"Se produjo un ataque en los alrededores del aeropuerto militar de Jaljalah, en la provincia de Sweida [sur], el viernes", dijo Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Las fuerzas leales al presidente Bashar al Asad pudieron mantener el control del aeropuerto y sus alrededores, a pesar de haber perdido a 20 soldados. Al menos 15 rebeldes fueron abatidos.
Aunque el Observatorio seguía esperando la confirmación de la identidad de los atacantes, Abdel Rahman declaró a la AFP que es probable que fueran yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
El aeropuerto de Jaljalah linda con la principal autovía que une la capital de la provincia de Sweida, controlada por el régimen, con Damasco.
"Se trata de un área importante porque es drusa y linda con la provincia de Damasco", dijo Abdel Rahman a la AFP, refiriéndose a esta minoría religiosa que tiene en Sweida su bastión más importante.
El régimen del presidente Al Asad sostiene que protege a las minorías de los islamistas extranjeros.
Los ataques contra las comunidades minoritarias se han incrementado con el ascenso del EI, que apunta tanto a estas comunidades religiosas como a los sunitas que acusa de no seguir su interpretación extrema del islam.
Por otro lado, el viernes, la filial siria de Al Qaida se retiró del paso de Nasib, un área clave en la frontera de Siria con Jordania, dijo el OSDH.
En el norte, al menos tres personas fueron abatidas y docenas resultaron heridas por los ataques con cohetes el sábado en un barrio cristiano de la ciudad de Alepo.
"El balance de muertos probablemente aumentará porque hay un número importante de personas en condiciones críticas", dijo Abdel Rahman.
Más de 215.000 personas han fallecido en los últimos cuatro años en Siria a causa de la guerra, en la que los grupos yihadistas van ganando influencia.