Comey fue convocado para dar testimonio ante la Comisión de Supervisión y Reforma del Gobierno, en la Cámara de Representantes, y reiteró que Clinton y sus asesores fueron "extremadamente descuidados" pero que ella no violó la ley ni mintió a los agentes del FBI.
"Como he dicho, veo evidencias de gran negligencia, pero no veo evidencia suficiente para establecer que la secretaria Clinton y los interlocutores con quienes discutió información clasificada por correo electrónico sabían que lo que estaban haciendo era contra la ley", dijo.
El miércoles, el Departamento de Justicia anuncio que, siguiendo una recomendación del FBI, no presentaría cargos contra Clinton, quien ahora es la favorita para las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
La investigación del FBI determinó que aunque la conducta de Clinton no fue criminal, su equipo fue negligente en la manipulación de información secreta en su servidor privado de correos electrónicos.
El escándalo por el uso de servidores de correo instalados en su domicilio se convirtió en una espesa nube negra sobre las ilusiones de Clinton de convertirse en la primera mujer en ocupar la Casa Blanca como presidente.
La oposición del partido Republicano alega que se trata de un caso de tratamiento especial y que ella no sigue los mismos estándares de comportamiento que el resto de los estadounidenses.
La cuestión de la confiabilidad de Clinton se convirtió en su principal problema en los sondeos de opinión.
"Yo creo que hay una preocupación legítima que se trata de un doble estándar. Si tu nombre no es Clinton o no eres parte de una élite poderosa, la justicia actuará de forma diferente", dijo el presidente de la Comisión, el republicano Jason Chaffetz, durante el testimonio de Comey.
El director del FBI (quien es también republicano) aseguró que Clinton no recibió ningún tratamiento especial.