Los representantes de la oposición siria y del presidente Bashar Al Asad se reunirán el jueves para intentar de nuevo poner fin a seis años de una guerra que ha causado más de 310.000 muertos.
Las fuerzas del régimen aumentaron, sin embargo, sus bombardeos contra la periferia de la capital siria este lunes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y milicianos presentes en la zona.
"Los bombardeos mataron a siete personas, incluyendo una mujer y un niño, e hirió a otras doce en Barzé", un barrio en manos de los rebeldes del norte de Damasco, afirmó el OSDH. Los obuses también alcanzaron Qabun, otro barrio rebelde del noreste de la capital.
Los rebeldes y el régimen acordaron un alto el fuego local en Qabun en 2014, pero la violencia estalló de nuevo en los últimos días.
Al menos 16 personas fallecieron el sábado cuando los obuses lanzados por el ejército impactaron en un funeral en Qabun, según el OSDH.
"Hoy (lunes) es el tercer día de bombardeos, con disparos de obuses y cohetes y bombardeos", confirmó a la AFP Hamza Abas por internet.
El principal grupo de la oposición acusó el domingo al régimen de intensificar sus ataques para sabotear las negociaciones de paz de Ginebra.
Los recientes bombardeos cerca de Damasco, en la provincia de Homs y en otras partes del país, "ponen en peligro los esfuerzos destinados a alcanzar una transición política en Siria", denunció en un comunicado el Alto Comité de Negociaciones (ACN).
Esta alianza, formada en diciembre de 2015, reúne a un amplio abanico de grupos opositores y de la rebelión y los representará en la cuarta ronda de negociaciones de Ginebra, que comenzará el jueves.
"Es un mensaje sangriento por parte de un régimen criminal que, a unos días de la apertura de las negociaciones en Ginebra, demuestra su rechazo a toda solución política", declaró el ACN.
La delegación del ACN estará encabezada por el abogado Mohamed Sabra, que sustituye a Mohmed Alush, del poderoso grupo rebelde del Ejército del Islam, implantado en la zona de Guta, la periferia este de Damaco, en el punto de mira del ejército desde hace varios meses.
"Pese a estar debilitada y rodeada, Guta oriental sigue siendo una espina clavada en el corazón del régimen de Asad y moviliza a miles de soldados", explicó Aron Lund en un análisis publicado por el centro Carnegie para Oriente Medio.
Invadir esta región puede tener un impacto significativo en los diálogos de paz "pues la delegación de la oposición no tendrá un gran valor" sin el Ejército del Islam, precisó.
Radwan al Homsi, un militante antirrégimen de Binninch (noroeste), no alberga muchas esperanzas respecto a la próxima reunión de paz en Ginebra.
"Será como en las demás conferencias, solamente tinta en un papel", lamenta. "Ahora nos da mucho miedo todo lo que se llama conferencia, porque después de cada conferencia hay una campaña militar", dice este hombre de 27 años.
Desde la última reunión, en abril de 2016, los rebeldes han perdido su importante posición de Alepo Este y tendrán que tener en cuenta la nueva alianza entre su principal respaldo, Turquía, y Rusia, que apoya al régimen.
Ankara y Moscú se aliaron en diciembre para imponer una frágil tregua entre los rebeldes y el Gobierno, que a duras penas se respeta.
El jueves pasado, cuatro soldados rusos murieron en la explosión de una bomba artesanal al paso de su convoy en una carretera de Homs (centro), anunciaron este lunes las agencias de prensa rusas.
Por otra parte, ocho civiles murieron en un bombardeo sobre Raqa (norte), el bastión del grupo Estado Islámico (EI), indicó el OSDH, que no pudo determinar el autor del ataque.
Y en el sur, tres personas fallecieron en un ataque de Fateh as Sham, exrama siria de Al Qaida antes llamado frente an Nusra, contra un hospital en la ciudad de Deraa, anunció la agencia oficial Sana.
Las fuerzas del régimen aumentaron, sin embargo, sus bombardeos contra la periferia de la capital siria este lunes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y milicianos presentes en la zona.
"Los bombardeos mataron a siete personas, incluyendo una mujer y un niño, e hirió a otras doce en Barzé", un barrio en manos de los rebeldes del norte de Damasco, afirmó el OSDH. Los obuses también alcanzaron Qabun, otro barrio rebelde del noreste de la capital.
Los rebeldes y el régimen acordaron un alto el fuego local en Qabun en 2014, pero la violencia estalló de nuevo en los últimos días.
Al menos 16 personas fallecieron el sábado cuando los obuses lanzados por el ejército impactaron en un funeral en Qabun, según el OSDH.
"Hoy (lunes) es el tercer día de bombardeos, con disparos de obuses y cohetes y bombardeos", confirmó a la AFP Hamza Abas por internet.
- 'Mensaje sangriento' -
El principal grupo de la oposición acusó el domingo al régimen de intensificar sus ataques para sabotear las negociaciones de paz de Ginebra.
Los recientes bombardeos cerca de Damasco, en la provincia de Homs y en otras partes del país, "ponen en peligro los esfuerzos destinados a alcanzar una transición política en Siria", denunció en un comunicado el Alto Comité de Negociaciones (ACN).
Esta alianza, formada en diciembre de 2015, reúne a un amplio abanico de grupos opositores y de la rebelión y los representará en la cuarta ronda de negociaciones de Ginebra, que comenzará el jueves.
"Es un mensaje sangriento por parte de un régimen criminal que, a unos días de la apertura de las negociaciones en Ginebra, demuestra su rechazo a toda solución política", declaró el ACN.
La delegación del ACN estará encabezada por el abogado Mohamed Sabra, que sustituye a Mohmed Alush, del poderoso grupo rebelde del Ejército del Islam, implantado en la zona de Guta, la periferia este de Damaco, en el punto de mira del ejército desde hace varios meses.
"Pese a estar debilitada y rodeada, Guta oriental sigue siendo una espina clavada en el corazón del régimen de Asad y moviliza a miles de soldados", explicó Aron Lund en un análisis publicado por el centro Carnegie para Oriente Medio.
Invadir esta región puede tener un impacto significativo en los diálogos de paz "pues la delegación de la oposición no tendrá un gran valor" sin el Ejército del Islam, precisó.
- 'Tinta en un papel' -
Radwan al Homsi, un militante antirrégimen de Binninch (noroeste), no alberga muchas esperanzas respecto a la próxima reunión de paz en Ginebra.
"Será como en las demás conferencias, solamente tinta en un papel", lamenta. "Ahora nos da mucho miedo todo lo que se llama conferencia, porque después de cada conferencia hay una campaña militar", dice este hombre de 27 años.
Desde la última reunión, en abril de 2016, los rebeldes han perdido su importante posición de Alepo Este y tendrán que tener en cuenta la nueva alianza entre su principal respaldo, Turquía, y Rusia, que apoya al régimen.
Ankara y Moscú se aliaron en diciembre para imponer una frágil tregua entre los rebeldes y el Gobierno, que a duras penas se respeta.
El jueves pasado, cuatro soldados rusos murieron en la explosión de una bomba artesanal al paso de su convoy en una carretera de Homs (centro), anunciaron este lunes las agencias de prensa rusas.
Por otra parte, ocho civiles murieron en un bombardeo sobre Raqa (norte), el bastión del grupo Estado Islámico (EI), indicó el OSDH, que no pudo determinar el autor del ataque.
Y en el sur, tres personas fallecieron en un ataque de Fateh as Sham, exrama siria de Al Qaida antes llamado frente an Nusra, contra un hospital en la ciudad de Deraa, anunció la agencia oficial Sana.