En plena época de YouTube y redes sociales, los videos sobre gatitos triunfan siempre. Pero Garfield ya era una estrella mucho antes y sigue siendo un fenómeno global. Según la compañía Paws, creada por Davis en 1981, las tiras cómicas diarias de Garfield se imprimen en 2.400 periódicos en 80 países y en 40 idiomas. Llega a 200 millones de personas y su enorme difusión lo hizo entrar en el Libro Guinness de los récords en 2002.
Sus libros han vendido más de 200 millones de copias y tiene varias películas. Además de una serie de dibujos animados, "El show de Garfield", lanzada hace diez años en Francia y que actualmente puede verse en 130 países.
El "padre" de Garfield, Jim Davis, nació en 1945 en Marion, una pequeña ciudad de Indiana, en Estados Unidos. Es el mismo lugar en que nació el actor James Dean y se casó la actriz Julia Roberts. Davis se crió en una granja con sus padres, su hermano pequeño y un montón de gatos. Y eso, sin duda, lo marcó.
De niño tuvo que pasar mucho tiempo en casa, ya que padecía asma, y comenzó a dibujar para luchar contra el aburrimiento. Desde entonces no ha dejado de hacerlo.
Tras concluir sus estudios, Davis comenzó a trabajar en 1969 para Tom K. Ryan, el dibujante de "Tumbleweeds" sobre la vida en el Salvaje Oeste. Su primera tira cómica propia fue "Gnorm Gnat", estaba protagonizada por un mosquito y empezó a publicarse en 1972.
Pero Davis no estaba del todo satisfecho con esa historia y decidió probar con otro animal. Y como ya había unos cuantos cómics sobre perros y él había crecido rodeado de gatos, lo intentó con un felino listo y gordo. El nombre lo tomó prestado de su abuelo, James Garfield Davis.
El éxito no tardó en llegar después de que Garfield apareciese por primera vez en las páginas de 40 diarios estadounidenses. Poco después, un periódico de Chicago prescindió de la tira cómica y le llovieron las protestas de sus lectores.
No es de extrañar. Cuando uno se acostumbra a leer las reflexiones de Garfield, no quiere prescindir de ellas. Quizás porque se trata de un gato muy humano. "Garfield es un antihéroe", dijo Davis en una ocasión. Dice y hace todo lo que a la gente le gustaría decir y hacer si supiesen que con ello se saldrían con la suya.
Por supuesto, Garfield también genera buenos beneficios a través del merchandising. El minino posa sonriente (o no) en camisetas, tazas, gorras, llaveros, huchas y hasta en más de 5.000 productos en todo el mundo.
Sus libros han vendido más de 200 millones de copias y tiene varias películas. Además de una serie de dibujos animados, "El show de Garfield", lanzada hace diez años en Francia y que actualmente puede verse en 130 países.
El "padre" de Garfield, Jim Davis, nació en 1945 en Marion, una pequeña ciudad de Indiana, en Estados Unidos. Es el mismo lugar en que nació el actor James Dean y se casó la actriz Julia Roberts. Davis se crió en una granja con sus padres, su hermano pequeño y un montón de gatos. Y eso, sin duda, lo marcó.
De niño tuvo que pasar mucho tiempo en casa, ya que padecía asma, y comenzó a dibujar para luchar contra el aburrimiento. Desde entonces no ha dejado de hacerlo.
Tras concluir sus estudios, Davis comenzó a trabajar en 1969 para Tom K. Ryan, el dibujante de "Tumbleweeds" sobre la vida en el Salvaje Oeste. Su primera tira cómica propia fue "Gnorm Gnat", estaba protagonizada por un mosquito y empezó a publicarse en 1972.
Pero Davis no estaba del todo satisfecho con esa historia y decidió probar con otro animal. Y como ya había unos cuantos cómics sobre perros y él había crecido rodeado de gatos, lo intentó con un felino listo y gordo. El nombre lo tomó prestado de su abuelo, James Garfield Davis.
El éxito no tardó en llegar después de que Garfield apareciese por primera vez en las páginas de 40 diarios estadounidenses. Poco después, un periódico de Chicago prescindió de la tira cómica y le llovieron las protestas de sus lectores.
No es de extrañar. Cuando uno se acostumbra a leer las reflexiones de Garfield, no quiere prescindir de ellas. Quizás porque se trata de un gato muy humano. "Garfield es un antihéroe", dijo Davis en una ocasión. Dice y hace todo lo que a la gente le gustaría decir y hacer si supiesen que con ello se saldrían con la suya.
Por supuesto, Garfield también genera buenos beneficios a través del merchandising. El minino posa sonriente (o no) en camisetas, tazas, gorras, llaveros, huchas y hasta en más de 5.000 productos en todo el mundo.