Maestros y maestras, profesoras y profesores españoles:
Nuestro país ha cambiado tanto en las últimas décadas que quizás algunos hayan olvidado que en los años 70 del siglo XX, España tenía, aún, personas analfabetas, que el acceso a la Educación no era universal, y que el nacimiento en uno u otro lugar podía ser tan determinante como la familia a la hora de planificar una existencia.
Porque los sueños solían ser, para tristeza de muchos, del tamaño de sus precarias posibilidades.
Hemos avanzado mucho. Hoy nuestro sistema educativo se abre a toda la población y, fruto de este progreso, de este gran éxito colectivo, contamos con las generaciones mejor preparadas de la historia de España. Me habréis oído repetirlo, porque creo que es necesario valorar y reconocer el camino realizado para ser plenamente conscientes del que todavía queda por recorrer.
Pero nuestros logros educativos tendrán la dimensión que seamos capaces de trazar juntos y, por ello, creo firmemente que ha llegado el momento para un Pacto Educativo. Mi propósito es impulsar un acuerdo social y político que mire el futuro con ambición, con la ambición de un país que aspira a la excelencia y sabe que tiene en la educación la palanca principal para alcanzarla, un país que quiere que cada persona pueda llegar tan lejos en su formación como le lleven en su voluntad y su esfuerzo, sin otras limitaciones.
Para alcanzar ese nuevo horizonte educativo, cada Administración tendrá que asumir plenamente la responsabilidad que constitucionalmente le corresponde, cumplir con eficacia su papel. Desde 2004 el Gobierno de España ha doblado el presupuesto educativo, pero soy muy consciente de que para llegar más lejos, como es nuestro propósito, Comunidades Autónomas y Administración General del Estado debemos aumentar la inversión. Y no sólo la financiación es importante, también será necesario que toda la sociedad propicie el mejor de los entornos, para que vuestra tarea docente y el aprendizaje de los alumnos se desarrollen en las mejores condiciones y con la mayor calidad.
Nunca España había tenido tanto potencial de futuro y nunca antes nuestro porvenir había dependido tanto de la educación, del conocimiento, de nuestra capacidad creadora e innovadora, que son la base del bienestar y de un nuevo modelo de crecimiento económico.
Sin vosotros, maestros y maestras, profesoras y profesores, sin el esfuerzo que día a día entregáis y enseñáis a la sociedad española, no habríamos podido llegar hasta aquí. Y no podemos construir un mejor futuro sin vosotros.
Por eso seguiré poniendo todo mi empeño en demostrar que la grandeza de un país debe medirse por el prestigio que se concede a sus maestros.
Sólo me queda daros las gracias.
Nuestro país ha cambiado tanto en las últimas décadas que quizás algunos hayan olvidado que en los años 70 del siglo XX, España tenía, aún, personas analfabetas, que el acceso a la Educación no era universal, y que el nacimiento en uno u otro lugar podía ser tan determinante como la familia a la hora de planificar una existencia.
Porque los sueños solían ser, para tristeza de muchos, del tamaño de sus precarias posibilidades.
Hemos avanzado mucho. Hoy nuestro sistema educativo se abre a toda la población y, fruto de este progreso, de este gran éxito colectivo, contamos con las generaciones mejor preparadas de la historia de España. Me habréis oído repetirlo, porque creo que es necesario valorar y reconocer el camino realizado para ser plenamente conscientes del que todavía queda por recorrer.
Pero nuestros logros educativos tendrán la dimensión que seamos capaces de trazar juntos y, por ello, creo firmemente que ha llegado el momento para un Pacto Educativo. Mi propósito es impulsar un acuerdo social y político que mire el futuro con ambición, con la ambición de un país que aspira a la excelencia y sabe que tiene en la educación la palanca principal para alcanzarla, un país que quiere que cada persona pueda llegar tan lejos en su formación como le lleven en su voluntad y su esfuerzo, sin otras limitaciones.
Para alcanzar ese nuevo horizonte educativo, cada Administración tendrá que asumir plenamente la responsabilidad que constitucionalmente le corresponde, cumplir con eficacia su papel. Desde 2004 el Gobierno de España ha doblado el presupuesto educativo, pero soy muy consciente de que para llegar más lejos, como es nuestro propósito, Comunidades Autónomas y Administración General del Estado debemos aumentar la inversión. Y no sólo la financiación es importante, también será necesario que toda la sociedad propicie el mejor de los entornos, para que vuestra tarea docente y el aprendizaje de los alumnos se desarrollen en las mejores condiciones y con la mayor calidad.
Nunca España había tenido tanto potencial de futuro y nunca antes nuestro porvenir había dependido tanto de la educación, del conocimiento, de nuestra capacidad creadora e innovadora, que son la base del bienestar y de un nuevo modelo de crecimiento económico.
Sin vosotros, maestros y maestras, profesoras y profesores, sin el esfuerzo que día a día entregáis y enseñáis a la sociedad española, no habríamos podido llegar hasta aquí. Y no podemos construir un mejor futuro sin vosotros.
Por eso seguiré poniendo todo mi empeño en demostrar que la grandeza de un país debe medirse por el prestigio que se concede a sus maestros.
Sólo me queda daros las gracias.
José Luis Rodríguez Zapatero es presidente del Gobierno español.