Crece número de enfermos de dengue en el mundo


PARÍS, (AFP) - Más de 2.000 millones de personas corren el riesgo de contraer dengue, una enfermedad que afecta a un número creciente de individuos en el mundo y que viene causando estragos en las Antillas Francesas y en varios países latinoamericanos.



Crece número de enfermos de dengue en el mundo
El dengue es una enfermedad viral que causa fiebre y dolores de cabeza y en las articulaciones. La variedad hemorrágica provoca sangramiento y trastornos de coagulación, lo que eleva el riesgo de muerte.
No existe un tratamiento para curarlo, sino básicamente terapia de apoyo de acuerdo con los síntomas del paciente.
Diversas causas --incluida la pobreza-- impiden erradicar al mosquito 'Aedes aegypti', transmisor de la enfermedad en sus variedades clásica y hemorrágica (que es mucho más severa), que pueden ser letales si no se recibe una rápida atención médica.
La enfermedad afecta a un número creciente de personas en el mundo desde hace 30 años. Actualmente, unos 2.500 millones de individuos corren el riesgo de contraerla, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS estima que se registran por lo menos unos 50 millones de casos anuales en el mundo, mientras que el Instituto Pasteur de París considera que podría tratarse del doble.
Militares franceses empezaron a participar este lunes en una campaña de lucha contra el dengue en las Antillas Francesas, tras la muerte de 13 personas debida a esta enfermedad. Desde el comienzo de la epidemia, en febrero, se han registrado 33.000 casos en la isla de Guadalupe y 25.600 en la de Martinica.
El 13 de agosto, los muertos causados por esta enfermedad en Honduras se evaluaban en 55, según la Comisión Nacional de Certificación del Dengue (CNCD). En lo que va del año se registraron 39.618 casos de dengue común y 1.099 de dengue hemorrágico, además de los 55 fallecidos, puntualizó la CNCD.
Hasta ahora, las campañas para destruir los criaderos del mosquito 'aedes aegypti', que transmite la enfermedad, han resultado infructuosas, sobre todo debido a las constantes lluvias del invierno centroamericano, que culminarán en noviembre.
En Venezuela, el ministerio de Salud, que mantuvo la alerta epidemiológica en 19 de los 24 estados del país, evaluó el 11 de agosto el total de casos de dengue reportados hasta julio en 68.753, cifra que supera lo registrado en todo 2009 (65.869 enfermos).
Hasta junio, la alerta epidemiológica se mantenía en los 24 estados del país; sin embargo, las autoridades detectaron un importante descenso en el Distrito Capital (norte), así como en Amazonas, Barinas, Mérida, Portuguesa y Táchira (suroeste).
Por su parte, autoridades sanitarias salvadoreñas indicaron el 21 de julio haber registrado la primera muerte de este año por dengue, que ya había enfermado en El Salvador a 6.458 personas hasta entonces.
Los casos de dengue se disparan cada año en la época de lluvias en América Central (de mayo a noviembre), pero este año hospitales y consultorios de Honduras y Costa Rica han colapsado debido a que los casos se multiplicaron.
Lunes, 23 de Agosto 2010
AFP (Agence France-Presse)
           



1.Publicado por Huvi Anma el 13/09/2010 22:17
ATEOS DEL MUNDO, CREYENTES NO FANÁTICOS INCRÉDULOS Y DUBITATIVOS.
Todos amigos…, ¡Benditos seamos!...

Porque gracias a la condición espiritual que ostentamos durante todo este tiempo de incredulidad, el Reino de Dios, con todas sus maravillas, es: ¡NUESTRO!...
Escuchen bien: Todos los que creyeron en Él a la manera antiguamente impuesta, hoy, ante la definitiva verdad y previa al fin del mundo, ¡resulta que están perdidos en vida y en espíritu!... Y nosotros, los que nunca pudimos creer, a nuestro pesar, ¡seguiremos en Su camino!... Lo que significa, paz, amor y dicha para nosotros y lo totalmente contrario para ellos.
Escuchen bien: Dios existe. Solo es, que cuando Él termino Su obra, Su creación, dejó bajo la responsabilidad del hombre todo lo que le ocurriere a él mismo y al mundo desde allí en adelante. Y con esto no me refiero a lo que sabemos que ha hecho ocupando su boca y sus miembros… sino a lo que ha hecho con sus malos sentimientos y pensamientos y nunca lo sospechó siquiera. Lo que se ha multiplicado por dos, cien, mil, y más, y con solo pensarlo y desearlo: Sin decir una sola palabra, sin dar un solo, paso… y sin propinar un solo golpe de puño. Totalmente quietos y con el solo confeccionar de palabras y proyecciones de imágenes mentales, potenciadas por el enojo, rabia e ira. Incomparables armas de inigualable poder con lo que ha provocado todo lo que a la naturaleza, a la desgracia, a la normalidad, casualidad, coincidencia, y cosas de Dios y del demonio, hemos atribuido. Manifestaciones que hemos creado también con los temores y el miedo. En donde hemos herido, mutilado y exterminado, aun, a quienes hemos amado y necesitado para bien y comodidad de nuestra vida.
Por esto y así, nosotros —la humanidad entera— hemos sido la creación de todo lo que nos ha ocurrido, bueno y malo…, y más malo que bueno. Por ser que hemos dejado prevalecer nuestro pesimismo y negatividad, egoísmo y resentimientos, que amor, compasión y misericordia…, del uno para el otro. Pero en lo que, definitivamente, jamás tuvieron que ver ni Dios ni el diablo. Todo tan sólo producto surgido de nosotros y de acuerdo a nuestra natural mala voluntad. La cual, si por fuera y a la consideración de los demás, hemos podido fingirla y disimularla muy bien, al punto de engañar a los que nos circundan y engañarnos a nosotros mismos, por dentro y secretamente nunca pudimos reconocerla, y por elllo jamás superarla. Con lo que hemos sido demonios y las cosas de éste hemos estado realizando sin consciencia ni freno, en el mundo y en la vida de los demás…, y aun, en nosotros mismos.
Y esto es que todo lo que hemos dejado que pernocte o estacione en nuestra mente, y hemos creído que pueda suceder, o que sucederá, de este proceso se ha estado haciendo nuestra realidad física y material. Lo que quiere decir que, tal como la Biblia lo sugiere, Dios nos hizo dioses, pero de esta manera. Y por esto, nada de lo que nos ha ocurrido como mal y maldad, Él es culpable… sino nosotros mismos.
Esto, siendo tan espectacularmente extraordinario para iniciar una vida fantástica de fácil y hermosa, y la más grande y convincente razón para que nos sometamos al cambio que concluiría en el amor del uno por el otro, el que Jesús predicaba como nuestra salvación, ninguno de los que han seguido y siguen a Dios en las, hasta ahora, manifestaciones establecidas al respecto, podrá aceptarlo, ni se atreverá a ponerlo en práctica…, que será por lo cual será que como los judíos, se apartarán del Su camino… para perderse indefinidamente. Para entender esto, observemos qué les pasó a los judíos por no aceptar a Jesús como el prometido Mesías. Bueno, lo mismo les pasará a los cristianos; por no aceptar que Jesús ya vino en este recién iniciado tercer milenio, tal como nos lo había anunciado. Cosa que cumplió, pero lo hizo sólo para dejarnos sus últimas indicaciones en un libro y enseguida regresar al lugar desde donde se proyectó hacia nuestro mundo.
Pero nosotros sí que lo aceptaremos, porque nos hace la vida fácil y liviana hasta un extremo que no conocíamos. Y porque nos dice que podemos hacer lo que se nos venga en gana, sin amenazas ni prohibiciones de, absolutamente, ningún tipo. Cosa que nos da más libertad, aun, de la que nosotros nos atrevimos a tomar; como libertad, propiamente tal. Y por tal diferencia continuaremos evolucionando para dicha, amor y plenitud.
Mas, de tal modo es que hemos estado haciendo funcionar a Dios y al diablo por medio de lo que, finalmente, en nuestros pensamientos y nuestros sentimientos decidimos. De todo lo que de allí se determino, nos ha estado sucediendo en nuestra realidad y al mundo mismo. Nada ha sido lógico ni normal ni natural; ni fortuito ni coincidencia. Así, nada ha sido casual sino causal.
Con respecto a Jesús, Él también existió. Y, tal como nosotros terminamos por deducir, fue un hombre como cualquiera de nosotros, quien sabía de esto desde hace mucho antes y quien se encargó de comunicárnoslo, tal cual lo hago yo ahora que lo aprendí de Él en un legado que descubrí el cual lleva entre nosotros cuarenta años y nadie supo entenderlo. Yo lo hice y hace dieciséis años que lo estudio y practico sus enseñanzas, y mucha experiencia tengo sobre el tema. Lo cual, si pareciendo increíble al escucharlo e imposible de ser para la capacidad de aceptación de nuestra razón, viene resultando verdad, es que también todo lo que dice de lo que no podemos ver ni palpar y lo que está fuera, lejos y remotamente distante de nuestra atmósfera, también lo es. Por eso puedo dar testimonio de que es cierto y real lo que a la pura práctica se refiere. Tal como Él nos lo anunció hace ya más de dos mil años, yo hago las cosas que hacía entonces, y cosas mayores hago, sin recurrir a su nombre sino porque a mí se me da la gana. Y sé que estoy procediendo correctamente porque Jesús me lo confirma en uno de los versículos de la Biblia cuando se expresa así: “Me diréis que habéis profetizado, que habéis sanado, que habéis hecho muchas obras en MI NOMBRE; más yo os diré, alejaos de mi hacedores de maldad, no os conozco”. Y yo nada hago en su nombre. Y si lo hago así…, ¡es que le estoy obedeciendo!... Y por ello es que pasé adelante de todos los que hoy se consideran salvados sin estarlos. No te podrías imaginar las cosas terribles que declara en contra de la iglesia en general, en donde no solo la deja de lado como putrefacta basura sino también como criminales y asesinos del espíritu y buitres de la carne humana. Atrocidades que nunca ninguno de nosotros se atrevió a decir jamás. No te lo puedes perder, padre, hijo, hermano, amigo mío (que es así como Él se refiere ahora a nosotros).
Conocerás el regocijo, te lo aseguro, como nunca antes supiste de él. Pues también nos habla, de muy convincente manera. de nuestra inmortalidad, de que hemos vivido muchas vidas antes que esta y que viviremos millones más, inacabablemente; que solo es cosa de que a cada vida venimos sin memoria de las otras. Pero que en la medida que nos adentremos en esta palabra, poco a poco iremos recordándolas… hasta saber de todas ellas.
Y dice que la perdición les vendrá a los actuales creyentes por no disponer de la libertad que los miedos infundados, los cuales les han sido inculcado durante milenios de sometimiento vano e inútil, su camino en estos menesteres paralizarán —libertad la que tenemos nosotros para decidir sobre lo que leemos, lo que decimos y lo que hacemos, y miedos que no tenemos—. Dejándolos sin un mínimo de valor —siquiera—, para revisar otra palabra que no diga de lo que ellos saben y creen. Por eso, tal como les sucedió a los judíos hace dos mil años, que se quedaron fuera por no creer que Jesús era el tan esperado Mesías, los “cristianos” lo padecerán también por no creer que el mencionado libro es Su prometida venida para esta hora última.
Con respecto a lo que dicen y piensan ustedes acerca de toda iglesia implantada, de la falsedad, la hipocresía y el daño que encierra y del perjuicio que le han hecho al hombre en relación a su adelanto espiritual, y por ende a su dicha y paz sobre la Tierra, no es nada comparado con lo que Jesús afirma de ellos en los escritos que nos dejó para esta hora. Cuando ustedes se enteren de ello, lo valorarán y lo creerán, pues está todo lo dicho en él más completo acuerdo a lo que, tan cruda y terriblemente piensan ustedes de las religiones y de quienes las manejan. Y la palabra que nos vino, escuchen bien, ¡nos hace más libres de lo que nunca pudimos saber de la libertad y de lo que pudimos hacer con ella!... Jamás cometimos pecado con nuestro libre proceder sino adelanto. Mientras ellos sí, lo estuvieron cometiendo continuamente. ¿Lo comprenden? El haber llegado a estas alturas de la vida sin creer en Dios ni en Jesús, era la condición que deberíamos alcanzar para aceptar la última palabra del Gran Maestro
Ahora, para nuestra perfección, solo tenemos que tomar el control de nuestra mente y sentimientos del corazón, y controlados así, sólo podrá sucedernos lo que nosotros deseemos como bien propio, de los demás…, y del mundo mismo.
Si nos encontramos dentro del bien, podremos evitar todo lo que a la naturaleza concierne. Es decir: hasta podemos disolver todo tipo de manifestaciones “naturales” con solo pronunciarlo de vez en cuando, o cada vez que escuchemos de algún, sabio, científico o especialista, que asegurándolo lo anuncie.
Para lo que es mal o maldad no me pronunciaré. Dejaré a cada uno que cometa. Pero no sin decirle que todo mal que cause, lo tendrá que experimentar en carne propia, alguna vez y en algún lugar; pero sin posible evasión.
De esta manera es que comenzaremos a atar al demonio, como está profetizado en Las Sagradas Escrituras que será. Pero no será esto como llegamos a creerlo, sino porque nosotros comenzaremos a controlar lo malo que transite o se estacione en nuestra mente y nuestro corazón. Todo tendrá que ser desde hoy, perdón, compasión paz y amor allí. Que por no haber sido así antes, es que aún tenemos el mundo que tenemos, somos como somos…, y nos pasa lo que nos pasa. Todo para mal…, y cada vez de peor en peor.
Mas todo cambiará para propio gusto y placer en quien crea en estas Buenas Nuevas y ponga en práctica para bien estos conceptos, que son verdaderamente pragmáticos, empíricos… o, realmente prácticos y fáciles; como tú quieras expresarlo pero que diga de lo normal y natural. de los cuales los resultados darán testimonio de su veracidad.
No creímos en Dios porque nunca se nos mostró como algo posible de palpar, que fue la condición que exigimos para entregarle nuestra fe; y tuvimos razón. Pero ahora, más grande muestra que la que se nos pone a nuestra disposición, no puede haber. Ahora no creer en Dios sería no creer en nosotros mismos. Si nosotros somos reales, es que Él también lo es. Y no es que ahora se nos diga que nosotros somos dioses, y que nuestro Dios no existe, sino que son las señales enviadas por Él que nos demuestran Su existencia.
Ahora podremos dejar de ser los demonios (algo en lo que está metido el mejor de los creyentes) que durante todo este tiempo de ignorancia fuimos, creando dentro de este estado tanto mal en las vida de los demás y en el mundo, que mucho nos sorprenderemos cuando enterados de esto nos veamos. Pero lo bueno es saber que eso ya terminó para nosotros. Y podremos, desde hoy mismo convertirnos en ángeles a los ojos de Dios, mientras que los que se creyeron dueños de la verdad se pierden en la adversidad. Y esto por el solo hecho de saber dónde está el Dios bueno y el demonio destructivo aprendiendo a controlar los torbellinos de nuestra mente y las tormentas de nuestro corazón. Calmándolo, volviéndolo paz y amor, primero hacia uno mismo, y luego hacia lo demás y lo demás. Y con este control, sólo cosas buenas y maravillosas transmitiremos a los demás, para que tengan y obtengan… y como devuelta tendremos en nuestras vidas todos los involucrados: Seguridad, provisión, abrigo, salud, amistad, amor…, paz y dicha. Todo en abundancia. Esto serán sólo privilegios para los que nunca pudimos creer en Dios, pues los que sigan creyendo a la vieja manera, por no darse la oportunidad de renovarse… allí se quedarán.
Tengo mucho material impreso y totalmente inédito para ofrecerte al respecto, y para perfección de tu vida carnal y espiritual. Esto aparte del libro cuyo contenido en parte mencioné y cuyo título es: (“EL LIBRO DEL BUEN AMOR”. María Marcio, Editorial Kier). Este libro no está a la venta en ningún lugar. No lo vas a encontrar sino en Internet. Busca en el Google: Mercado libre argentino, y cuando ya estés allí, escribe en la barra respectiva lo que entre paréntesis te indiué un par de líneas más arriba. Y ojo, que lo que parece ser el nombre del autor, no es así; sino es el nombre de María, su madre, y el de su padre terrenal, un hidalgo y hermoso patricio romano llamado Marcio. Lo que deja todo lo creído por la imaginería humana, de Dios y Jesús, como una necesaria mentira que debía pronunciarse para implantar la verdad que sí, nos serviría para seguir evolucionando en el camino a Él. Sapiencia que yo sé, te hará sentir muy jubiloso. Porque sabrás que no erraste con tus pensamientos ni en tu conducta por la vida, y que, por el contrario, enriquecerá enormemente lo arraigado y hecho por ti con respecto a tu independencia de Dios y el ridículo miedo al demonio.
Te indico también que dentro de sus páginas muchas veces verás escritos estos nombres, pero debes saber que cuando dice, Marcio, se está refiriendo a tu mente, a lo que tienes allí, a sus capacidades, a sus cualidades en tu aspecto macho, hombre, en lo que prima la inteligencia y el correcto discernimiento cuando no permites que tus sentimientos se impongan. Y cuando dice María, se está refiriendo a tu corazón, como la parte de hembra y las cualidades y defectos que estas encierran en sí. En lo que, cuando dajamos que se impongan los extremos sentimientos, no nos permiten estos hacer usufructo de la misma (inteligencia) sin permitirnos para nada razonar, como nosotros sií podemos hacerlo y la mujer no.
Repasa —para que reconozcas esto— en la Biblia lo que hizo con Adán, Eva. Lo de Dalila con Sansón. Lo de la mujer de Potifar con José. Lo de Betzabé con David. Lo de las mozas con un Salomón ya entrado en años. Con Jezabel y sus instintos iracundos y asesinos, etc. Medita sobre esto primero y te darás cuenta que esa mujer está dentro de ti, la cual es la mujer que debes aprender, antes, a tratar, a amar y a dominar, para que te deje ejercer tu inteligencia íntegramente, para salvar todos los dramas existenciales y no acabe contigo, emocional o físicamente.
Haces esto primero con tu mujer interior, y tu mujer material ya no será más un problema para ti sino sólo paz y dicha. Porque con este trabajo aprenderás sinceramente a conocerla. Debes saber que por esta condición natural, ella tiene derecho a ser como es, pues está toda sentimiento por Dios. Muy buena y “santa”cuando la tratas bien y le das lo que ella quiere y necesita para sentirse bien; complacida y en calma. Y mala hasta el extremo de lo demoniaco cuando la tratas mal y según el grado de tus malos tratos, cosa que si se da en tu vida, tú solamnete eres el responsable. Ella, por esta tremenda diferencia que existe entre los dos, no puede, por más que sea su voluntad, darle solución a los dramas de incomprensión y acuerdos de pareja, por que no dispone en su cabeza con lo que, para estos menesteres se requiere para armonizar la situacion, pero que en su corazón está como ruego y anhela con todas sus fuerzas, solo que no lo puede expresar con su boca. Que es otra cosa que ignorábamos y que nos hace ver una desconocida diferencia entre ellas y nosotros, que nos hace saber que ellas no poseen lo que nosotros tenemos como inteligencia, como así nosotros no podremos tener, jamás, lo extremo de bueno que ellas tienen como sinceridad y sentimientos. Y por ello, con nuestros sentimientos descontrolados, esta (la inteligencia) queda totalmente anulada, si la dejamos que los mismos se impongan, pues esto nos ordenan y nos impulsa mudamente, a decir lo que no debiéramos decir, y hacer lo que no corresponde. Lo que, si decimos y hacemos con el corazón quieto, todo será para bien y paz Y lo que, si no es controlado, pasamos a ser dos seres emocionales en una pareja, dos mujeres. En donde el jefe, el hombre que por inteligencia puede controlarlo todo para armonía y bien de ambos, ya se ha ausentado. Convirtiéndose con este femenino descuido, no digno de ser llamado ni inteligente ni varonil, todo en un caos hogareño y de convivencia. Mas, logrando aquietar la mujer que en nuestro corazón habita y en cada situación, lo veremos todo claro… como en cámara lenta. Estado interno en que no se nos escapará detalle alguno para bien reaccionar. Con lo que podemos ser justos y verdaderos amantes, y sabios, en las cosas de la vida y de relación… Y plenamente dichosos, sin duda alguna y sin otra alternativa.
Hay más, mucho más, por supuesto. Y por cualquier cosa puedes ponerte en contacto conmigo, siempre que no sea para antagonizar, claro. Preguntar se podrá, como debe hacerlo por obligación cualquier niño inteligente en la escuela. Quien no debe discutirle al profesor ni tratar de enseñarle de lo que no tiene idea. Tal es el comportamiento que debe tener todo aquel que desee comunicarse conmigo, pues ya mucho he aprendido de estos, los religiosamente sometidos… Y ya no quiero seguir perdiendo el tiempo porque, ciertamente, he dado por definitiva la convicción de que ya no tienen vuelta.
Anota en el siguiente correo, por cualquier cosa:
huvianma1@hotmail.com



¡¡¡Atención enfermos de todo tipo y en el mundo entero!!!...

Basta ya de dolor y sufrimiento. Nos llegó la verdad de Dios última y previa al fin del mundo. Y en ella se nos dice que el poder de Dios, el cual todos creíamos que de Él venía, hoy viene resultando que todo lo obtenido por este medio no era otra cosa sino asunto sólo de la sola fe en sí, sin otra intervención. De lo cual, todo resultado visto no fue sino obra del mismo ser humano. Es decir, el hombre fue siempre el autor de todo lo que le ha acontecido al dejar su mente divagar ignorante y descuidadamente. Y por este descontrolado manejo la ha estado sucediendo lo que en su realidad ha palpado como efectos en general. Dios, entonces, es, o está… ¡en los pensamientos y los sentimientos humanos!...
Sí. Cómo lo escuchaste… Todo lo que por allí has dejado que transite, se estacione o pernocte, como miedo, temores, presentimientos, ideas, que jueguen en contra de tu salud, necesidades —básicas o no—, armonía, seguridad, alegría, etc., todo lo que dentro de este tipo de proyecciones o palabras mentales has estado permitiéndote concebir allí, de eso has tenido para con tu vida en tu realidad y derredor
Todo esto fue mientras vivimos en la ignorancia, desconociendo el origen de lo que siempre creímos, merecido, lógico, casualidad, coincidencia, normal, natural, etcétera, e inclusive cosa de Dios o del “diablo”. Pero… ya no más… ya no más… ¡Ya no más!...
Porque ahora sólo tendremos que tomar el control de lo allí habido, y manejarlo conscientemente. Es decir, si estamos, de alguna manera, convalecientes, afectados por alguna enfermedad, pongamos nuestra atención en la zona donde se supone, está la dolencia o afección. Y ya bien identificada, dirijámonos a ello expresándonos con mudas palabras (mentales), más o menos así: “¡Fuera de mí esta afección!... ¡Fuera este dolor, esta anomalía, esta falta de salud!... “Yo quiero estar sano, restaurado, libre de este mal.
Luego imagínate por un momento corriendo, saltando, bailando, comiendo de todo. En fin; haciendo todo aquello que tu convalecencia te impidió. Y termina este proceso diciendo, pero con contento y como sabiendo por adelantado que así será…, y con total autoridad: “Así quiero estar. Lo ordeno… ¡Y seré obedecido! Termina dando la gracias a lo que tu quieras, no hay nada en específico para darlas en realidad, ni tampopco es necesario que se las des a Dios porque, ciertamente, habrás sido tú quien se habrá sanado por sí solo en lo que nada tendrá que ver Él. Hazlo así porque sólo de tal modo tendrás el poder absoluto dentro de estos menesteres y se te dará lo por ti ordenado al pié de la letra. Y si es cosa que los niños y bebés no pueden hacerlo por sí mismos, nosotros sí podremos hacerlo por ellos. Imaginándonos su cara y su cuerpo en nuestra mente, primero como vemos que se encuentran, y luego de algunos segundos en ello, imaginarlos sanos y totalmente restaurados, mientras damos la orden diciendo que eso es lo que queremos. También podemos hacer esto con nuestras mascotas. O, aun, caballos y ganado si los tuviéramos y si hubiera algún problema de salud en ellos
Deben saber también que habrá casos en que la afección en algunos desaparerá en el momento mismo, o a los pocos minutos. En otros, a la hora o durante las horas venideras. En otros casos, en el día o en la semana. En otros, en el mes o en el año. Y aun en otros deberás esperar un año o más. Pero, tienes que mantener tu palabra viva durante todo el tiempo, sin limitarte en esta necesidad. Que no hacerlo puede significar el fin de todo. Mas, si no haces caso omiso de estas indicaciones, te mantendrás vivo… hasta constatar que tu orden se habrá convertido en toda una realidad.
Luego, para conservarte así y durante una larga vida, no debes permitir nunca más pensamientos ni sentimientos que contradigan la vida, la salud, la armonía, la amistad, la provisión, el amor fraterno, la compasión, etc., esto ni de ti opara ti mismo, ni de ti para los demás y lo demás. Cada vez que algo así quiera vulnerarte, debes negarlo, desecharlo…, expulsarlo de tu mente y tu corazón.
Te explico: No es que Dios no exista, sino que Él, cuando terminó Su Obra de creación, dejó, desde allí en adelante, bajo la responsabilidad del ser humano todo lo que le ocurriese a él mismo y al mundo entero. Dicho más claro: todo lo que hemos visto como realidad en la vida humana y en la “naturaleza”, ha surgido al menos de la mente de un solo hombre, de lo que pensó en su mente potenciado por el miedo o el enojo. Con tal e ignorante manejo ha estado dañando, perjudicando, y aun: matando a sus congéneres, y de ello ha estado recibiendo como devolución. Por eso que el mundo ha llegado a sufrir lo que sufre y vivir lo que vive. Y cada vez de peor en peor, como puedes comprobarlo tú mismo dirigiendo tu atención doquiera que la dirijas. Lo que, sabiendo de esta nueva palabra y aplicandola, cada uno y cada cual, se verá libre de ello.

Mas, de tal modo es que hemos estado haciendo funcionar a Dios y al diablo por medio de lo que, finalmente, en nuestros pensamientos y nuestros sentimientos decidimos. De todo lo que allí se determino, nos ha estado sucediendo en nuestra realidad y al mundo mismo. Nada ha sido lógico ni normal ni natural; ni fortuito ni coincidencia sino devenido de allí. Así, nada ha sido casual sino causal.
Con respecto a Jesús, Él también existió. Y, tal como nosotros terminamos por deducir, fue un hombre como cualquiera de nosotros, solo que en espíritu nos lleva en cientos de milenios de años de delantera, quien por tal razón sabía de las cosas verdaderas de Dios desde hace mucho antes que mucho, y quien se encargó de comunicárnoslo, paso a paso, grado por grado…, hasta llegar a este momento cúlmine de la definición. Tal como lo hago yo ahora como nuevo comunicador, que lo aprendí de Él en un legado que descubrí, el cual lleva entre nosotros cuarenta años y que nadie supo entenderlo y por ello lo siento como deber y obligación el transmitírselos. Lo entendí y me gustó, y hace dieciséis años que estudio y practico sus enseñanzas, y mucha experiencia tengo sobre el tema. Por eso puedo dar testimonio de que es cierto y real lo que dice en él y a la pura práctica se refiere. Lo cual, si pareciendo increíble al escucharlo e imposible de ser para la capacidad de aceptación de nuestra razón, viene resultando verdad, es que también todo lo que dice de lo que no podemos ver ni palpar y lo que está fuera, lejos y remotamente lejos de nuestra atmósfera, también lo es. Trabajo y dedicación, seguro, en cuyos, palpables, visibles y fáciles resultados, constataremos su certeza.
Tal como Él nos lo anunció hace ya más de dos mil años, yo hago las cosas que hacía entonces, y cosas mayores hago, sin recurrir a su nombre sino porque a mí se me da la real gana. Y sé que estoy procediendo correctamente porque Jesús me lo confirma en uno de los versículos de la Biblia cuando se expresa así: “Me diréis que habéis profetizado, que habéis sanado, que habéis hecho muchas obras en MI NOMBRE; más yo os diré, alejaos de mi hacedores de maldad, no os conozco”. Y como les digo, yo nada hago en su nombre. Y si así procedo…, ¡es que le estoy obedeciendo!... Y por ello es que pasé adelante de todos los que hoy se consideran salvados sin estarlos.
Y la perdición les vendrá por no disponer de la libertad que los miedos infundados, los cuales les han sido inculcado durante milenios de sometimiento vano e inútil, su camino en estos menesteres paralizarán —libertad de la cual tan completamente disponemos nosotros para decidir sobre lo que leemos, lo que decimos y lo que hacemos, y miedos cervales que no tenemos—. Dejándolos aquello sin un mínimo de valor —siquiera—, para revisar otra palabra que no diga de lo que ellos saben y creen. Por eso, tal como les sucedió a los judíos hace dos mil años, que se quedaron fuera por no creer que Jesús era el tan esperado Mesías, los “cristianos” lo padecerán también por no creer que el mencionado libro es Su prometida venida para esta hora última.
Con respecto a lo que dicen y piensan ustedes acerca de toda iglesia implantada, de la falsedad, la hipocresía y el daño que encierra, y del perjuicio que le han hecho al hombre en relación a su adelanto espiritual, y por ende a su dicha y paz sobre la Tierra, no es nada comparado con lo que Jesús afirma de ellos en los escritos que nos dejó para esta hora. Cuando ustedes se enteren de ello, lo valorarán y lo creerán. Pues está todo lo dicho por Él en él más completo acuerdo a lo que, tan cruda y terriblemente piensan ustedes de las religiones y de quienes las manejan. Y la palabra que nos vino, escuchen bien, ¡nos hace más libres de lo que nunca pudimos saber de la libertad y de lo que pudimos hacer con ella!... Y jamás cometimos pecado con nuestro libre proceder sino adelanto. Mientras ellos sí, lo estuvieron cometiendo, y continuamente. ¿Lo comprenden? El haber llegado a estas alturas de la vida sin creer en Dios ni en Jesús, era la condición que deberíamos alcanzar para aceptar la última palabra del Gran Maestro, lo que nos significa algo mucho más grandioso y tremendo de lo que ellos alcanzaron a saber, creyeron y esperan de la vida y el espíritu.
Ahora, para nuestra perfección —porque la hay—, solo tenemos que tomar el control de nuestra mente y sentimientos del corazón, y controlados así, pensando y deseando para bien, sólo podrá sucedernos lo que nosotros queramos como bien propio, de los demás…, y del mundo mismo.
Si nos encontramos con pensamientos y sentimientos en cada y todo momento dentro del bien, podremos evitar, potenciados así, hasta lo que hemos creído que a la naturaleza concierne. Es decir: hasta podemos disolver todo tipo de manifestaciones “naturales” con solo pronunciarlo de vez en cuando, o cada vez que escuchemos de algún, “sabio”, científico o “especialista”, que asegurándolo lo anuncie.
Para lo que es mal o maldad no me pronunciaré. Dejaré a cada uno que con su violencia de corazón cometa, lo que hará ahora a sabiendas de lo que tiene dentro de sí como secreto poder mortal y destructivo. Pero no sin decirle que todo mal que cause, con razón o sin ella, lo tendrá que experimentar en carne propia, alguna vez, en algún lugar; y sin posible evasión.
De esta manera es que comenzaremos a atar al demonio, como está profetizado en Las Sagradas Escrituras que será. Pero no tan así de literal como llegamos a enterarnos en ellas, sino porque nosotros comenzaremos a controlar lo malo que transite o se estacione en nuestra mente y nuestro corazón, pues en ello ha estado haciendo de las suyas Satanás sin haber existido jamás. Y para atarlo, solo tendremos que ser desde hoy, perdón, compasión paz y amor desde allí. Que por no haber sido así antes, es que aún tenemos el mundo que tenemos, somos como somos…, y nos pasa lo que nos pasa. Todo para mal…, y cada vez de peor en peor.
Mas todo cambiará para propio gusto y placer en quien crea en estas Buenas Nuevas y ponga en práctica para bien estos conceptos, que son verdaderamente pragmáticos, empíricos… o, realmente prácticos y fáciles; como tú quieras expresarlo pero que diga de lo normal y natural, de los cuales los resultados darán testimonio de su veracidad.
No creímos en Dios porque nunca se nos mostró como algo posible de palpar, que fue la condición que exigimos para entregarle nuestra fe; y tuvimos razón. Pero ahora más grande muestra que la que se nos pone a nuestra disposición, no puede haber. Ahora no creer en Dios sería no creer en nosotros mismos. Si nosotros somos reales, es que Él también lo es. Y no es que ahora se nos diga que nosotros somos dioses, y que nuestro Dios no existe, sino que son las señales enviadas por Él que nos dan muestras de Su existencia.
Ahora podremos dejar de ser los demonios (algo en lo que está metido el mejor y más santo de los creyentes, pues cuando ellos, enojados o temerosos, pusieron en manos de Dios los castigos y condenas que creyeron que otros merecían, o confirmaron con sus pensamientos la voluntad de Dios en este sentido, fueron ellos los causantes de tragedia y muerte y no Él) que durante todo este tiempo de ignorancia fuimos, creando dentro de este estado tanto mal en las vida de los demás y en el mundo, que mucho nos sorprenderemos cuando enterados de esto nos veamos. Pero lo bueno es saber que eso ya terminó para nosotros. Y podremos, desde hoy mismo convertirnos en ángeles a los ojos de Dios, mientras que los que se creyeron dueños de la verdad se pierden en la adversidad. Y esto que nos llega de tan extraordinario y bueno para nosotros, será por el solo hecho de saber ahora dónde está el Dios bueno y el demonio destructivo, aprendiendo a controlar los torbellinos de nuestra mente y las tormentas de nuestro corazón. Calmándolo, volviéndolo paz y amor, primero hacia uno mismo, y luego hacia lo demás y lo demás. Y con este control, sólo cosas buenas y maravillosas transmitiremos a los demás, para que tengan y obtengan… lo que, sin duda e inevitablemente, como devuelta tendremos, convertido en las vidas de todos los involucrados en: Seguridad, provisión, abrigo, salud, larga vida, amistad, amor…, paz y dicha. Todo en abundancia. Mas, estos serán privilegios sólo para los que nunca pudimos creer en Dios, pues los que sigan creyendo a la vieja manera, por no darse la oportunidad de renovarse… allí se quedarán.
Tengo mucho material impreso y totalmente inédito para ofrecerte al respecto, y para perfección de tu vida carnal y espiritual. Esto aparte del libro cuyo contenido en parte mencioné y cuyo título es: (“EL LIBRO DEL BUEN AMOR”. María Marcio, Editorial Kier). Este libro no está a la venta en ningún lugar. No lo vas a encontrar sino en Internet. Busca en el Google: Mercado libre argentino, y cuando ya estés allí, escribe en la barra respectiva lo que entre paréntesis te indiqué un par de líneas más arriba. Y ojo, que lo que parece ser el nombre del autor, no es así; sino es el nombre de María, su madre, y el de su padre terrenal, un hidalgo y hermoso patricio romano llamado Marcio. Lo que deja todo lo creído por la imaginería humana, de Dios y Jesús, como una necesaria mentira que debió pronunciarse para implantar en este tiempo final la verdad última y definitiva —que es esta— y para seguir evolucionando en el camino a Él. Sapiencia que yo sé, te hará sentir muy jubiloso. Porque sabrás que no erraste con tus pensamientos ni en tu conducta por la vida, y que, por el contrario, enriquecerá enormemente lo arraigado y hecho por ti con respecto a tu independencia de Dios y el ridículo miedo al demonio.
Te indico también que dentro de sus páginas muchas veces verás escritos estos nombres, pero debes saber que cuando dice, Marcio, se está refiriendo a tu mente, a lo que tienes allí, a sus capacidades, a sus cualidades en tu aspecto macho, hombre, en lo que prima la inteligencia y el correcto discernimiento cuando no permites que tus sentimientos y emociones se sobrepongan. Y cuando dice María, se está refiriendo a tu corazón, como la parte de hembra y las cualidades y defectos que estas encierran en sí. En lo que, cuando dejamos que se impongan los extremos sentimientos, estos no nos permiten hacer usufructo de la misma (inteligencia), sin permitirnos para nada razonar, como nosotros sí podemos hacerlo consiguiéndolo… y la mujer no puede hacer.
Repasa —para que reconozcas esto— en la Biblia lo que hizo con Adán, Eva. Lo de Dalila con Sansón. Lo de la mujer de Potifar con José. Lo de Betzabé con David. Lo de las mozas con un Salomón ya entrado en años. Con Jezabel y sus instintos iracundos y asesinos, etc., y cuantas veces insinúa de la maldad habida en la mujer. Medita sobre esto primero y te darás cuenta que esa mujer está dentro de ti y no fuera. La cual es la mujer a la que debes unirte para el resto de tu existencia, la que debes aprender, antes que nada, a tratar, a amar y a dominar, para que te deje ejercer tu inteligencia íntegramente, para salvar todos los dramas existenciales y espirituales y no acabe contigo, emocional o físicamente.
Haces esto primero con tu mujer interior, y tu mujer material ya no será más un problema para ti sino sólo paz y dicha. Porque con este trabajo aprenderás, sinceramente, a conocerla, y en toda su naturaleza. Debes saber que por esta condición natural ella. la mujer física, tiene el absoluto derecho de ser como es, pues está hecha toda sentimiento por Dios. Muy buena y “santa”cuando la tratas bien y le das lo que ella quiere y necesita para sentirse bien; complacida y en calma. Y mala hasta el extremo de lo demoniaco cuando la tratas mal y según el grado de tus malos tratos, cosa que si se da en tu vida, tú solamente eres el responsable. Ella, por esta tremenda diferencia que existe entre los dos, no puede, por más que sea su voluntad, darle solución a los dramas de incomprensión y desacuerdos de pareja, por que no dispone en su cabeza con lo que, para estos menesteres se requiere, para armonizar situaciones descontroladas, y que es lo que en su corazón está como ruego y anhela con todas sus fuerzas, solo que no lo puede expresar con su boca debidamente y para satisfacción del varón Que es otra cosa que ignorábamos y que nos hace ver una desconocida diferencia entre ellas y nosotros, que nos hace saber que ellas no poseen lo que nosotros tenemos como inteligencia, claro, como así nosotros no podremos tener jamás lo extremo de bueno que ellas tienen como sinceridad y sentimientos. Y por ello, con nuestros sentimientos descontrolados, esta (la inteligencia) se nos queda totalmente anulada, si la dejamos que los mismos se impongan. Pues así nos ordenan y nos impulsan, mudamente, a decir lo que no debiéramos decir, y hacer lo que no corresponde. Lo que sí pudiéramos decir y hacer si aquietamos primero el corazón, lo cual sería todo para bien y paz en relación. Y lo que, si no es controlado, pasamos a ser dos seres emocionales en una pareja, dos mujeres. En donde el jefe, el hombre que por inteligencia puede controlarlo todo para armonía y bien de ambos, ya se ha ausentado. Convirtiéndose con este femenino descuido, no digno de ser llamado ni inteligente ni varonil, todo en un caos hogareño y de convivencia. Mas, logrando aquietar la mujer que en nuestro corazón habita y en cada situación, lo veremos todo claro… como en cámara lenta. Estado interno en que no se nos escapará detalle alguno para bien reaccionar. Con lo que podemos ser justos y verdaderos amantes, y sabios, en las cosas de la vida y de relación… Y plenamente dichosos, sin duda alguna y sin otra alternativa.
Hay más, mucho más, por supuesto. Y por cualquier cosa puedes ponerte en contacto conmigo, siempre que no sea para antagonizar, claro. Preguntar se podrá, como debe hacerlo por obligación cualquier niño inteligente en la escuela quien no debe discutirle al profesor ni tratar de enseñarle. Tal es el comportamiento que debe tener todo aquel que desee comunicarse conmigo, pues ya mucho he aprendido de estos, los religiosamente sometidos… Y ya no quiero seguir perdiendo el tiempo porque, ciertamente, he dado por definitiva la convicción de que ya no tienen vuelta.
Esta obra previa al final del mundo necesita de fondos para divulgarla e imponerla. Si a ti te sobra el dinero y es tu voluntad colaborar, puedes enviarlo a la siguiente cuenta bancaria núm: 356 603 432 19 , código: B E C H C L R M del BancoEstado , oficina 351 de Santiago de Chile. A nombre de: Mario Antonio Villalobos Huerta.

Muchas gracias de antemano. Atte.: Huvi Anma
Anota el siguiente correo por cualquier duda, inquietud o pregunta:
huvianma1@hotmail.com

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