Los choques se desataron cuando una marcha, que convocó a unas 5.000 personas, cambió de rumbo para dirigirse al centro de la ciudad y fue impedida de avanzar por un barrera que más temprano habían instalado los uniformados.
Los opositores se concentraron en una autopista a la altura del barrio acomodado de Altamira, según el plan original, pero dirigentes como el excandidato presidencial Henrique Capriles pidieron luego movilizarse hacia la Defensoría del Pueblo, en el casco histórico.
"Capriles está buscando unos muertos para incendiar el país", denunció luego el dirigente oficialista Freddy Bernal.
En el sector de El Recreo, la militarizada Guardia Nacional colocó grandes camiones con los cuales formó un muro, bloqueando la autopista de ocho canales.
Luego, los guardias lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua para dispersar a la multitud, ante lo cual los manifestantes, varios con el rostro cubierto, respondieron con piedras.
En la manifestación se encuentran varios diputados de la mayoría opositora en el Parlamento.
"Vamos a quedarnos hasta lograr pasar", expresó desafiante la parlamentaria Gaby Arellano, mientras llovían balines de goma.
El gobierno suele impedir cualquier movilización opositora hacia el centro, que el chavismo considera su bastión y donde se concentran las sedes de los poderes públicos.
En esa zona, cerca de la Asamblea Nacional, miles de oficialistas se manifestaban este jueves en apoyo a Maduro.
Los opositores protestan contra sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) con las cuales asumió brevemente, la semana pasada, los poderes del Parlamento y retiró la inmunidad a los diputados.
"Queremos sacar a Maduro, estamos cansados de esta dictadura, no tenemos miedo", dijo a la AFP Yoleidy Rodríguez, estudiante universitario de 22 años.
Los fallos, anulados parcialmente el sábado tras fuerte presión internacional, han impulsado a los detractores del gobierno a tratar de reconquistar la calle.
En tanto, los oficialistas protestaron contra el "golpe parlamentario" que -alegan- quiere dar la Asamblea en su cruzada contra el TSJ.
Maduro acusa a los dirigentes opositores de querer "llenar las calles de sangre" para propiciar su derrocamiento, con ayuda de la Organización de Estados Americanos (OEA), que esta semana declaró una "grave" alteración del orden democrático en Venezuela.
El secretario de la OEA, Luis Almagro, recibía este jueves en Washington al presidente del Legislativo, el opositor Julio Borges.
"Vamos a enfrentar al imperialismo, a los grupos económicos que quieren tumbar al gobierno revolucionario", dijo a la AFP Vismar Cifuentes, empleado público, durante la marcha que incluyó cánticos y palabras de un imitador del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
Como ocurrió durante una protesta opositora el pasado martes, que dejó varios heridos y apresados, este jueves había fuerte presencia militar y policial, varias estaciones del metro fueron cerradas y en los accesos a la ciudad había puntos de control.
El centro de la protesta opositora es apoyar un proceso iniciado el miércoles en la cámara para destituir a los magistrados del TSJ.
Pero antes de que el Parlamento pueda actuar, el llamado Poder Moral debe certificar que los jueces cometieron una "falta grave", algo improbable según analistas, pues sus integrantes -La Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo- son cercanas al gobierno.
Aun cuando la fiscal general, Luis Ortega, declaró la semana pasada que los dictámenes suponían una "ruptura del orden constitucional", abriendo una fisura en el oficialismo, se requeriría un voto más para calificar la falta como grave.
De todos modos, "Maduro no puede decir ahora que está seguro de los apoyos que tiene, incluidas las Fuerzas Armadas", declaró a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
Por ello, el mandatario "no tiene interés" en elecciones este año, como exige la oposición, añadió.
Los comicios de gobernadores debieron realizarse en diciembre de 2016, pero fueron suspendidos y aún no tienen fecha. Los de alcaldes están pautados para este año y los presidenciales para diciembre de 2018.
Los opositores se concentraron en una autopista a la altura del barrio acomodado de Altamira, según el plan original, pero dirigentes como el excandidato presidencial Henrique Capriles pidieron luego movilizarse hacia la Defensoría del Pueblo, en el casco histórico.
"Capriles está buscando unos muertos para incendiar el país", denunció luego el dirigente oficialista Freddy Bernal.
En el sector de El Recreo, la militarizada Guardia Nacional colocó grandes camiones con los cuales formó un muro, bloqueando la autopista de ocho canales.
Luego, los guardias lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua para dispersar a la multitud, ante lo cual los manifestantes, varios con el rostro cubierto, respondieron con piedras.
En la manifestación se encuentran varios diputados de la mayoría opositora en el Parlamento.
"Vamos a quedarnos hasta lograr pasar", expresó desafiante la parlamentaria Gaby Arellano, mientras llovían balines de goma.
El gobierno suele impedir cualquier movilización opositora hacia el centro, que el chavismo considera su bastión y donde se concentran las sedes de los poderes públicos.
En esa zona, cerca de la Asamblea Nacional, miles de oficialistas se manifestaban este jueves en apoyo a Maduro.
- "No tenemos miedo" -
Los opositores protestan contra sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) con las cuales asumió brevemente, la semana pasada, los poderes del Parlamento y retiró la inmunidad a los diputados.
"Queremos sacar a Maduro, estamos cansados de esta dictadura, no tenemos miedo", dijo a la AFP Yoleidy Rodríguez, estudiante universitario de 22 años.
Los fallos, anulados parcialmente el sábado tras fuerte presión internacional, han impulsado a los detractores del gobierno a tratar de reconquistar la calle.
En tanto, los oficialistas protestaron contra el "golpe parlamentario" que -alegan- quiere dar la Asamblea en su cruzada contra el TSJ.
Maduro acusa a los dirigentes opositores de querer "llenar las calles de sangre" para propiciar su derrocamiento, con ayuda de la Organización de Estados Americanos (OEA), que esta semana declaró una "grave" alteración del orden democrático en Venezuela.
El secretario de la OEA, Luis Almagro, recibía este jueves en Washington al presidente del Legislativo, el opositor Julio Borges.
"Vamos a enfrentar al imperialismo, a los grupos económicos que quieren tumbar al gobierno revolucionario", dijo a la AFP Vismar Cifuentes, empleado público, durante la marcha que incluyó cánticos y palabras de un imitador del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
- Destitución improbable -
Como ocurrió durante una protesta opositora el pasado martes, que dejó varios heridos y apresados, este jueves había fuerte presencia militar y policial, varias estaciones del metro fueron cerradas y en los accesos a la ciudad había puntos de control.
El centro de la protesta opositora es apoyar un proceso iniciado el miércoles en la cámara para destituir a los magistrados del TSJ.
Pero antes de que el Parlamento pueda actuar, el llamado Poder Moral debe certificar que los jueces cometieron una "falta grave", algo improbable según analistas, pues sus integrantes -La Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo- son cercanas al gobierno.
Aun cuando la fiscal general, Luis Ortega, declaró la semana pasada que los dictámenes suponían una "ruptura del orden constitucional", abriendo una fisura en el oficialismo, se requeriría un voto más para calificar la falta como grave.
De todos modos, "Maduro no puede decir ahora que está seguro de los apoyos que tiene, incluidas las Fuerzas Armadas", declaró a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
Por ello, el mandatario "no tiene interés" en elecciones este año, como exige la oposición, añadió.
Los comicios de gobernadores debieron realizarse en diciembre de 2016, pero fueron suspendidos y aún no tienen fecha. Los de alcaldes están pautados para este año y los presidenciales para diciembre de 2018.