El papel de la CIA en el derrocamiento de Mohammad Mosadeg era conocido de larga data, y afectó las relaciones entre Estados Unidos e Irán durante las siguientes seis décadas.
Pero el National Security Archive de la Universidad George Washington -que obtuvo los documentos bajo la Freedom of Information Act, la ley que promueve la transparencia gubernamental- subraya que documentos secretos de la CIA que marcan su más explícita admisión sobre el hecho.
"El golpe militar que derrocó a Mosadeq y su gabinete del Frente Nacional fue realizado bajo la dirección de la CIA, como una acción de política exterior", señala el documento, usando una ortografía alternativa para Mosadeg.
Mosadeg había concitado la ira de Londres con su decisión de nacionalizar la Anglo-Iranian Oil Company -predecesora de la actual BP-.
Luego de asumir la presidencia en 1953, Dwight Eisenhower se acercó más a la posición británica que su predecesor Harry Truman, quien alentaba a los aliados de Estados Unidos a buscar un compromiso con Teherán.
La historia interna de la CIA, publicada por el National Security Archive el domingo para marcar el 60º aniversario del golpe, muestra cierto grado de comprensión de la posición de Mosadeg y rechaza las críticas de los medios occidentales que lo pintaban como un "loco" o "un senil desequilibrado".
Aun reconociendo que Londres necesitaba el petróleo, la CIA consideraba que los británicos tenían "limitada experiencia para respetar a los iraníes, a quienes los directores de la petrolera y los altos funcionarios del Foreign Office veían como ineficientes, corruptos y egoístas".
Pero la CIA ubica la decisión en el marco de la Guerra Fría, temiendo que los soviéticos invadieran y controlaran a Irán si la crisis escalaba y Gran Bretaña enviaba a sus buques de guerra- como lo haría tres años más tarde junto a Francia e Israel, cuando Egipto nacionalizó el Canal de Suez.
"En ese caso, no solamente el petróleo iraní habría estado irremediablemente perdido para Occidente, sino que la cadena de defensa alrededor de la Unión Soviética, que era parte de la política exterior estadounidense, habría sido quebrada", agrega el documento.
El golpe permitió el retorno del shah, Mohammad Reza Pahlavi, quien se convirtió en estrecho aliado de Washington. A su turno, el shah fue derrocado en 1979 por la revolucion islámica, cuyos dirigentes hicieron de la hostilidad hacia Washington un eje de la política exterior de Irán.
Más tarde, la secrecretaria de Estado Madeline Albright, en un esfuerzo para reparar las relaciones con Teherán, admitió en 2000 que Estados Unidos "jugó un papel significativo" en el derrocamiento de Mosadeg y calificó al golpe como un retroceso para el desarrollo político de Irán".
El presidente Barack Obama hizo una admisión similar luego de asumir el cargo en 2009, en otro fracasado intento de reconciliación con Irán, que espera una disculpa explícita.