A un mes de los comicios, Rohani figura como el favorito para lograr un segundo mandato de cuatro años.
En 2013 Rohani fue elegido en la primera vuelta con poco más de 50% de los votos, favorecido por una importante movilización del electorado reformista pero también por la división de los conservadores.
En esta ocasión los conservadores no lograron hasta ahora unirse detrás de un candidato único y presentan tres aspirantes.
El expresidente Ahmadinejad no puede presentarse, pero su descalificación por el Consejo de Guardianes de la Constitución, anunciada el jueves, no es una sorpresa.
El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ya le había aconsejado en septiembre que no se presentara para evitar una "polarización" de la vida política.
Durante los últimos años de la presidencia del ultraconservador Ahmadinejad (2005-2013), su actitud desafiante frente al poder generó numerosas críticas de los conservadores.
"Una vez que el guía supremo le pidió que no se presentara era imposible que su candidatura fuera aprobada por el Consejo de Guardianes", controlado por religiosos conservadores nombrados por Jamenei, afirmó Clement Therme, investigador especializado sobre Irán en el International Institute for Strategic Studies.
"Durante su segundo mandato (Ahmadinejad) desafió incluso al clero. No es útil para el sistema", agregó.
Un total de 1.636 candidatos, de los cuales 137 mujeres, se presentaron oficialmente para estos comicios.
Pero el Consejo de Guardianes solo ha dado su visto bueno a seis candidatos, tres conservadores y tres del bando moderado y reformista, entre ellos Rohani.
El Consejo sorprendió al anunciar el jueves por la noche el comienzo inmediato de la campaña, con una semana de antelación sobre el calendario previsto. De hecho, no se informó sobre ninguna actividad electoral particular este viernes en Teherán.
Para esta campaña la Comisión electoral decidió no autorizar debates por televisión en directo, lo que provocó las críticas de Rohani y de candidatos conservadores.
Rohani deberá esmerarse para defender su gestión, criticada por numerosos iraníes, en particular en el plano económico y social.
Sus esfuerzos para normalizar las relaciones con Occidente fueron ampliamente respaldados, pero la normalización no logró estimular el crecimiento, que sigue siendo muy bajo para reducir una tasa de desempleo superior al 12%.
Entre los conservadores se destaca el ascenso del religioso Ebrahim Raisi, de 56 años. Poco conocido por la opinión pública, es percibido como un allegado al ayatolá Jamenei, que lo nombró en 2016 al frente de la poderosa fundación caritativa Astan Qods Razavi, con sede en el ciudad santa de Mashhad (noreste).
Algunos adelantan que Raisi podría retirarse en el último momento en beneficio del actual alcalde conservador de Teherán, Mohamad Bagher Ghalibaf, segundo en 2013 detrás de Rohani.
Este excombatiente de los Guardianes de la Revolución, veterano de guerra, que también dirigió la policía nacional, podría ser el candidato único de los conservadores.
Frente a los conservadores el bando de los moderados y reformistas está también representado por el primer vicepresidente Es Hagh Jahanguiri.
Jahanguiri es percibido como un candidato de apoyo a Rohani, en particular por la defensa del balance del gobierno en los debates televisivos.
El sexto candidato, el reformista Mostapha Hashemitaba, es un desconocido.
Los iraníes acogieron de diferente forma la descalificación de Ahmadinejad, que aún es popular entre los iraníes más humildes, a pesar de su gestión economica globalmente negativa.
"Pienso que Ahmadinejad no debería haber sido descalificado", reaccionó Mohmad Barjodar, un joven de 20 años. "Era un presidente que asumía riesgos, distribuyendo dinero a los pobres o dando viviendas. Tenía una gran ambición para el programa nuclear de Irán. Rohani no toma ningún riesgo", agregó.
Pero otros dicen estar satisfechos. "Tenían que haberlo descalificado hace 12 años", antes de que se convirtiese en presidente, lamentó un iraní en su cuenta de Twitter.
En 2013 Rohani fue elegido en la primera vuelta con poco más de 50% de los votos, favorecido por una importante movilización del electorado reformista pero también por la división de los conservadores.
En esta ocasión los conservadores no lograron hasta ahora unirse detrás de un candidato único y presentan tres aspirantes.
El expresidente Ahmadinejad no puede presentarse, pero su descalificación por el Consejo de Guardianes de la Constitución, anunciada el jueves, no es una sorpresa.
El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ya le había aconsejado en septiembre que no se presentara para evitar una "polarización" de la vida política.
Durante los últimos años de la presidencia del ultraconservador Ahmadinejad (2005-2013), su actitud desafiante frente al poder generó numerosas críticas de los conservadores.
"Una vez que el guía supremo le pidió que no se presentara era imposible que su candidatura fuera aprobada por el Consejo de Guardianes", controlado por religiosos conservadores nombrados por Jamenei, afirmó Clement Therme, investigador especializado sobre Irán en el International Institute for Strategic Studies.
"Durante su segundo mandato (Ahmadinejad) desafió incluso al clero. No es útil para el sistema", agregó.
Un total de 1.636 candidatos, de los cuales 137 mujeres, se presentaron oficialmente para estos comicios.
Pero el Consejo de Guardianes solo ha dado su visto bueno a seis candidatos, tres conservadores y tres del bando moderado y reformista, entre ellos Rohani.
El Consejo sorprendió al anunciar el jueves por la noche el comienzo inmediato de la campaña, con una semana de antelación sobre el calendario previsto. De hecho, no se informó sobre ninguna actividad electoral particular este viernes en Teherán.
Para esta campaña la Comisión electoral decidió no autorizar debates por televisión en directo, lo que provocó las críticas de Rohani y de candidatos conservadores.
- Los conservadores divididos -
Rohani deberá esmerarse para defender su gestión, criticada por numerosos iraníes, en particular en el plano económico y social.
Sus esfuerzos para normalizar las relaciones con Occidente fueron ampliamente respaldados, pero la normalización no logró estimular el crecimiento, que sigue siendo muy bajo para reducir una tasa de desempleo superior al 12%.
Entre los conservadores se destaca el ascenso del religioso Ebrahim Raisi, de 56 años. Poco conocido por la opinión pública, es percibido como un allegado al ayatolá Jamenei, que lo nombró en 2016 al frente de la poderosa fundación caritativa Astan Qods Razavi, con sede en el ciudad santa de Mashhad (noreste).
Algunos adelantan que Raisi podría retirarse en el último momento en beneficio del actual alcalde conservador de Teherán, Mohamad Bagher Ghalibaf, segundo en 2013 detrás de Rohani.
Este excombatiente de los Guardianes de la Revolución, veterano de guerra, que también dirigió la policía nacional, podría ser el candidato único de los conservadores.
Frente a los conservadores el bando de los moderados y reformistas está también representado por el primer vicepresidente Es Hagh Jahanguiri.
Jahanguiri es percibido como un candidato de apoyo a Rohani, en particular por la defensa del balance del gobierno en los debates televisivos.
El sexto candidato, el reformista Mostapha Hashemitaba, es un desconocido.
Los iraníes acogieron de diferente forma la descalificación de Ahmadinejad, que aún es popular entre los iraníes más humildes, a pesar de su gestión economica globalmente negativa.
"Pienso que Ahmadinejad no debería haber sido descalificado", reaccionó Mohmad Barjodar, un joven de 20 años. "Era un presidente que asumía riesgos, distribuyendo dinero a los pobres o dando viviendas. Tenía una gran ambición para el programa nuclear de Irán. Rohani no toma ningún riesgo", agregó.
Pero otros dicen estar satisfechos. "Tenían que haberlo descalificado hace 12 años", antes de que se convirtiese en presidente, lamentó un iraní en su cuenta de Twitter.