Nicolas Sarkozy
A cuatro días de la elección, la tensión y el tono del debate fueron aumentando a medida que se avanzaba en los temas -estilo presidencial, Europa, economía, inmigración, entre otros- y llegó a un nivel insólito en la política francesa cuando Sarkozy trató a su adversario de "pequeño calumniador" después de que Hollande, favorito según los sondeos, le acusara de haber procedido a nombramientos "partidistas" en ministerios e instancias públicas.
"Usted nombró a sus allegados por todos lados", dijo Hollande, evocando una "presidencia parcial y partidista".
"Es mentira, es una calumnia, usted es un pequeño calumniador", contestó Sarkozy, que esgrimía en este debate sus últimas armas para compensar su desventaja en las encuestas antes de la segunda vuelta tras haber quedado segundo en la primera.
El debate se transformó en enfrentamiento, con un Hollande más ofensivo de lo que se esperaba y un Sarkozy que se esforzaba por "controlar su impulsividad", según politólogos consultados por la AFP, que señalan que queda por saber los efectos que tendrá ese tono sobre los electores centristas y los de extrema derecha, en posición de árbitros en la segunda vuelta.
La oposición de los candidatos respecto a Europa ocupó buena parte del debate. Hollande acusó al presidente saliente de haber cedido a Alemania durante la negociación del tratado fiscal europeo.
"Con respecto a Alemania, usted no ha obtenido nada", acusó François Hollande, que quiere renegociar el tratado fiscal para agregarle medidas que favorezcan el crecimiento. Sin éstas "estaríamos condenados para siempre a la austeridad", agregó.
"Decir que Francia no ha obtenido nada de Alemania es falso, y demuestra una gran incompentencia", replicó Sarkozy, que citó el gobierno económico de la Eurozona.
"En Europa, no se dan órdenes. ¿Usted cree que basta con llegar con su trajecito?", ironizó el presidente.
A propósito de la crisis de la zona euro, Sarkozy estimó que "Europa la superó, afortunadamente". "Europa no la ha superado", replicó Hollande.
Nicolas Sarkozy citó también la gestión del expresidente del Gobierno socialista de España José Luis Rodríguez Zapatero como causante de la grave crisis que vive ese país, pero su adversario socialista le recordó que la situación dejada en Italia por el conservador Silvio Berlusconi no era mejor.
El primer tema abordado fue el proyecto presidencial de cada candidato.
"Seré el presidente de la justicia", del "enderezamiento" del país, "seré también el presidente de la unión, quiero unir porque la confianza la ganaremos con la unión", declaró Hollande, que abrió el debate.
"Han enfrentado a los franceses unos contra otros, los han dividido, y yo quiero reunirlos. Es el sentido del cambio que propongo", declaró Hollande.
Sarkozy le replicó reivindicando la misma voluntad de unir y se jactó de que no hubo violencias durante su presidencia, como "prueba de ese espíritu de unidad".
La unión "es una bella idea, pero hay que poner en ella los hechos (...) están los que hablan de la unidad y los que la han hecho", agregó.
Tras ello acusó a Hollande de no poder ser un unificador, dado que avaló insultos contra él pronunciados por partidarios del socialista.
"Cuando se me comparó con Franco, Laval, Pétain, y por qué no con Hitler, usted no dijo ni una palabra. Cuando (la dirigente socialista Martine) Aubry me trata de Madoff, condenado a 183 años de prisión", no dijo nada, afirmó Sarkozy.
"Señor Sarkozy, para usted será difícil pasar por víctima", le respondió Hollande.
En materia económica, Hollande puso permanentemente sobre la mesa el balance de Sarkozy en tanto que presidente saliente, y señaló el aumento del desempleo y de la deuda durante su mandato.
Sarkozy acusó a Hollande de dar cifras "falsas" sobre el aumento del desempleo y de "locura gastadora" en su proyecto.
Hollande acusó asimismo a Sarkozy de invocar la crisis para justificar las dificultades económicas de su mandato. "Pase lo que pase, usted siempre está contento de si mismo", agregó. "Eso es mentira", refutó Sarkozy.
Respecto a la inmigración, François Hollande, se dijo dispuesto a convocar un referéndum sobre el derecho de voto de los extranjeros de países exteriores a la Unión Europea en las elecciones municipales.
"Nosotros no queremos que los inmigrantes voten en Francia", respondió Sarkozy, que hizo de la inmigración uno de sus principales temas de campaña.
Este duelo televisivo, considerado clave para la segunda vuelta del domingo, fue el único debate entre los dos candidatos en toda la campaña y era transmitido por una decena de canales de televisión y emisiones de radio.
Según los dos últimos sondeos, publicados el miércoles por los institutos BVA e Ifop, François Hollande ganaría la elección con 53,5% o 54% de los votos, y Sarkozy obtendría 46,5% o 46%.
"Usted nombró a sus allegados por todos lados", dijo Hollande, evocando una "presidencia parcial y partidista".
"Es mentira, es una calumnia, usted es un pequeño calumniador", contestó Sarkozy, que esgrimía en este debate sus últimas armas para compensar su desventaja en las encuestas antes de la segunda vuelta tras haber quedado segundo en la primera.
El debate se transformó en enfrentamiento, con un Hollande más ofensivo de lo que se esperaba y un Sarkozy que se esforzaba por "controlar su impulsividad", según politólogos consultados por la AFP, que señalan que queda por saber los efectos que tendrá ese tono sobre los electores centristas y los de extrema derecha, en posición de árbitros en la segunda vuelta.
La oposición de los candidatos respecto a Europa ocupó buena parte del debate. Hollande acusó al presidente saliente de haber cedido a Alemania durante la negociación del tratado fiscal europeo.
"Con respecto a Alemania, usted no ha obtenido nada", acusó François Hollande, que quiere renegociar el tratado fiscal para agregarle medidas que favorezcan el crecimiento. Sin éstas "estaríamos condenados para siempre a la austeridad", agregó.
"Decir que Francia no ha obtenido nada de Alemania es falso, y demuestra una gran incompentencia", replicó Sarkozy, que citó el gobierno económico de la Eurozona.
"En Europa, no se dan órdenes. ¿Usted cree que basta con llegar con su trajecito?", ironizó el presidente.
A propósito de la crisis de la zona euro, Sarkozy estimó que "Europa la superó, afortunadamente". "Europa no la ha superado", replicó Hollande.
Nicolas Sarkozy citó también la gestión del expresidente del Gobierno socialista de España José Luis Rodríguez Zapatero como causante de la grave crisis que vive ese país, pero su adversario socialista le recordó que la situación dejada en Italia por el conservador Silvio Berlusconi no era mejor.
El primer tema abordado fue el proyecto presidencial de cada candidato.
"Seré el presidente de la justicia", del "enderezamiento" del país, "seré también el presidente de la unión, quiero unir porque la confianza la ganaremos con la unión", declaró Hollande, que abrió el debate.
"Han enfrentado a los franceses unos contra otros, los han dividido, y yo quiero reunirlos. Es el sentido del cambio que propongo", declaró Hollande.
Sarkozy le replicó reivindicando la misma voluntad de unir y se jactó de que no hubo violencias durante su presidencia, como "prueba de ese espíritu de unidad".
La unión "es una bella idea, pero hay que poner en ella los hechos (...) están los que hablan de la unidad y los que la han hecho", agregó.
Tras ello acusó a Hollande de no poder ser un unificador, dado que avaló insultos contra él pronunciados por partidarios del socialista.
"Cuando se me comparó con Franco, Laval, Pétain, y por qué no con Hitler, usted no dijo ni una palabra. Cuando (la dirigente socialista Martine) Aubry me trata de Madoff, condenado a 183 años de prisión", no dijo nada, afirmó Sarkozy.
"Señor Sarkozy, para usted será difícil pasar por víctima", le respondió Hollande.
En materia económica, Hollande puso permanentemente sobre la mesa el balance de Sarkozy en tanto que presidente saliente, y señaló el aumento del desempleo y de la deuda durante su mandato.
Sarkozy acusó a Hollande de dar cifras "falsas" sobre el aumento del desempleo y de "locura gastadora" en su proyecto.
Hollande acusó asimismo a Sarkozy de invocar la crisis para justificar las dificultades económicas de su mandato. "Pase lo que pase, usted siempre está contento de si mismo", agregó. "Eso es mentira", refutó Sarkozy.
Respecto a la inmigración, François Hollande, se dijo dispuesto a convocar un referéndum sobre el derecho de voto de los extranjeros de países exteriores a la Unión Europea en las elecciones municipales.
"Nosotros no queremos que los inmigrantes voten en Francia", respondió Sarkozy, que hizo de la inmigración uno de sus principales temas de campaña.
Este duelo televisivo, considerado clave para la segunda vuelta del domingo, fue el único debate entre los dos candidatos en toda la campaña y era transmitido por una decena de canales de televisión y emisiones de radio.
Según los dos últimos sondeos, publicados el miércoles por los institutos BVA e Ifop, François Hollande ganaría la elección con 53,5% o 54% de los votos, y Sarkozy obtendría 46,5% o 46%.