El ministro de Seguridad Interior Abdirasak Omar Mohamed aseguró a la prensa que "solo (los asaltantes) murieron" en los dos atentados suicidas simultáneos.
Este balance contradice el ofrecido el viernes por la noche por las fuerzas de seguridad que informaron de 9 muertos: cuatro terroristas y cinco civiles o guardias de seguridad. Testigos hablaron incluso de una decena de heridos.
"Estos elementos violentos atacaron los hoteles Weheliye y Siyaad cuando los clientes rompían el ayuno (del ramadán) tranquilamente. Siete asaltantes perpetraron el ataque contra el hotel Weheliye y otros cinco el del hotel Siyaad, y todos murieron", afirmó Abdirasak Omar Mohamed.
El representante especial de Naciones Unidas para Somalia, Nicholas Kay, precisó el sábado en un comunicado que estos ataques "dejaron muertos y heridos entre civiles, miembros de las fuerzas de seguridad, soldados de la Amisom (la fuerza de la Unión Africana) y representantes del gobierno".
Los dos hoteles disponen de fuertes medidas de seguridad, ya que son muy frecuentados por parlamentarios, funcionarios del gobierno y hombres de negocios.
Los shebab han multiplicado los ataques en esta zona. En mensajes colgados en las páginas internet próximas al grupo vinculado con Al Qaida aseguran que los islamistas somalíes han reivindicado el doble ataque del viernes.
El grupo islamista ha intensificado su ofensiva desde el inicio del mes de ayuno musulmán del Ramadán y el asalto se produjo en el momento en que los fieles se reunían para romper el ayuno.
Los shebab luchan para deponer al gobierno somalí que está apoyado por la comunidad internacional y por los 22.000 soldados de la Unión Africana (UA), la Amisom.