La película relata la historia de dos estafadores profesionales, Clayderman (De la Serna) y Lucas (Luis Tosar), enamorados de la misma mujer, Verónica (Stephanie Cayo), pero que además compiten por quedarse con la fortuna de un rico pasajero.
dpa: ¿Qué implicó la experiencia de filmar en un crucero?
De la Serna: Son esas cosas que uno sabe que se dan pocas veces en la vida. La última vez que me pasó algo parecido fue hace 15 años con "Diarios de motocicleta". Son tres meses de rodaje en muchos países, cosas extraordinarias.
Salir de Recife en un crucero, cruzar el Atlántico hasta Cabo Verde, después Canarias, entrar por el estrecho de Gibraltar como hicieron mis ancestros europeos hace 200 años para llegar al puerto de Buenos Aires. Tenía esa cosa romántica que uno se imagina, estar en la cubierta de un barco viendo las estrellas... Aunque la realidad fue muy distinta: cruceristas brasileños borrachos, fiesta y marcha todo el día, pero fue una experiencia muy intensa. Creo que fueron 21 días a bordo del barco, esto conforma una familia a nivel del equipo artístico.
dpa: ¿Y qué le aportó el barco a la historia?
De la Serna: En este caso fue como hacer una "boat movie". Estas películas de viajes son como un género en sí mismo que aportan muchísimo porque es muy gráfico y natural el recorrido dramático de los personajes. Como los paisajes que van atravesando, se van modificando también ellos. Hay una encrucijada a la que llegan todos los personajes en algún punto y algunos deciden bien y otros no. En el caso de Clayderman -este canalla, este estafador profesional, esta comadreja de ambición desmedida que tuve que encarnar-, tuvo la suerte de llegar a la encrucijada, pero decidió mal. En el momento en que su ser amado, el que le da rasgos de humanidad, le propone bajarse del barco, su inmadurez emocional y su incapacidad de encarar una vida más cierta le impiden bajarse.
dpa: Más allá de la comedia, esta película combina varios géneros y tiene un mensaje sobre la codicia y el dinero.
De la Serna: Más allá de que transcurra en 2008, cuando fue el crack financiero, estamos en una sociedad que está desbocadísima a nivel ambición, a nivel acumulación, y vemos cómo se descomponen los tejidos sociales en todas partes del mundo por esta ambición desmedida. Es una comedia hilarante pero abajo está ese corazón dramático latiendo permanentemente.
dpa: Los personajes femeninos salen mucho mejor parados en el film, exceptuando a Antonio (el actor español Joan Pera).
De la Serna: El reservorio de dignidad masculina está en el personaje de Joan. Creo que los hay y los hay muchos. Es un momento en el que las mujeres están alzando la voz después de siglos o milenios de situaciones aberrantes y es un momento muy importante en la historia de la humanidad a ese nivel, pero también hay hombres como Antonio.
dpa: Aún así, los personajes de los estafadores nos caen bien...
De la Serna: Porque empatizan, son seres despreciables pero en los que todos los seres humanos pueden ver reflejadas sus miserias también. Y están cargados de patetismo, y el patetismo genera gracia. Es duro ese rol, pero sin ese rol esta historia no se puede contar. Por ahí el espectador agradece el sacrificio trágico que hacen estos personajes como en una tragedia griega.
RODRIGO DE LA SERNA (18 abril de 1976) es un actor y músico argentino que estuvo nominado al premio británico Bafta por su papel de Alberto Granado en la película "Diarios de motocicleta" (2004). Trabajó en numerosas series de televisión en su país, como "Hermanos y detectives" y "Okupas". Fue nominado al Goya como mejor actor revelación por "Cien años de perdón" (2016). Se encuentra de gira en la actualidad por Argentina con su cuarteto de guitarras, con el que hace milongas, tango y candombe y acaba de firmar para protagonizar una serie de Netflix en España.
dpa: ¿Qué implicó la experiencia de filmar en un crucero?
De la Serna: Son esas cosas que uno sabe que se dan pocas veces en la vida. La última vez que me pasó algo parecido fue hace 15 años con "Diarios de motocicleta". Son tres meses de rodaje en muchos países, cosas extraordinarias.
Salir de Recife en un crucero, cruzar el Atlántico hasta Cabo Verde, después Canarias, entrar por el estrecho de Gibraltar como hicieron mis ancestros europeos hace 200 años para llegar al puerto de Buenos Aires. Tenía esa cosa romántica que uno se imagina, estar en la cubierta de un barco viendo las estrellas... Aunque la realidad fue muy distinta: cruceristas brasileños borrachos, fiesta y marcha todo el día, pero fue una experiencia muy intensa. Creo que fueron 21 días a bordo del barco, esto conforma una familia a nivel del equipo artístico.
dpa: ¿Y qué le aportó el barco a la historia?
De la Serna: En este caso fue como hacer una "boat movie". Estas películas de viajes son como un género en sí mismo que aportan muchísimo porque es muy gráfico y natural el recorrido dramático de los personajes. Como los paisajes que van atravesando, se van modificando también ellos. Hay una encrucijada a la que llegan todos los personajes en algún punto y algunos deciden bien y otros no. En el caso de Clayderman -este canalla, este estafador profesional, esta comadreja de ambición desmedida que tuve que encarnar-, tuvo la suerte de llegar a la encrucijada, pero decidió mal. En el momento en que su ser amado, el que le da rasgos de humanidad, le propone bajarse del barco, su inmadurez emocional y su incapacidad de encarar una vida más cierta le impiden bajarse.
dpa: Más allá de la comedia, esta película combina varios géneros y tiene un mensaje sobre la codicia y el dinero.
De la Serna: Más allá de que transcurra en 2008, cuando fue el crack financiero, estamos en una sociedad que está desbocadísima a nivel ambición, a nivel acumulación, y vemos cómo se descomponen los tejidos sociales en todas partes del mundo por esta ambición desmedida. Es una comedia hilarante pero abajo está ese corazón dramático latiendo permanentemente.
dpa: Los personajes femeninos salen mucho mejor parados en el film, exceptuando a Antonio (el actor español Joan Pera).
De la Serna: El reservorio de dignidad masculina está en el personaje de Joan. Creo que los hay y los hay muchos. Es un momento en el que las mujeres están alzando la voz después de siglos o milenios de situaciones aberrantes y es un momento muy importante en la historia de la humanidad a ese nivel, pero también hay hombres como Antonio.
dpa: Aún así, los personajes de los estafadores nos caen bien...
De la Serna: Porque empatizan, son seres despreciables pero en los que todos los seres humanos pueden ver reflejadas sus miserias también. Y están cargados de patetismo, y el patetismo genera gracia. Es duro ese rol, pero sin ese rol esta historia no se puede contar. Por ahí el espectador agradece el sacrificio trágico que hacen estos personajes como en una tragedia griega.
RODRIGO DE LA SERNA (18 abril de 1976) es un actor y músico argentino que estuvo nominado al premio británico Bafta por su papel de Alberto Granado en la película "Diarios de motocicleta" (2004). Trabajó en numerosas series de televisión en su país, como "Hermanos y detectives" y "Okupas". Fue nominado al Goya como mejor actor revelación por "Cien años de perdón" (2016). Se encuentra de gira en la actualidad por Argentina con su cuarteto de guitarras, con el que hace milongas, tango y candombe y acaba de firmar para protagonizar una serie de Netflix en España.