Durante las reuniones, que se celebrarán en el balneario de Cancún hasta el 17 de diciembre, se evaluarán estudios que demuestran que casi dos tercios de las metas establecidas en 2010 -llamadas metas de Aichi- no serán alcanzadas en los cuatro años que restan de plazo, indica un comunicado difundido por la ONU.
"Ante los informes poco alentadores" se pedirá a las más de 190 naciones que forman el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que "intensifiquen sus esfuerzos" para proteger los ecosistemas, "en los que se basa la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la salud de miles de millones de personas", añade el parte, que pronostica "graves repercusiones para el bienestar humano".
El propio CDB emitió un reporte en el que asegura que entre el 6% y el 44% de los informes sobre las 20 diferentes metas, "contienen información que sugiere que no se ha producido ningún cambio significativo, o que el país está alejándose del cumplimiento de una meta determinada".
"Hoy, los progresos no son suficientes para alcanzar las metas de Aichi", reconoce.
Por su parte, la ONG ambientalista World Wildlife Fund (WWF) estima que solo 5% de los países podrán cumplir a tiempo con los objetivos de mejorar las condiciones de los bosques, océanos, agua dulce y las especies silvestres.
Actualmente, más de la mitad de los bosques en el mundo y más del 90% de los humedales se han perdido, mientras que la tasa de extinción de especies es mil veces más alta ahora que antes de la revolución industrial, dijo en conferencia de prensa Braulio Ferreira, secretario ejecutivo del CDB.
Y ahora, "¿qué nos hará creer que podemos acelerar el paso y alcanzar las metas de Aichi? Porque el enfoque habitual de las empresas no nos llevará a ello", dijo a la AFP Deon Nel, director global de conservación en WWF.
Ante este panorama, el anfitrión México sentó en la mesa a líderes de los sectores agrícola, forestal, pesquero y turístico -que tienen un impacto negativo sobre la biodiversidad- para que incorporen en sus políticas criterios de conservación y uso sostenible de recursos.
Para Erik Solheim, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, preservar la vida como la conocemos no es solo un imperativo moral sino una cuestión económica.
"El turismo es la fuente de empleos más grande del planeta Tierra", dijo, al abogar por "utilizar las enormes fuerzas del mercado por el bien del ambiente".
El funcionario describió un programa exitoso en Ruanda para incrementar la población de gorilas de montaña, gracias a que la preservación de la especie fue abordada como una "oportunidad de negocio".
"Cada gorila vale un millón de dólares en ingresos para el turismo en Ruanda, así que la preservación se ha convertido en una enorme oportunidad de crear empleos", explicó.
Pero para Nel, esto no será suficiente.
La inclusión de la biodiversidad "debe partir del corazón de la planificación económica y financiera (...) a un nivel más fundamental", para luego ir hacia carteras más específicas, explicó.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica ha sido ratificado por todos los Estados miembro de la ONU excepto Estados Unidos. Sin embargo, asistirá a la reunión en Cancún como país observador.
Hace unos días, culminó en Marrakech la 22ª Conferencia sobre el Clima de la ONU con los ánimos ensombrecidos por la llegada a la presidencia estadounidense de Donald Trump, quien llegó a calificar de "patraña" el cambio climático.
"Estados Unidos es un país muy influyente" y el actual cambio de administración trae "mucha incertidumbre en temas ambientales", comentó Nel.
De su lado, Solheim llamó a la unidad.
"Juntos, esa el la clave para resolver cualquier problema, llámese guerras, terrorismo, paz, medio ambiente (...) juntos podemos hacer milagros", aseguró.
Los ambientalistas temen que bajo el mandato de Trump, Estados Unidos -uno de los mayores emisores de CO2- se retire de la convención sobre el clima de la ONU, renuncie a limitar las emisiones de efecto invernadero procedentes esencialmente del carbón, gas y petróleo, y deje de financiar energías limpias en los países en desarrollo.
"Ante los informes poco alentadores" se pedirá a las más de 190 naciones que forman el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que "intensifiquen sus esfuerzos" para proteger los ecosistemas, "en los que se basa la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la salud de miles de millones de personas", añade el parte, que pronostica "graves repercusiones para el bienestar humano".
El propio CDB emitió un reporte en el que asegura que entre el 6% y el 44% de los informes sobre las 20 diferentes metas, "contienen información que sugiere que no se ha producido ningún cambio significativo, o que el país está alejándose del cumplimiento de una meta determinada".
"Hoy, los progresos no son suficientes para alcanzar las metas de Aichi", reconoce.
Por su parte, la ONG ambientalista World Wildlife Fund (WWF) estima que solo 5% de los países podrán cumplir a tiempo con los objetivos de mejorar las condiciones de los bosques, océanos, agua dulce y las especies silvestres.
Actualmente, más de la mitad de los bosques en el mundo y más del 90% de los humedales se han perdido, mientras que la tasa de extinción de especies es mil veces más alta ahora que antes de la revolución industrial, dijo en conferencia de prensa Braulio Ferreira, secretario ejecutivo del CDB.
Y ahora, "¿qué nos hará creer que podemos acelerar el paso y alcanzar las metas de Aichi? Porque el enfoque habitual de las empresas no nos llevará a ello", dijo a la AFP Deon Nel, director global de conservación en WWF.
- Sector privado al rescate -
Ante este panorama, el anfitrión México sentó en la mesa a líderes de los sectores agrícola, forestal, pesquero y turístico -que tienen un impacto negativo sobre la biodiversidad- para que incorporen en sus políticas criterios de conservación y uso sostenible de recursos.
Para Erik Solheim, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, preservar la vida como la conocemos no es solo un imperativo moral sino una cuestión económica.
"El turismo es la fuente de empleos más grande del planeta Tierra", dijo, al abogar por "utilizar las enormes fuerzas del mercado por el bien del ambiente".
El funcionario describió un programa exitoso en Ruanda para incrementar la población de gorilas de montaña, gracias a que la preservación de la especie fue abordada como una "oportunidad de negocio".
"Cada gorila vale un millón de dólares en ingresos para el turismo en Ruanda, así que la preservación se ha convertido en una enorme oportunidad de crear empleos", explicó.
Pero para Nel, esto no será suficiente.
La inclusión de la biodiversidad "debe partir del corazón de la planificación económica y financiera (...) a un nivel más fundamental", para luego ir hacia carteras más específicas, explicó.
- EEUU sólo observador –
El Convenio sobre la Diversidad Biológica ha sido ratificado por todos los Estados miembro de la ONU excepto Estados Unidos. Sin embargo, asistirá a la reunión en Cancún como país observador.
Hace unos días, culminó en Marrakech la 22ª Conferencia sobre el Clima de la ONU con los ánimos ensombrecidos por la llegada a la presidencia estadounidense de Donald Trump, quien llegó a calificar de "patraña" el cambio climático.
"Estados Unidos es un país muy influyente" y el actual cambio de administración trae "mucha incertidumbre en temas ambientales", comentó Nel.
De su lado, Solheim llamó a la unidad.
"Juntos, esa el la clave para resolver cualquier problema, llámese guerras, terrorismo, paz, medio ambiente (...) juntos podemos hacer milagros", aseguró.
Los ambientalistas temen que bajo el mandato de Trump, Estados Unidos -uno de los mayores emisores de CO2- se retire de la convención sobre el clima de la ONU, renuncie a limitar las emisiones de efecto invernadero procedentes esencialmente del carbón, gas y petróleo, y deje de financiar energías limpias en los países en desarrollo.