La reunión entre Italia, la Comisión Europea y el grupo formado por Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia
"En mi opinión, no puede haber una solidaridad selectiva entre miembros de la Unión Europea", dijo la canciller alemana Angela Merkel, en referencia a la polémica por un reparto más justo de refugiados entre los países miembros. "Necesitamos solidaridad hacia dentro", insistió.
Advirtió asimismo de que el actual sistema de migración en la Unión Europea "no está funcionando" porque coloca obstáculos innecesarios en los países fronterizos, razón por la que la solidaridad interna dentro de la UE es también necesaria.
También el presidente de Francia, Emmanuel Macron, subrayó la importancia de la solidaridad.
Tusk calificó esta semana de "ineficaz" el actual reparto de refugiados entre los países de la UE. Su país natal, Polonia, así como la República Checa y Hungría se niegan hasta la fecha a cumplir con la resolución sobre el reparto de refugiados de 2015 para acoger a inmigrantes llegados principalmente a Grecia e Italia.
Al margen de la cumbre, Tusk dijo que había divisiones en este asunto entre los países del este y oeste de la UE. "Estas divisiones van acompañadas de emociones que dificultan incluso encontrar un lenguaje común y argumentos racionales para este debate", señaló. "Esa es la razón por la que debemos trabajar en nuestra unidad de forma más intensa y efectiva que antes".
Los países que se han opuesto más férreamente al esquema de redistribución de inmigrantes sí apoyaron el punto de vista de Tusk. "Creo que el Sr. Tusk ha dicho la verdad, ha dicho lo que estamos pensando", dijo el primer ministro checo, Andrei Babis.
Además, su homólogo de Eslovaquia, Robert Fico, dijo que apoyaba "plenamente" el planteamiento de Tusk y recordó que su país estuvo en contra de la cuotas "desde el principio".
En tanto, el grupo de Visegrado (integrado por Hungría, Eslovaquia, República Checa y Polonia) se comprometió hoy en Bruselas a donar 35 millones de euros (41 millones en dólares) para asegurar las fronteras en Libia.
Al margen de la cumbre de la UE, los jefes de Gobierno de estos países se reunieron en la capital belga con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, y con el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni. Italia dirige un proyecto para asegurar las fronteras en cooperación con Libia, con el que se pretende frenar la inmigración desde África.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, dijo que la política para defender las fronteras exteriores y trabajar para atajar de raíz las causas de la inmigración es la política que "está funcionando y se dirige bien sobre el terreno, proporcionado el resultado que esperábamos", señaló.
"Esa es la razón por la que, en ese aspecto de la política de inmigración, nos gustaría reforzar nuestra cooperación", dijo Orban.
Pese a las declaraciones oficiales elogiando los gestos tanto de parte de los integrantes del grupo de Visegrado como de Juncker, el primer ministro Gentiloni señaló que persisten las diferencias en esta materia. "Si queremos seguir combatiendo contra los traficantes de personas y mejorar sensiblemente la situación de los derechos humanos en Libia, necesitamos más compromiso económico, logístico y político" de toda la familia europea, recalcó Gentiloni.
Durante la cumbre de la UE, los jefes de Estado y de Gobierno volverán a poner sobre la mesa una reforma duradera del sistema de asilo en el bloque. Una de las cuestiones que se abordará es cómo se repartirán los refugiados en futuras crisis.
El viernes los líderes europeos abordarán el tema del "Brexit", la salida del Reino Unido del bloque europeo. Se espera que se dé el visto bueno oficialmente al inicio de la segunda fase de las negociaciones.
Al respecto, los mandatarios europeos señalaron hoy que el revés que sufrió el miércoles la primera ministra británica, Theresa May, no tendrá apenas efectos en las negociaciones. La víspera el Parlamento británico aprobó una enmienda que le concede la última palabra sobre el acuerdo que se alcance para que el Reino Unido abandone el bloque.
"Creo que (May) sigue estando en una buena posición", dijo el primer ministro holandés, Mark Rutte. No hay que subestimar a May, "es una política formidable", advirtió.
Tampoco el canciller austriaco, Christian Kern, cree que la votación del Parlamento vaya a tener grandes efectos. "Confío en que habrá una solución seria", apuntó. Kern tiene incluso esperanzas en que quizás los británicos se den cuenta de que el "Brexit" no es la mejor solución. "Espero que todavía se pueda revertir", dijo.
Advirtió asimismo de que el actual sistema de migración en la Unión Europea "no está funcionando" porque coloca obstáculos innecesarios en los países fronterizos, razón por la que la solidaridad interna dentro de la UE es también necesaria.
También el presidente de Francia, Emmanuel Macron, subrayó la importancia de la solidaridad.
Tusk calificó esta semana de "ineficaz" el actual reparto de refugiados entre los países de la UE. Su país natal, Polonia, así como la República Checa y Hungría se niegan hasta la fecha a cumplir con la resolución sobre el reparto de refugiados de 2015 para acoger a inmigrantes llegados principalmente a Grecia e Italia.
Al margen de la cumbre, Tusk dijo que había divisiones en este asunto entre los países del este y oeste de la UE. "Estas divisiones van acompañadas de emociones que dificultan incluso encontrar un lenguaje común y argumentos racionales para este debate", señaló. "Esa es la razón por la que debemos trabajar en nuestra unidad de forma más intensa y efectiva que antes".
Los países que se han opuesto más férreamente al esquema de redistribución de inmigrantes sí apoyaron el punto de vista de Tusk. "Creo que el Sr. Tusk ha dicho la verdad, ha dicho lo que estamos pensando", dijo el primer ministro checo, Andrei Babis.
Además, su homólogo de Eslovaquia, Robert Fico, dijo que apoyaba "plenamente" el planteamiento de Tusk y recordó que su país estuvo en contra de la cuotas "desde el principio".
En tanto, el grupo de Visegrado (integrado por Hungría, Eslovaquia, República Checa y Polonia) se comprometió hoy en Bruselas a donar 35 millones de euros (41 millones en dólares) para asegurar las fronteras en Libia.
Al margen de la cumbre de la UE, los jefes de Gobierno de estos países se reunieron en la capital belga con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, y con el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni. Italia dirige un proyecto para asegurar las fronteras en cooperación con Libia, con el que se pretende frenar la inmigración desde África.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, dijo que la política para defender las fronteras exteriores y trabajar para atajar de raíz las causas de la inmigración es la política que "está funcionando y se dirige bien sobre el terreno, proporcionado el resultado que esperábamos", señaló.
"Esa es la razón por la que, en ese aspecto de la política de inmigración, nos gustaría reforzar nuestra cooperación", dijo Orban.
Pese a las declaraciones oficiales elogiando los gestos tanto de parte de los integrantes del grupo de Visegrado como de Juncker, el primer ministro Gentiloni señaló que persisten las diferencias en esta materia. "Si queremos seguir combatiendo contra los traficantes de personas y mejorar sensiblemente la situación de los derechos humanos en Libia, necesitamos más compromiso económico, logístico y político" de toda la familia europea, recalcó Gentiloni.
Durante la cumbre de la UE, los jefes de Estado y de Gobierno volverán a poner sobre la mesa una reforma duradera del sistema de asilo en el bloque. Una de las cuestiones que se abordará es cómo se repartirán los refugiados en futuras crisis.
El viernes los líderes europeos abordarán el tema del "Brexit", la salida del Reino Unido del bloque europeo. Se espera que se dé el visto bueno oficialmente al inicio de la segunda fase de las negociaciones.
Al respecto, los mandatarios europeos señalaron hoy que el revés que sufrió el miércoles la primera ministra británica, Theresa May, no tendrá apenas efectos en las negociaciones. La víspera el Parlamento británico aprobó una enmienda que le concede la última palabra sobre el acuerdo que se alcance para que el Reino Unido abandone el bloque.
"Creo que (May) sigue estando en una buena posición", dijo el primer ministro holandés, Mark Rutte. No hay que subestimar a May, "es una política formidable", advirtió.
Tampoco el canciller austriaco, Christian Kern, cree que la votación del Parlamento vaya a tener grandes efectos. "Confío en que habrá una solución seria", apuntó. Kern tiene incluso esperanzas en que quizás los británicos se den cuenta de que el "Brexit" no es la mejor solución. "Espero que todavía se pueda revertir", dijo.