Mientras que el régimen de Bashar Al Asad parecía acercarse a su mayor victoria desde el inicio del conflicto, en 2011, el martes o el miércoles debía celebrarse una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, reclamada por París, en Nueva York, según sus diplomáticos.
En tres días, los soldados de Bashar al Asad se adueñaron de más de un tercio de la zona rebelde en la segunda ciudad del país, el mayor frente abierto en el conflicto sirio, que dejó más de 300.000 muertos en más de cinco años.
Este rápido avance provocó la huida de Alepo Este, en manos de los rebeldes, de casi 20.000 personas en los últimos tres días, precisó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en un comunicado, matizando que la cifra era una "estimación".
El éxodo continuaba el martes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que informó de varios combates en diferentes barrios, como el de Bab al Nayrab, donde diez civiles perdieron la vida en un bombardeo.
Según Naciones Unidas, 10.000 civiles se dirigieron al oeste de la ciudad, controlado por el régimen, mientras que entre 4.000 y 6.000 personas encontraron refugio en el pequeño enclave de Sheij Maqsud, en manos de las fuerzas kurdas.
Otros miles de civiles huyeron hacia el sureste de Alepo, después de que el régimen reconquistara el noreste de la ciudad.
El responsable de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien, dijo estar "muy preocupado por la situación de los civiles", que calificó de "alarmante y aterradora". Además de la "intensificación de los combates terrestres y los bombardeos a ciegas", "no funciona ningún hospital y las reservas de alimentos están casi agotadas", lamentó.
Las raciones alimentarias suministradas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) están agotadas desde el 13 de noviembre, y las reservas de las demás agencias humanitarias "disminuyen", precisó el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Ante la "catástrofe humanitaria" de Alepo, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault, pidió una reunión inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Alepo.
En los últimos meses, el ejército sirio lanzó varias ofensivas para reconquistar el este de Alepo, en manos de los rebeldes desde 2012.
Pero no consiguió grandes avances hasta la última operación lanzada el 15 de noviembre, que permitió romper las defensas rebeldes con la ayuda de sus aliados extranjeros, como la aviación rusa y el Hezbolá libanés.
Según el OSDH, la última ofensiva del ejército dejó más de 250 civiles muertos en el este de Alepo desde el 15 de noviembre. Por su parte, los rebeldes mataron a al menos 40 civiles en sus ataques a las zonas gubernamentales.
En el este de Alepo, "no hay ni alimentos, ni agua, ni medios de transporte", declaró Ibrahim Abu Laith, portavoz de los Cascos Blancos, el servicio de socorristas del sector rebelde.
Save the Children afirmó que temía que el asalto del régimen pueda dividir a las familias y deje a miles de personas, incluyendo a los niños, sin refugio y expuestos al peligro.
"Con tanta gente atrapada en un espacio cada vez más reducido, los niños pueden ser blanco de las bombas", declaró su directora, Sonia Khush.
La caída del este de Alepo supondría la peor derrota de los rebeldes desde 2011, y le permitiría al régimen centrarse en la reconquista de otras ciudades.
La guerra de Siria se ha ido haciendo más y más compleja desde 2011, con la intervención de múltiples actores, como las grandes potencias y los grupos yihadistas, principalmente el Estado Islámico (EI), en un territorio completamente dividido.
Aliada de la oposición, la coalición internacional liderada por Washington, que combate al EI, admitió el martes que había bombardeado por error contra fuerzas leales a Al Asad el pasado septiembre cerca de Deir Ezzor, una ciudad del este dividida en sectores en manos del EI y otros barrios controlados por el régimen.
Además, Francia y Reino Unido anunciaron que presentarían ante sus socios del Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para sancionar a los responsables sirios culpables de haber utilizado armas químicas.
Por otro lado, el ejército sirio anunció que dos de sus soldados habían desaparecido en Siria, donde combaten al EI, después de que la agencia de noticias de los yihadistas, Amaq, afirmaran que éstos habían sido tomados como rehenes.
En tres días, los soldados de Bashar al Asad se adueñaron de más de un tercio de la zona rebelde en la segunda ciudad del país, el mayor frente abierto en el conflicto sirio, que dejó más de 300.000 muertos en más de cinco años.
Este rápido avance provocó la huida de Alepo Este, en manos de los rebeldes, de casi 20.000 personas en los últimos tres días, precisó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en un comunicado, matizando que la cifra era una "estimación".
El éxodo continuaba el martes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que informó de varios combates en diferentes barrios, como el de Bab al Nayrab, donde diez civiles perdieron la vida en un bombardeo.
Según Naciones Unidas, 10.000 civiles se dirigieron al oeste de la ciudad, controlado por el régimen, mientras que entre 4.000 y 6.000 personas encontraron refugio en el pequeño enclave de Sheij Maqsud, en manos de las fuerzas kurdas.
Otros miles de civiles huyeron hacia el sureste de Alepo, después de que el régimen reconquistara el noreste de la ciudad.
- 'Bombardeos a ciegas' -
El responsable de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien, dijo estar "muy preocupado por la situación de los civiles", que calificó de "alarmante y aterradora". Además de la "intensificación de los combates terrestres y los bombardeos a ciegas", "no funciona ningún hospital y las reservas de alimentos están casi agotadas", lamentó.
Las raciones alimentarias suministradas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) están agotadas desde el 13 de noviembre, y las reservas de las demás agencias humanitarias "disminuyen", precisó el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Ante la "catástrofe humanitaria" de Alepo, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault, pidió una reunión inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Alepo.
En los últimos meses, el ejército sirio lanzó varias ofensivas para reconquistar el este de Alepo, en manos de los rebeldes desde 2012.
Pero no consiguió grandes avances hasta la última operación lanzada el 15 de noviembre, que permitió romper las defensas rebeldes con la ayuda de sus aliados extranjeros, como la aviación rusa y el Hezbolá libanés.
Según el OSDH, la última ofensiva del ejército dejó más de 250 civiles muertos en el este de Alepo desde el 15 de noviembre. Por su parte, los rebeldes mataron a al menos 40 civiles en sus ataques a las zonas gubernamentales.
En el este de Alepo, "no hay ni alimentos, ni agua, ni medios de transporte", declaró Ibrahim Abu Laith, portavoz de los Cascos Blancos, el servicio de socorristas del sector rebelde.
- Niños expuestos -
Save the Children afirmó que temía que el asalto del régimen pueda dividir a las familias y deje a miles de personas, incluyendo a los niños, sin refugio y expuestos al peligro.
"Con tanta gente atrapada en un espacio cada vez más reducido, los niños pueden ser blanco de las bombas", declaró su directora, Sonia Khush.
La caída del este de Alepo supondría la peor derrota de los rebeldes desde 2011, y le permitiría al régimen centrarse en la reconquista de otras ciudades.
La guerra de Siria se ha ido haciendo más y más compleja desde 2011, con la intervención de múltiples actores, como las grandes potencias y los grupos yihadistas, principalmente el Estado Islámico (EI), en un territorio completamente dividido.
Aliada de la oposición, la coalición internacional liderada por Washington, que combate al EI, admitió el martes que había bombardeado por error contra fuerzas leales a Al Asad el pasado septiembre cerca de Deir Ezzor, una ciudad del este dividida en sectores en manos del EI y otros barrios controlados por el régimen.
Además, Francia y Reino Unido anunciaron que presentarían ante sus socios del Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para sancionar a los responsables sirios culpables de haber utilizado armas químicas.
Por otro lado, el ejército sirio anunció que dos de sus soldados habían desaparecido en Siria, donde combaten al EI, después de que la agencia de noticias de los yihadistas, Amaq, afirmaran que éstos habían sido tomados como rehenes.