La UE insta a "frenar la violencia, el flujo de refugiados y garantizar un acceso humanitario total" a la convulsa región birmana de Rakhine, afirmó la alta representante de Política Exterior del bloque, Federica Mogherini.
La diplomática europea habló desde la capital de Myanmar, Naipyidó, donde se celebra la cumbre de ministros de Exteriores Asia-Europa (ASEM), tras haber visitado el fin de semana campamentos de refugiados rohingya en Bangladesh.
Desde Naipyidó habló también el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, que planeó un plan de tres fases para solucionar la crisis.
"La primera fase es conseguir el cese del fuego en el terreno y restaurar la estabilidad y el orden, para que la gente pueda disfrutar de paz y deje de huir", dijo Wang antes del inicio de la cumbre ASEM.
La segunda fase sería la negociación de un acuerdo de repatriación entre Myanmar y Bangladesh, algo que también pidió Mogherini.
"La tercera fase (trataría de) encarar la raíz del problema y explorar formas de resolverlo", apuntó Wang, para quien la raíz del conflicto es la pobreza.
Según los cálculos de la ONU, unos 620.000 musulmanes rohingya huyeron en los últimos tres meses a Bangladesh después de que el Ejército birmano lanzara el 25 de agosto una operación contra presuntos insurgentes a los que acusó de ataques a puestos de seguridad en Rajine.
Los refugiados y los grupos de derechos humanos acusan a las fuerzas de seguridad de utilizar una violencia extrema, de violaciones, asesinatos y de incendiar aldeas enteras. Un alto funcionario de derechos humanos de la ONU calificó los hechos como "un ejemplo de manual" de limpieza étnica. El Ejército birmano lo niega.
A la cumbre ministerial ASEM están invitados los representantes de sus 53 países miembros. El encuentro de este año se centrará en las armas de destrucción masiva y la no proliferación, el combate contra el terrorismo y el extremismo violento y aumentar la ciberseguridad.
La diplomática europea habló desde la capital de Myanmar, Naipyidó, donde se celebra la cumbre de ministros de Exteriores Asia-Europa (ASEM), tras haber visitado el fin de semana campamentos de refugiados rohingya en Bangladesh.
Desde Naipyidó habló también el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, que planeó un plan de tres fases para solucionar la crisis.
"La primera fase es conseguir el cese del fuego en el terreno y restaurar la estabilidad y el orden, para que la gente pueda disfrutar de paz y deje de huir", dijo Wang antes del inicio de la cumbre ASEM.
La segunda fase sería la negociación de un acuerdo de repatriación entre Myanmar y Bangladesh, algo que también pidió Mogherini.
"La tercera fase (trataría de) encarar la raíz del problema y explorar formas de resolverlo", apuntó Wang, para quien la raíz del conflicto es la pobreza.
Según los cálculos de la ONU, unos 620.000 musulmanes rohingya huyeron en los últimos tres meses a Bangladesh después de que el Ejército birmano lanzara el 25 de agosto una operación contra presuntos insurgentes a los que acusó de ataques a puestos de seguridad en Rajine.
Los refugiados y los grupos de derechos humanos acusan a las fuerzas de seguridad de utilizar una violencia extrema, de violaciones, asesinatos y de incendiar aldeas enteras. Un alto funcionario de derechos humanos de la ONU calificó los hechos como "un ejemplo de manual" de limpieza étnica. El Ejército birmano lo niega.
A la cumbre ministerial ASEM están invitados los representantes de sus 53 países miembros. El encuentro de este año se centrará en las armas de destrucción masiva y la no proliferación, el combate contra el terrorismo y el extremismo violento y aumentar la ciberseguridad.