Se trata del segundo envío que llega en el transcurso de una semana, según señaló una portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La ONU lamentó, sin embargo, que el convoy fuera amenazado con disparos. A pesar de que las partes en conflicto se habían comprometido a garantizar la seguridad, en la zona se siguió disparando. No estaba claro de quién fue la responsabilidad.
Según OCHA, el convoy de Naciones Unidas, la Cruz Roja y la Media Luna Roja llevó bienes que el lunes pasado, en el primer envío, no habían podido terminar de descargarse. El primer envío a principios de semana tuvo que ser suspendido debido a los intensos combates en la zona. Muchos bienes médicos fueron retirados previamente por presión del Gobierno sirio.
Guta Oriental, a las puertas de la capital, Damasco, es una de las últimas zonas aún controladas por los rebeldes. Desde mediados de febrero, la región está viviendo la ola de ataques más intensa de parte del Gobierno desde el inicio de la guerra civil hace casi siete años. Según activistas, Ejército y aliados pudieron hacerse con el control de más de la mitad del territorio rebelde.
En Guta Oriental viven prácticamente incomunicadas unas 400.000 personas. Debido al bloqueo, la situación humanitaria en el enclave es dramática. Faltan alimentos, medicamentos, equipos sanitarios y electricidad.
Según la organización Médicos sin Fronteras, más de 1.000 personas han muerto en ataques en la región desde que el Ejército sirio lanzó su ofensiva contra el enclave, hace poco más de tres semanas. El Ejército sirio sostiene que junto con sus aliados lucha contra grupos islamistas y terroristas en la zona.
Entre tanto, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió con insistencia una tregua "que merezca ese nombre" para poder llevar toda la ayuda necesaria a Guta Oriental.
"¿Cómo puede trabajar allí nuestro personal médico cuando las partes en conflicto quitan bienes médicos de los convoyes?", se preguntó el director regional de Unicef para Medio Oriente y el Norte de África, Geert Cappelaere, en Amán, la capital de Jordania.
Cappelaere subrayó que, pese a todos los obstáculos y peligros, Unicef sigue intentando llevar a la zona aledaña a Damasco alimentación especial para niños desnutridos y otros bienes. Según Unicef, el 40 por ciento de los alrededor de 200.000 niños en la zona padecen desnutrición crónica.
Una tregua de 30 días reclamada por el Consejo de Seguridad de la ONU para toda Siria no tuvo efecto en Guta Oriental. Sin embargo, la violencia se redujo durante una tregua diaria de cinco horas ordenada por Rusia. Las organizaciones de ayuda lamentan, sin embargo, que ese tiempo no alcanza para hacer envíos. Rusia es uno de los más importantes aliados del Gobierno sirio.
La ONU lamentó, sin embargo, que el convoy fuera amenazado con disparos. A pesar de que las partes en conflicto se habían comprometido a garantizar la seguridad, en la zona se siguió disparando. No estaba claro de quién fue la responsabilidad.
Según OCHA, el convoy de Naciones Unidas, la Cruz Roja y la Media Luna Roja llevó bienes que el lunes pasado, en el primer envío, no habían podido terminar de descargarse. El primer envío a principios de semana tuvo que ser suspendido debido a los intensos combates en la zona. Muchos bienes médicos fueron retirados previamente por presión del Gobierno sirio.
Guta Oriental, a las puertas de la capital, Damasco, es una de las últimas zonas aún controladas por los rebeldes. Desde mediados de febrero, la región está viviendo la ola de ataques más intensa de parte del Gobierno desde el inicio de la guerra civil hace casi siete años. Según activistas, Ejército y aliados pudieron hacerse con el control de más de la mitad del territorio rebelde.
En Guta Oriental viven prácticamente incomunicadas unas 400.000 personas. Debido al bloqueo, la situación humanitaria en el enclave es dramática. Faltan alimentos, medicamentos, equipos sanitarios y electricidad.
Según la organización Médicos sin Fronteras, más de 1.000 personas han muerto en ataques en la región desde que el Ejército sirio lanzó su ofensiva contra el enclave, hace poco más de tres semanas. El Ejército sirio sostiene que junto con sus aliados lucha contra grupos islamistas y terroristas en la zona.
Entre tanto, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió con insistencia una tregua "que merezca ese nombre" para poder llevar toda la ayuda necesaria a Guta Oriental.
"¿Cómo puede trabajar allí nuestro personal médico cuando las partes en conflicto quitan bienes médicos de los convoyes?", se preguntó el director regional de Unicef para Medio Oriente y el Norte de África, Geert Cappelaere, en Amán, la capital de Jordania.
Cappelaere subrayó que, pese a todos los obstáculos y peligros, Unicef sigue intentando llevar a la zona aledaña a Damasco alimentación especial para niños desnutridos y otros bienes. Según Unicef, el 40 por ciento de los alrededor de 200.000 niños en la zona padecen desnutrición crónica.
Una tregua de 30 días reclamada por el Consejo de Seguridad de la ONU para toda Siria no tuvo efecto en Guta Oriental. Sin embargo, la violencia se redujo durante una tregua diaria de cinco horas ordenada por Rusia. Las organizaciones de ayuda lamentan, sin embargo, que ese tiempo no alcanza para hacer envíos. Rusia es uno de los más importantes aliados del Gobierno sirio.