Al perder su mayoría absoluta en el Parlamento, la jefa del gobierno conservador no solo perdió la apuesta de reforzar su autoridad, sino que sembró incertidumbre sobre su capacidad para imponerse en las discusiones con Bruselas, que deben empezar dentro de diez días, señalan los expertos.
Este resultado podría lleva al Reino Unido a "adoptar un tono menos agresivo", en particular sobre su reivindicación de un Brexit "duro" que implicaría la salida del mercado único, subraya el profesor Simon Hix de la London School of Economics.
"El Brexit 'duro' fue a parar a la basura esta noche", llegó a decir el exministro conservador de Finanzas, George Osborne.
May convocó estas legislativas anticipadas para lograr una posición de fuerza y atajar eventuales reticencias en el seno de su partido.
En su lugar, "se encuentra con un crédito político muy dañado en el momento de emprender las negociaciones", subraya Keith Featherstone, especialista de política europea en la London School of Economics.
"El resultado no deja evidentemente dudas ni para (la canciller alemana) Angela Merkel ni para (el presidente francés) Emmanuel Macron, ni para nadie. Esto cambia la dinámica", insiste el politólogo Paul Kelly.
El problema para May es doble.
En el plano internacional, su reputación ha sufrido un fuerte revés. "Ahora cuando presente sus exigencias" a los socios europeos, "estos podrán decir: muy bien pero ya veremos", señala Kelly.
A la primera ministra le costará también imponer su autoridad en su propio campo y corre el peligro de depender más de los euroescépticos conservadores.
"Si hubiese obtenido un mandato fuerte, podría haber tenido más peso para solucionar cuestiones como la de la factura que Bruselas reclama a Londres. Pero ahora deberá solucionar primero los problemas dentro de su partido y algunos dirán que no hay que dar ni un solo penique a Bruselas", agrega Kelly.
- 'Un completo caos' -
Nigel Farage, exlíder del partido eurófobo Ukip, está preocupado.
"El Brexit está en peligro", dijo. "Se ha activado el artículo 50 y ya estamos en marcha. May lo ha puesto todo en peligro. Incluso (el ministro del Brexit) David Davis empieza a hacer concesiones", tuiteó.
Los detractores del Brexit, por su parte, intentaron de inmediato aprovechar la ocasión para reclamar un giro en la forma de abordar la salida de la Unión Europea.
"Los términos del Brexit deben negociarse de manera radicalmente diferente. La gente no ha votado para salir del mercado único", lanzó Gina Miller, responsable de la campaña eurófila "Best for Britain" (lo mejor para Gran Bretaña).
"El principio del Brexit no se pone en duda. Pero las propuestas del gobierno sí, sin hablar del calendario. La permanecia en el mercado único podría volver a la mesa", considera por su parte el diputado conservador y director de la web "ConservativeHome", Paul Goodman.
De momento, la primera cuestión será la del calendario de las negociaciones.
Sin mayoría absoluta, Theresa May deberá intentar formar un gobierno, lo que podría retrasar las conversaciones con Bruselas. "Es un completo caos", subraya el profesor Tim Bale, de la Queen Mary University de Londres.
También pende de un hilo el futuro de Theresa May en Downing Street. Mike Finn, investigador de la universidad de Warwick, habla de un posible "fin de su carrera política".
La Unión Europea tenía la esperanza de escapar a todas estas turbulencias.
Según varias fuentes, Bruselas quería que las elecciones británicas hiciesen emerger a un líder fuerte para lograr un máximo de eficacia en los dos años previstos de intensas negociaciones.
"En dos años, debería haber Brexit", comentó el comisario europeo Pierre Moscovici a la radio francesa Europe 1. Pero "May perdió su apuesta" y eso "cambia tal vez un cierto número de cosas", agregó.