Desde el lunes, los camioneros brasileños están bloqueando varias rutas en 25 estados del país, lo que provocó una paralización casi total del tránsito en las carreteras nacionales, así como una crisis por desabastecimiento de alimentos y combustible en todo el territorio.
Según datos difundidos por la Policía Rodoviaria Federal, se registraron hoy 596 bloqueos de ruta activos. El principal objetivo del Gobierno es liberar primero aquellos puntos considerados estratégicos, como los caminos de salida de las refinerías.
El viernes, el presidente Michel Temer llamó a las Fuerzas Armadas a intervenir y desbloquear las carreteras e incluso emitió un decreto de Garantía de Ley y Orden (GLO) en todo el territorio nacional, que permite la actuación del Ejército para llevar a cabo el procedimiento.
Además, hoy, por medio de otro decreto, el Gobierno autorizó a las fuerzas públicas a solicitar vehículos del Estado para transportar cargas. Cualquier persona que forme parte de la administración pública puede ser convocada por el Ministerio de Defensa para manejar un carro.
Eso se debe a que, para evitar la represión del Ejército, muchos camioneros ya desbloquearon las carreteras, pero no están transportando mercadería.
"Multaremos con 100.000 reales por hora (aproximadamente 30.000 dólares) a los dueños de transportadoras que no vuelvan a sus actividades", anunció hoy el ministro Carlos Marun, de la Secretaría de Gobierno, con el objetivo de contrarrestar la acción de los camioneros.
Marun afirmó, además, que la administración Temer está convencida de que varios empresarios están detrás de la huelga. La confirmación, al final de la tarde (local), de que la PF comenzó a investigar a 37 personas le dio cuerpo a la aseveración del ministro.
Raúl Jungmann, ministro de Seguridad Pública, manifestó: "Hemos comprobado que esta huelga tuvo, desde su inicio, la promoción y el apoyo criminal de propietarios de empresas transportadoras y distribuidoras".
Más allá de las medidas tomadas por el Gobierno, de todas formas, la crisis de desabastecimiento provocada por la huelga sigue creciendo.
En Río de Janeiro, por ejemplo, debido a la falta de combustible, sólo se mantiene activo el 20 por ciento de la flota de transportes públicos. Además, según informa el diario "O Globo", por lo menos 101 vuelos fueron cancelados hoy en distintos aeropuertos brasileños por el mismo motivo.
En muchos mercados de todo el país, se pudieron ver varias góndolas vacías, por falta de mercadería. La situación de los hospitales, que se encuentran en dificultades debido a la falta de insumos médicos, también es preocupante.
Los estados de Sergipe, Goiás Pernambuco, Manaos, el Distrito Federal y la ciudad de Sao Paulo ya decretaron el estado de emergencia. Además, algunas universidades del país suspendieron sus clases del próximo lunes.
Los transportistas protestan por el constante aumento de los precios de los combustibles por parte de la estatal Petrobras desde comienzos de año, debido a la evolución de los precios del petróleo.
Sólo en mayo el precio de la gasolina subió un 12 por ciento y el del diésel un 9,3 por ciento, según cifras de la estatal "Agencia Brasil".
El Gobierno de Temer anunció en la noche del jueves un acuerdo temporal para levantar la huelga durante 15 días a cambio de que Petrobras reduzca el precio del diésel en un diez por ciento durante 30 días, mientras se llevan a cabo nuevas negociaciones.
Sin embargo, representantes de los transportistas dijeron el viernes al canal "Globo News" que mantenían la huelga ya que no habían recibido instrucciones de sus negociadores para suspender las medidas de fuerza.
Según datos difundidos por la Policía Rodoviaria Federal, se registraron hoy 596 bloqueos de ruta activos. El principal objetivo del Gobierno es liberar primero aquellos puntos considerados estratégicos, como los caminos de salida de las refinerías.
El viernes, el presidente Michel Temer llamó a las Fuerzas Armadas a intervenir y desbloquear las carreteras e incluso emitió un decreto de Garantía de Ley y Orden (GLO) en todo el territorio nacional, que permite la actuación del Ejército para llevar a cabo el procedimiento.
Además, hoy, por medio de otro decreto, el Gobierno autorizó a las fuerzas públicas a solicitar vehículos del Estado para transportar cargas. Cualquier persona que forme parte de la administración pública puede ser convocada por el Ministerio de Defensa para manejar un carro.
Eso se debe a que, para evitar la represión del Ejército, muchos camioneros ya desbloquearon las carreteras, pero no están transportando mercadería.
"Multaremos con 100.000 reales por hora (aproximadamente 30.000 dólares) a los dueños de transportadoras que no vuelvan a sus actividades", anunció hoy el ministro Carlos Marun, de la Secretaría de Gobierno, con el objetivo de contrarrestar la acción de los camioneros.
Marun afirmó, además, que la administración Temer está convencida de que varios empresarios están detrás de la huelga. La confirmación, al final de la tarde (local), de que la PF comenzó a investigar a 37 personas le dio cuerpo a la aseveración del ministro.
Raúl Jungmann, ministro de Seguridad Pública, manifestó: "Hemos comprobado que esta huelga tuvo, desde su inicio, la promoción y el apoyo criminal de propietarios de empresas transportadoras y distribuidoras".
Más allá de las medidas tomadas por el Gobierno, de todas formas, la crisis de desabastecimiento provocada por la huelga sigue creciendo.
En Río de Janeiro, por ejemplo, debido a la falta de combustible, sólo se mantiene activo el 20 por ciento de la flota de transportes públicos. Además, según informa el diario "O Globo", por lo menos 101 vuelos fueron cancelados hoy en distintos aeropuertos brasileños por el mismo motivo.
En muchos mercados de todo el país, se pudieron ver varias góndolas vacías, por falta de mercadería. La situación de los hospitales, que se encuentran en dificultades debido a la falta de insumos médicos, también es preocupante.
Los estados de Sergipe, Goiás Pernambuco, Manaos, el Distrito Federal y la ciudad de Sao Paulo ya decretaron el estado de emergencia. Además, algunas universidades del país suspendieron sus clases del próximo lunes.
Los transportistas protestan por el constante aumento de los precios de los combustibles por parte de la estatal Petrobras desde comienzos de año, debido a la evolución de los precios del petróleo.
Sólo en mayo el precio de la gasolina subió un 12 por ciento y el del diésel un 9,3 por ciento, según cifras de la estatal "Agencia Brasil".
El Gobierno de Temer anunció en la noche del jueves un acuerdo temporal para levantar la huelga durante 15 días a cambio de que Petrobras reduzca el precio del diésel en un diez por ciento durante 30 días, mientras se llevan a cabo nuevas negociaciones.
Sin embargo, representantes de los transportistas dijeron el viernes al canal "Globo News" que mantenían la huelga ya que no habían recibido instrucciones de sus negociadores para suspender las medidas de fuerza.