Nahal Oz es el lugar colonizado más próximo a la Frontera de Gaza. Sólo unos cientos de metros lo separan de la valla de seguridad. Al fondo, se elevan los edificios de Ciudad de Gaza.
Los colonos del kibutz trabajaron esas tierras durante meses, pero en cuestión de segundos todo se perdió. "Es duro describir lo doloroso que es".
Rachamin se refiere a las cometas voladoras, un objeto de juego que los palestinos de Gaza han convertido en arma en las últimas semanas. Prenden fuego y lo lanzan hacia las tierras colonizadas, donde provocan incendios.
Desde finales de marzo, decenas de miles de palestinos protestan en la Franja de Gaza contra Israel, en lo que han bautizado como "la Marcha del Retorno" en reivindicación de su derecho a regresar a las tierras de las que fueron expulsados con la fundación de Israel en 1948, de la que se acaban de cumplir 70 años.
Las protestas, que también se dirigen contra el bloqueo de la Franja de Gaza, derivaron en enfrentamientos masivos con el Ejército israelí en los que murieron al menos 120 palestinos y miles resultaron heridos.
Las cometas son una especie de forma de represalia con la que los palestinos contraatacan.
Los bomberos israelíes han combatido ya unos 450 incendios provocados por cometas con tela ardiendo. "Lo calificamos como una modalidad de ataques terroristas", señala Joram Levi, portavoz de las autoridades de rescate y los bomberos. "Quieren incendiar nuestro país".
Gilad Erdan, ministro de Seguridad pública, ya ha pedido por ello que se busque y se mate a los responsables de esos ataques, extendiendo la controvertida política de asesinatos selectivos que rige para terroristas a los atacantes de las cometas.
El Ministerio de Defensa habla de nueve kilómetros cuadrados de superficie destrozada entre praderas, bosques y campos. Los medios calculan los daños en unos 1.200 millones de euros. No hay daños personales: nadie ha resultado herido ni tampoco ningún edificio se ha visto afectado. Casi 50.000 personas viven en el sur de Palestina a lo largo de la frontera de 60 kilómetros con la Franja de Gaza.
El portavoz de la organización radical palestina Hamas, Abdulatif al Kanuwa, calificó sin embargo las cometas de fuego como "uno de los medios pacíficos desarrollado por los manifestantes pacíficos para resistir pacíficamente a la ocupación sionista (israelí)".
Quienes lanzas esas cometas son jóvenes palestinos. "Las cometas son sencillas y no cuestan mucho dinero", cuenta uno de 25 años en Gaza, que prefiere no dar su nombre. De las cometas artesanales cuelgan trozos de tela empapadas en queroseno. Los jóvenes lanzan las cometas al cielo y prenden la cuerda. El cálido viento del oeste las arrastra kiómetros hacia territorio israelí.
El Ejército israelí intenta atrapar los objetos voladores con drones. Estos chocan contra las cometas y así caen al suelo. "Tenemos una tasa de éxito superior al 90 por ciento", cuenta el comandante responsable, Nadav Livni. Más de 500 cometas y globos llenos de helio han sido parados de esa manera.
"Esta táctica se utiliza para mantener ocupados a los judíos en apagar las llamas y entonces nosotros nos infiltramos y volvemos a nuestra tierra", cuenta por su parte el joven palestino, que asegura que no cesarán hasta que no se levante el bloqueo y puedan volver a la tierra de sus antepasados.
Israel decretó un bloqueo sobre la franja costera hace más de diez años, que también respalda el vecino Egipto, y que justifica por intereses de seguridad. La Unión Europea, Estados Unidos e Israel califican al grupo radical palestino Hamas de organización terrorista. A finales de mayo, milicianos palestinos lanzaron unas 100 granadas de mortero y cohetes contra Israel en sólo 24 horas.
Desde hace tiempo las organizaciones defensoras de derechos humanos denuncian las condiciones de vida de los en torno a dos millones de habitantes de la franja costera. Sufren un alto desempleo, numerosos cortes de electricidad y sus aguas subterráneas no están limpias, por enumerar algunos de sus problemas.
Casi 170.000 euros en daños han provocado los incendios provocados por las cometas en el kibuz Nahal Oz, calcula Rachamim. Pero pese a los ataques con cohetes y cometas, sus colonos no se rinden. "Espero que los palestinos entiendan un día que no nos pueden echar de aquí".
Los colonos del kibutz trabajaron esas tierras durante meses, pero en cuestión de segundos todo se perdió. "Es duro describir lo doloroso que es".
Rachamin se refiere a las cometas voladoras, un objeto de juego que los palestinos de Gaza han convertido en arma en las últimas semanas. Prenden fuego y lo lanzan hacia las tierras colonizadas, donde provocan incendios.
Desde finales de marzo, decenas de miles de palestinos protestan en la Franja de Gaza contra Israel, en lo que han bautizado como "la Marcha del Retorno" en reivindicación de su derecho a regresar a las tierras de las que fueron expulsados con la fundación de Israel en 1948, de la que se acaban de cumplir 70 años.
Las protestas, que también se dirigen contra el bloqueo de la Franja de Gaza, derivaron en enfrentamientos masivos con el Ejército israelí en los que murieron al menos 120 palestinos y miles resultaron heridos.
Las cometas son una especie de forma de represalia con la que los palestinos contraatacan.
Los bomberos israelíes han combatido ya unos 450 incendios provocados por cometas con tela ardiendo. "Lo calificamos como una modalidad de ataques terroristas", señala Joram Levi, portavoz de las autoridades de rescate y los bomberos. "Quieren incendiar nuestro país".
Gilad Erdan, ministro de Seguridad pública, ya ha pedido por ello que se busque y se mate a los responsables de esos ataques, extendiendo la controvertida política de asesinatos selectivos que rige para terroristas a los atacantes de las cometas.
El Ministerio de Defensa habla de nueve kilómetros cuadrados de superficie destrozada entre praderas, bosques y campos. Los medios calculan los daños en unos 1.200 millones de euros. No hay daños personales: nadie ha resultado herido ni tampoco ningún edificio se ha visto afectado. Casi 50.000 personas viven en el sur de Palestina a lo largo de la frontera de 60 kilómetros con la Franja de Gaza.
El portavoz de la organización radical palestina Hamas, Abdulatif al Kanuwa, calificó sin embargo las cometas de fuego como "uno de los medios pacíficos desarrollado por los manifestantes pacíficos para resistir pacíficamente a la ocupación sionista (israelí)".
Quienes lanzas esas cometas son jóvenes palestinos. "Las cometas son sencillas y no cuestan mucho dinero", cuenta uno de 25 años en Gaza, que prefiere no dar su nombre. De las cometas artesanales cuelgan trozos de tela empapadas en queroseno. Los jóvenes lanzan las cometas al cielo y prenden la cuerda. El cálido viento del oeste las arrastra kiómetros hacia territorio israelí.
El Ejército israelí intenta atrapar los objetos voladores con drones. Estos chocan contra las cometas y así caen al suelo. "Tenemos una tasa de éxito superior al 90 por ciento", cuenta el comandante responsable, Nadav Livni. Más de 500 cometas y globos llenos de helio han sido parados de esa manera.
"Esta táctica se utiliza para mantener ocupados a los judíos en apagar las llamas y entonces nosotros nos infiltramos y volvemos a nuestra tierra", cuenta por su parte el joven palestino, que asegura que no cesarán hasta que no se levante el bloqueo y puedan volver a la tierra de sus antepasados.
Israel decretó un bloqueo sobre la franja costera hace más de diez años, que también respalda el vecino Egipto, y que justifica por intereses de seguridad. La Unión Europea, Estados Unidos e Israel califican al grupo radical palestino Hamas de organización terrorista. A finales de mayo, milicianos palestinos lanzaron unas 100 granadas de mortero y cohetes contra Israel en sólo 24 horas.
Desde hace tiempo las organizaciones defensoras de derechos humanos denuncian las condiciones de vida de los en torno a dos millones de habitantes de la franja costera. Sufren un alto desempleo, numerosos cortes de electricidad y sus aguas subterráneas no están limpias, por enumerar algunos de sus problemas.
Casi 170.000 euros en daños han provocado los incendios provocados por las cometas en el kibuz Nahal Oz, calcula Rachamim. Pero pese a los ataques con cohetes y cometas, sus colonos no se rinden. "Espero que los palestinos entiendan un día que no nos pueden echar de aquí".