"Reino Unido quiere que la UE derogue sus leyes sobre futuras fronteras exteriores, al igual que con la unión aduanera y el mercado interno", dijo Barnier en Bruselas, donde presentó un documento sobre la cuestión de Irlanda.
La propuesta aporta principios de negociación pero ninguna solución práctica, algo que debe hacer el Reino Unido tras anunciar su intención de salir del bloque para marzo de 2019.
Asimismo, Barnier afirmó que Londres quiere probar ese mecanismo "como una prueba para las futuras relaciones aduaneras entre Reino Unido y la UE", algo que según el jefe negociador "no pasará".
El Ministerio para el "Brexit" del Gobierno de la primera ministra Theresa May, en tanto, respondió con un breve comunicado en el que afirma que la "flexibilidad unilateral" del Reino Unido no es suficiente para alcanzar los objetivos comunes.
La cuestión fronteriza ha sido fuente de preocupaciones en Dublín, que teme a las pérdidas económicas y al estancamiento del proceso de paz en Irlanda del Norte.
La frontera de unos 500 kilómetros es cruzada a diario por 30.000 personas sin controles de pasaporte ni de bienes. El Reino Unido ha descartado volver a una frontera fija tras la separación de la UE.
En cambio, podría llegarse, a propuesta de Londres, a un nuevo acuerdo aduanero con la UE, de modo que los puestos fronterizos sean innecesarios.
Además de la cuestión de Irlanda, Barnier presentó hoy otros cuatro documentos de negociación sobre aspectos particulares, lo que eleva a 14 el número de papeles abordados por Bruselas. Londres, en tanto, ya presentó 11 documentos y anunció que hará nuevas presentaciones.
Londres y Bruselas negocian desde junio pasado las condiciones para la salida del Reino Unido del bloque, aún sin resultados concretos. La futura relación entre Irlanda, país perteneciente a la UE, y el territorio británico de Irlanda del Norte es uno de los aspectos más complicados de la negociación.
Además de este tema, la UE quiere definir primero el estatus de sus ciudadanos residentes en el Reino Unido y la denominada "factura de divorcio" antes de decidir la salida del país del bloque. En cambio, Reino Unido aspira a comenzar a discutir desde ahora las relaciones post "Brexit".
Hoy además el Parlamento británico comenzó la segunda lectura de la denominada Ley de Revocación (Great Repeal Bill, en inglés), mediante la cual se busca incorporar legislación de la Unión Europea en la normativa británica tras el "Brexit". La oposición considera a esta ley como fundamental, ya que cree que el Gobierno podría excederse al transferir competencias más amplias que las ya estipuladas.
Para May, la votación pautada para el próximo domingo será su primera gran prueba electoral luego de la fracasada elección de junio en la que los conservadores perdieron su mayoría parlamentaria.
La propuesta aporta principios de negociación pero ninguna solución práctica, algo que debe hacer el Reino Unido tras anunciar su intención de salir del bloque para marzo de 2019.
Asimismo, Barnier afirmó que Londres quiere probar ese mecanismo "como una prueba para las futuras relaciones aduaneras entre Reino Unido y la UE", algo que según el jefe negociador "no pasará".
El Ministerio para el "Brexit" del Gobierno de la primera ministra Theresa May, en tanto, respondió con un breve comunicado en el que afirma que la "flexibilidad unilateral" del Reino Unido no es suficiente para alcanzar los objetivos comunes.
La cuestión fronteriza ha sido fuente de preocupaciones en Dublín, que teme a las pérdidas económicas y al estancamiento del proceso de paz en Irlanda del Norte.
La frontera de unos 500 kilómetros es cruzada a diario por 30.000 personas sin controles de pasaporte ni de bienes. El Reino Unido ha descartado volver a una frontera fija tras la separación de la UE.
En cambio, podría llegarse, a propuesta de Londres, a un nuevo acuerdo aduanero con la UE, de modo que los puestos fronterizos sean innecesarios.
Además de la cuestión de Irlanda, Barnier presentó hoy otros cuatro documentos de negociación sobre aspectos particulares, lo que eleva a 14 el número de papeles abordados por Bruselas. Londres, en tanto, ya presentó 11 documentos y anunció que hará nuevas presentaciones.
Londres y Bruselas negocian desde junio pasado las condiciones para la salida del Reino Unido del bloque, aún sin resultados concretos. La futura relación entre Irlanda, país perteneciente a la UE, y el territorio británico de Irlanda del Norte es uno de los aspectos más complicados de la negociación.
Además de este tema, la UE quiere definir primero el estatus de sus ciudadanos residentes en el Reino Unido y la denominada "factura de divorcio" antes de decidir la salida del país del bloque. En cambio, Reino Unido aspira a comenzar a discutir desde ahora las relaciones post "Brexit".
Hoy además el Parlamento británico comenzó la segunda lectura de la denominada Ley de Revocación (Great Repeal Bill, en inglés), mediante la cual se busca incorporar legislación de la Unión Europea en la normativa británica tras el "Brexit". La oposición considera a esta ley como fundamental, ya que cree que el Gobierno podría excederse al transferir competencias más amplias que las ya estipuladas.
Para May, la votación pautada para el próximo domingo será su primera gran prueba electoral luego de la fracasada elección de junio en la que los conservadores perdieron su mayoría parlamentaria.