describe esta película y las revoluciones en el mundo árabe. "El abuso de poder es el mismo, así como la obsesión por enriquecerse. Eso existe aún en la historia. La gente comete los mismos errores", dijo.
"Me encantan los fines de reino. Todos se parecen desde el comienzo de los tiempos. Quienes están en el poder se aferran a él, cualquiera que sea la orientación del régimen. Son días de pánico, un verdadero naufragio", declaró por su parte Benoit Jacquot.
"Para mí la lucha de clases, la lucha entre pobres y ricos, sigue existiendo. Para Francia y también para Europa, la Revolución, ese acontecimiento en el que todo se trastornó, ha sido tan decisivo como ningún otro de nuestra historia", declaró el cineasta.
"Hubo que concentrar todo en tres días, del 14 al 17 de julio, y utilizar todo lo que sabíamos sobre la reina, haciéndola pasar sin transición de la frivolidad a ese destino trágico que la dignifica, ya que si dejaba de ser reina lo único que le quedaba era la locura", dijo Jacquot.
El guionista Gilles Taurand reconoció por su lado que cuando se adaptan episodios históricos "siempre habrá quien esté en desacuerdo con episodios o detalles. Lo que buscamos fue acercarnos a situaciones concretas, mostrar la belleza y la podredumbre, hacer revivir todo eso para el espectador".
El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, había declarado poco antes que escogió esta película para inaugurar el concurso por el Oso de Oro en parte a causa del paralelo que puede establecerse con los levantamientos populares de la llamada Primavera Árabe.
"Hace un año justo que el líder egipcio Hosni Mubarak fue derrocado, y supongo que las últimas 48 horas que él y otros déspotas han vivido no son muy diferentes a lo que debía sentir María Antonieta", declaró Kosslick.
La actriz alemana Diane Kruger encarna a María Antonieta en este filme, con suntuosos decorados y vestuario, que reconstruye esas frenéticas jornadas de la Revolución acercándose a Versalles, vistas a través de las sirvientas de la soberana, y en particular de la bella Sidonie Laborde (Lea Sedoux), quien está encargada de leerle libros.
Aún cuando nadie en el palacio real parece creer que se acerque el fin del orden establecido, comienzan a esbozarse planes para librarse de la tormenta. La reina le pide incluso a Sidonie Laborde que se vista como ella y suba a su carroza mientras ella se escapa subrepticiamente durante la noche.
Benoit Jacquot explicó que Diane Kruger, quien habla francés con un ligero acento alemán, le parecía perfecta para interpretar el papel de María Antonieta, quien nació en Viena.
Diane Kruger también reconoció los lazos existentes entre lo que describe esta película y las revoluciones en el mundo árabe. "El abuso de poder es el mismo, así como la obsesión por enriquecerse. Eso existe aún en la historia. La gente comete los mismos errores", dijo.
"Me encantan los fines de reino. Todos se parecen desde el comienzo de los tiempos. Quienes están en el poder se aferran a él, cualquiera que sea la orientación del régimen. Son días de pánico, un verdadero naufragio", declaró por su parte Benoit Jacquot.
"Para mí la lucha de clases, la lucha entre pobres y ricos, sigue existiendo. Para Francia y también para Europa, la Revolución, ese acontecimiento en el que todo se trastornó, ha sido tan decisivo como ningún otro de nuestra historia", declaró el cineasta.
"Hubo que concentrar todo en tres días, del 14 al 17 de julio, y utilizar todo lo que sabíamos sobre la reina, haciéndola pasar sin transición de la frivolidad a ese destino trágico que la dignifica, ya que si dejaba de ser reina lo único que le quedaba era la locura", dijo Jacquot.
El guionista Gilles Taurand reconoció por su lado que cuando se adaptan episodios históricos "siempre habrá quien esté en desacuerdo con episodios o detalles. Lo que buscamos fue acercarnos a situaciones concretas, mostrar la belleza y la podredumbre, hacer revivir todo eso para el espectador".
El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, había declarado poco antes que escogió esta película para inaugurar el concurso por el Oso de Oro en parte a causa del paralelo que puede establecerse con los levantamientos populares de la llamada Primavera Árabe.
"Hace un año justo que el líder egipcio Hosni Mubarak fue derrocado, y supongo que las últimas 48 horas que él y otros déspotas han vivido no son muy diferentes a lo que debía sentir María Antonieta", declaró Kosslick.