Una primera alerta fue lanzada a principios de 2012 cuando fue detectado en plantas importadas. Pero su descubrimiento en el otoño boreal en la naturaleza provocó una viva emoción en todo el país. En algunos meses, ha sido detectado en 352 sitios.
Este hongo se desarrolla en hojas muertas caídas al suelo. Sus esporas son luego depositadas por el viento en el follaje del fresno, y en algunos años sus hojas se marchitan y la necrosis invade sus ramas. Cuanto más joven es, más rápido muere el árbol.
En invierno, la enfermedad -la chalaropsis- es latente. Pero con el buen tiempo "la vamos a encontrar en todas partes", augura Simon Ellis, director general de los semilleros Crowders, en el este de Inglaterra, y que acusa a las autoridades de haber reaccionado demasiado tarde. "La situación está totalmente fuera de control", dice.
Chalara es "capaz de devastar los paisajes británicos", se alarma Woodland Trust, una asociación de lucha en favor de la protección de bosques, que teme un "desastre ecológico".
El gobierno convocó este pasado otoño boreal una reunión "Cobra", reservada a las situaciones de crisis. Las importaciones de fresnos fueron prohibidas, así como la circulación de semillas o plantas en el país. Unos 100.000 árboles fueron abatidos.
La única esperanza es por ahora frenar la enfermedad y hallar fresnos resistentes "para restructurar los bosques". Nadie sabe cómo erradicar la enfermedad, que apareció por primera vez en 1992 en Polonia y afecta hoy a 22 países donde los fresnos son frecuentes. En Dinamarca ya afectó al 90% de este tipo de árboles.
Los ecologistas se preocupan también por los daños colaterales ya que estos árboles albergan una importante biodiversidad. Su desaparición en los bosques "tendría repercusiones en el conjunto del ecosistema", confirma un informe parlamentario.
¿Cómo atravesó Chalara el Canal de la Mancha? Los científicos piensan que las esporas fueron transportadas por el viento o por pájaros. Pero el hongo pudo haber viajado más de lo que se cree: hay expertos que opinan que podría venir de Japón o Corea. Un efecto de la globalización.
"Un particular o una colectividad pueden perfectamente procurarse en un semillero europeo una planta de fresno procedente de Asia y aparentemente sana, y donde el hongo está presente en estado latente". explica Arnaud Dowkiw, investigador del Instituto Nacional de Investigación agrónoma (INRA) en Francia.
"El problema es que las plantas ornamentales no están sometidas a la misma regulación que las plantas forestales, en lo referente a trazabilidad y origen geográfico", añade.
Para él, la lucha contra la enfermedad requiere una "verdadera estrategia a escala europea" y una "concertación de todos", evitando soluciones apresuradas y "curar el mal con otro mal", como clonar las variedades resistentes pero sin respetar la diversidad genética.
Este hongo se desarrolla en hojas muertas caídas al suelo. Sus esporas son luego depositadas por el viento en el follaje del fresno, y en algunos años sus hojas se marchitan y la necrosis invade sus ramas. Cuanto más joven es, más rápido muere el árbol.
En invierno, la enfermedad -la chalaropsis- es latente. Pero con el buen tiempo "la vamos a encontrar en todas partes", augura Simon Ellis, director general de los semilleros Crowders, en el este de Inglaterra, y que acusa a las autoridades de haber reaccionado demasiado tarde. "La situación está totalmente fuera de control", dice.
Chalara es "capaz de devastar los paisajes británicos", se alarma Woodland Trust, una asociación de lucha en favor de la protección de bosques, que teme un "desastre ecológico".
El gobierno convocó este pasado otoño boreal una reunión "Cobra", reservada a las situaciones de crisis. Las importaciones de fresnos fueron prohibidas, así como la circulación de semillas o plantas en el país. Unos 100.000 árboles fueron abatidos.
La única esperanza es por ahora frenar la enfermedad y hallar fresnos resistentes "para restructurar los bosques". Nadie sabe cómo erradicar la enfermedad, que apareció por primera vez en 1992 en Polonia y afecta hoy a 22 países donde los fresnos son frecuentes. En Dinamarca ya afectó al 90% de este tipo de árboles.
Los ecologistas se preocupan también por los daños colaterales ya que estos árboles albergan una importante biodiversidad. Su desaparición en los bosques "tendría repercusiones en el conjunto del ecosistema", confirma un informe parlamentario.
¿Cómo atravesó Chalara el Canal de la Mancha? Los científicos piensan que las esporas fueron transportadas por el viento o por pájaros. Pero el hongo pudo haber viajado más de lo que se cree: hay expertos que opinan que podría venir de Japón o Corea. Un efecto de la globalización.
"Un particular o una colectividad pueden perfectamente procurarse en un semillero europeo una planta de fresno procedente de Asia y aparentemente sana, y donde el hongo está presente en estado latente". explica Arnaud Dowkiw, investigador del Instituto Nacional de Investigación agrónoma (INRA) en Francia.
"El problema es que las plantas ornamentales no están sometidas a la misma regulación que las plantas forestales, en lo referente a trazabilidad y origen geográfico", añade.
Para él, la lucha contra la enfermedad requiere una "verdadera estrategia a escala europea" y una "concertación de todos", evitando soluciones apresuradas y "curar el mal con otro mal", como clonar las variedades resistentes pero sin respetar la diversidad genética.