Cuatro de los consejeros del gobierno catalán que serán liberados hoy, de izquierda a derecha: Romeva, Mundó, Turull y Rull.
Quedó claro en cuanto se conoció el auto del Tribunal Supremo. En una España sensibilizada después de tres meses de turbulencias por el proceso soberanista en Cataluña, el anuncio desató una ola de repercusiones en todos los partidos y abrió "de facto" la campaña electoral que comienza oficialmente esta medianoche.
"Junqueras está en la cárcel porque le tienen miedo. Está en la cárcel porque saben que ERC es garantía de hacer la república para todos y con todos", acusó Marta Rovira, secretaria general de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la mujer que podría tomar el papel de Junqueras si sigue en prisión.
El ex líder catalán Carles Puigdemont, por su parte, publicó en Twitter fotos de Junqueras, su ex "número dos", y de los otros tres independentistas a los que se les negó hoy la libertad bajo fianza: el ex consejero Joaquim Forn y los líderes de las entidades soberanistas Asamblea Nacional Catalana y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.
Puigdemont, gran responsable del proceso independentista y otro candidato que dejará una rareza al hacer campaña desde Bruselas, a donde se desplazó tras ser destituido a fines de octubre, acompañó las imágenes con un llamamiento: "¡Antes, ahora y después del 21 de diciembre, juntos lograremos su libertad!"
La frase revela el principal impacto que tendrá en la campaña el hecho de que Junqueras, Forn y los "Jordis" sigan en prisión. El independentismo apelará en los comicios a un voto contra lo que consideran "presos políticos" y recobrará así un discurso emocional con el que movilizar a su electorado.
Es un dato clave para los partidos que impulsan la ruptura con España: después de que parte de sus argumentos racionales fueran desmentidos por el fracaso del proceso soberanista (por ejemplo por la huida de empresas de Cataluña o la falta de apoyo internacional) la apelación a los sentimientos es ahora su mejor arma electoral.
"Ahora hay un divorcio entre lo racional y lo emocional", diagnosticó Narciso Michavila, presidente de la consultora GAD3. El experto en análisis electoral hizo un balance ambiguo ante la posibilidad de que Junqueras siguiera en prisión: el líder de ERC se quedará fuera de la campaña, pero su puesta en libertad habría "destensado el voto emotivo".
Sin admitirlo públicamente, las fuerzas que defienden la Constitución y la unidad de España esperaban por eso que el juez dejara en libertad a todos los imputados por el plan soberanista, algo que solo ocurrió hoy con seis ex consejeros del "Govern" catalán, y quitara al independentismo el discurso de una España "autoritaria".
"No nos engañemos: si hubiera salido de la cárcel sería un héroe; ahora que no sale, será un mártir", reconoció abiertamente Xavier García Albiol, candidato del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy en Cataluña, reflejando la encrucijada que paradójicamente planteó la ofensiva judicial.
Inés Arrimadas, candidata del partido liberal Ciudadanos y líder de la oposición en Cataluña, se mostró irritada ante la atención dedicada a Junqueras en un día con otra noticia de calado: la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pronosticó por primera vez una victoria de Ciudadanos el 21 de diciembre.
"Si dejamos de pensar en lo que va a hacer Junqueras y pensamos en lo que vamos a hacer nosotros, ganamos", lanzó Arrimadas. Su deseo se estrelló contra la decisión del Tribunal Supremo, que convirtió al independentista en el protagonista de la jornada justo cuando comienza la campaña para las elecciones más extrañas de los últimos años.
"Junqueras está en la cárcel porque le tienen miedo. Está en la cárcel porque saben que ERC es garantía de hacer la república para todos y con todos", acusó Marta Rovira, secretaria general de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la mujer que podría tomar el papel de Junqueras si sigue en prisión.
El ex líder catalán Carles Puigdemont, por su parte, publicó en Twitter fotos de Junqueras, su ex "número dos", y de los otros tres independentistas a los que se les negó hoy la libertad bajo fianza: el ex consejero Joaquim Forn y los líderes de las entidades soberanistas Asamblea Nacional Catalana y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.
Puigdemont, gran responsable del proceso independentista y otro candidato que dejará una rareza al hacer campaña desde Bruselas, a donde se desplazó tras ser destituido a fines de octubre, acompañó las imágenes con un llamamiento: "¡Antes, ahora y después del 21 de diciembre, juntos lograremos su libertad!"
La frase revela el principal impacto que tendrá en la campaña el hecho de que Junqueras, Forn y los "Jordis" sigan en prisión. El independentismo apelará en los comicios a un voto contra lo que consideran "presos políticos" y recobrará así un discurso emocional con el que movilizar a su electorado.
Es un dato clave para los partidos que impulsan la ruptura con España: después de que parte de sus argumentos racionales fueran desmentidos por el fracaso del proceso soberanista (por ejemplo por la huida de empresas de Cataluña o la falta de apoyo internacional) la apelación a los sentimientos es ahora su mejor arma electoral.
"Ahora hay un divorcio entre lo racional y lo emocional", diagnosticó Narciso Michavila, presidente de la consultora GAD3. El experto en análisis electoral hizo un balance ambiguo ante la posibilidad de que Junqueras siguiera en prisión: el líder de ERC se quedará fuera de la campaña, pero su puesta en libertad habría "destensado el voto emotivo".
Sin admitirlo públicamente, las fuerzas que defienden la Constitución y la unidad de España esperaban por eso que el juez dejara en libertad a todos los imputados por el plan soberanista, algo que solo ocurrió hoy con seis ex consejeros del "Govern" catalán, y quitara al independentismo el discurso de una España "autoritaria".
"No nos engañemos: si hubiera salido de la cárcel sería un héroe; ahora que no sale, será un mártir", reconoció abiertamente Xavier García Albiol, candidato del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy en Cataluña, reflejando la encrucijada que paradójicamente planteó la ofensiva judicial.
Inés Arrimadas, candidata del partido liberal Ciudadanos y líder de la oposición en Cataluña, se mostró irritada ante la atención dedicada a Junqueras en un día con otra noticia de calado: la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pronosticó por primera vez una victoria de Ciudadanos el 21 de diciembre.
"Si dejamos de pensar en lo que va a hacer Junqueras y pensamos en lo que vamos a hacer nosotros, ganamos", lanzó Arrimadas. Su deseo se estrelló contra la decisión del Tribunal Supremo, que convirtió al independentista en el protagonista de la jornada justo cuando comienza la campaña para las elecciones más extrañas de los últimos años.