Este ataque, que no ha sido reivindicado, se produce pocas horas después de que el grupo Estado Islámico (EI) reivindicó un atentado suicida ocurrido el martes en Jordania, cerca de la frontera con Siria. El ataque dejó siete muertos y 13 heridos.
Las explosiones se produjeron en la localidad de Al Qaa, un pueblo de mayoría cristiana cercano a la frontera con Siria.
"El primer suicida se hizo estallar frente a una casa. Varios habitantes se reunieron en el lugar de la explosión y fue en ese momento que los otros tres kamikazes entraron en acción", dijo a la AFP una fuente militar.
El alcalde de Al Qaa, Bashir Matar, indicó que dos de los kamikazes detonaron sus explosivos en el momento en que los habitantes se disponían a ayudar a los heridos.
"Murieron al menos ocho personas, incluyendo tres suicidas, y otras 15 resultaron heridas", indicó a la AFP Georges Kettaneh, secretario general de la Cruz Roja libanesa.
Fadi Bsherrawi, un lugareño, contó a la AFP que su vecino estaba tomando su "suhur" (la comida que se consume antes del reinicio de ayuno durante el ramadán) cuando vio a los atacantes.
"Su hijo salió con un fusil de caza y les disparó (...) Yo escuché los tiros y las explosiones", agregó.
Un corresponsal de la AFP constató que tras el ataque, las fuerzas de seguridad libanesas estaban desplegadas.
La localidad de Al Qaa está en la ruta que conecta la ciudad siria de Quseir con Beká, en el este de Líbano. Si bien es de mayoría cristiana, un cuarto de la población son musulmanes sunitas y en la periferia de la localidad hay un campo de refugiados sirios.
Como en muchas otras localidades del este del Líbano, Al Qaa ha recibido los coletazos de la guerra en Siria, un conflicto que ha dejado más de 280.000 muertos y que ha obligado a millones de personas a huir de sus hogares.
"El pueblo sigue en alerta y vigilamos las casas antes de entrar", explicó Fadi Bsherrawi.
La zona fronteriza con Siria ha sido escenario de múltiples enfrentamientos entre el ejército libanés y grupos yihadistas como el Frente Al Nosra [el brazo sirio de Al Qaida] o el grupo extremista sunita Estado Islámico (EI).
La tensión llegó a su punto máximo en agosto de 2014 cuando Al Nosra y el EI secuestraron a una treintena de soldados y policías en la localidad de Arsal.
A finales de 2015, tras largas negociaciones, Beirut logró que fueran liberados, en un intercambio de prisioneros.
La implicación del poderoso movimiento chiita libanés Hezbolá al lado del régimen sirio Bashar al Asad, acrecentó las tensiones con Estados Unidos y sus aliados Turquía, Israel y Arabia Saudí, que acoge actualmente a más de 1,1 millones de refugiados sirios, equivalentes a un cuarto de la población.
Las explosiones se produjeron en la localidad de Al Qaa, un pueblo de mayoría cristiana cercano a la frontera con Siria.
"El primer suicida se hizo estallar frente a una casa. Varios habitantes se reunieron en el lugar de la explosión y fue en ese momento que los otros tres kamikazes entraron en acción", dijo a la AFP una fuente militar.
El alcalde de Al Qaa, Bashir Matar, indicó que dos de los kamikazes detonaron sus explosivos en el momento en que los habitantes se disponían a ayudar a los heridos.
"Murieron al menos ocho personas, incluyendo tres suicidas, y otras 15 resultaron heridas", indicó a la AFP Georges Kettaneh, secretario general de la Cruz Roja libanesa.
Fadi Bsherrawi, un lugareño, contó a la AFP que su vecino estaba tomando su "suhur" (la comida que se consume antes del reinicio de ayuno durante el ramadán) cuando vio a los atacantes.
"Su hijo salió con un fusil de caza y les disparó (...) Yo escuché los tiros y las explosiones", agregó.
Un corresponsal de la AFP constató que tras el ataque, las fuerzas de seguridad libanesas estaban desplegadas.
- Víctima del conflicto sirio -
La localidad de Al Qaa está en la ruta que conecta la ciudad siria de Quseir con Beká, en el este de Líbano. Si bien es de mayoría cristiana, un cuarto de la población son musulmanes sunitas y en la periferia de la localidad hay un campo de refugiados sirios.
Como en muchas otras localidades del este del Líbano, Al Qaa ha recibido los coletazos de la guerra en Siria, un conflicto que ha dejado más de 280.000 muertos y que ha obligado a millones de personas a huir de sus hogares.
"El pueblo sigue en alerta y vigilamos las casas antes de entrar", explicó Fadi Bsherrawi.
La zona fronteriza con Siria ha sido escenario de múltiples enfrentamientos entre el ejército libanés y grupos yihadistas como el Frente Al Nosra [el brazo sirio de Al Qaida] o el grupo extremista sunita Estado Islámico (EI).
La tensión llegó a su punto máximo en agosto de 2014 cuando Al Nosra y el EI secuestraron a una treintena de soldados y policías en la localidad de Arsal.
A finales de 2015, tras largas negociaciones, Beirut logró que fueran liberados, en un intercambio de prisioneros.
La implicación del poderoso movimiento chiita libanés Hezbolá al lado del régimen sirio Bashar al Asad, acrecentó las tensiones con Estados Unidos y sus aliados Turquía, Israel y Arabia Saudí, que acoge actualmente a más de 1,1 millones de refugiados sirios, equivalentes a un cuarto de la población.