La Comisión Electoral Nacional anunció hoy que el partido Zanu-PF del presidente Emmerson Mnangagwa ganó la mayoría de los escaños en las elecciones del lunes.
Sin embargo, todavía tiene que anunciarse el ganador de las votaciones presidenciales. El opositor Movimiento por un Cambio Democrático (MDC) teme que el retraso en el anuncio de los resultados esté relacionado con un fraude electoral.
Las protestas escalaron hoy y dos personas murieron por la actuación de las fuerzas de seguridad, informó Tendai Biti, un alto cargo de la oposición. Otras cuatro personas también recibieron disparos, añadió.
Los soldados arremetieron contra la multitud y golpearon indiscriminadamente a manifestantes y periodistas con las culatas de sus rifles, hiriendo a un periodista de la BBC. También se desplegaron vehículos blindados.
En las calles se pudo ver a seguidores del opositor MDC quemando neumáticos o lanzando piedras a los policías. El Gobierno está "intentando acobardar a la gente", denunció la portavoz del partido, Thabitha Khumalo.
El líder del MDC, Nelson Chamisa, había amenazado previamente con no aceptar la victoria de la formación gobernante. "Seguimos manteniendo que nuestro candidato presidencial, Nelson Chamisa, ganó las elecciones, y estamos preparados para proteger el voto del pueblo", dijo la portavoz del partido.
"Están intentando intimidarnos", dijo a dpa Tafadzwa Chafaka, un manifestante opositor. "Pero estamos dispuestos a morir", añadió.
Para el médico Blessing Mukundi, seguidor del MDC, es una mala señal que tras una votación pacífica la situación se haya vuelto violenta, como en elecciones anteriores. "No estamos contentos porque ahora hay soldados, algunos hemos sido heridos. Ahora tenemos miedo", explicó a dpa.
El presidente Mnangagwa pidió hoy calma a través de su cuenta de Twitter. "Debemos demostrar paciencia y madurez y actuar de una forma que ponga por delante a nuestra gente y su seguridad. Es la hora de la responsabilidad y, por encima de todo, la paz", dijo.
Los observadores internacionales de los comicios criticaron el desarrollo de los mismos. La misión de observadores de la Unión Europea (UE) afirmó en Harare que aunque las elecciones han sido un avance respecto a comicios anteriores, se registraron momentos de "suave intimidación" en medio de una arena política injusta, por lo que algunas "serias preocupaciones" se mantienen vigentes.
Como ejemplo de esa "suave intimidación", el jefe de la misión de la UE, Elmar Brok, mencionó el hecho de que el partido gobernante estuviese visiblemente presente delante de los locales de votación, cuando las fuerzas políticas estaban obligadas a mantener una distancia de al menos 300 metros.
Los observadores de la UE también constataron el abuso de recursos del Estado y parcialidad de los medios de prensa. También les preocupa la tardanza en comunicar los resultados. "Cuánto más tarde, más se cuestionará la credibilidad", dijo Brok.
Estas elecciones estaban consideradas como un punto de inflexión para Zimbabue, después de años de opresión política y una mala situación económica bajo el presidente Robert Mugabe, derrocado por un golpe militar el año pasado.
Sin embargo, todavía tiene que anunciarse el ganador de las votaciones presidenciales. El opositor Movimiento por un Cambio Democrático (MDC) teme que el retraso en el anuncio de los resultados esté relacionado con un fraude electoral.
Las protestas escalaron hoy y dos personas murieron por la actuación de las fuerzas de seguridad, informó Tendai Biti, un alto cargo de la oposición. Otras cuatro personas también recibieron disparos, añadió.
Los soldados arremetieron contra la multitud y golpearon indiscriminadamente a manifestantes y periodistas con las culatas de sus rifles, hiriendo a un periodista de la BBC. También se desplegaron vehículos blindados.
En las calles se pudo ver a seguidores del opositor MDC quemando neumáticos o lanzando piedras a los policías. El Gobierno está "intentando acobardar a la gente", denunció la portavoz del partido, Thabitha Khumalo.
El líder del MDC, Nelson Chamisa, había amenazado previamente con no aceptar la victoria de la formación gobernante. "Seguimos manteniendo que nuestro candidato presidencial, Nelson Chamisa, ganó las elecciones, y estamos preparados para proteger el voto del pueblo", dijo la portavoz del partido.
"Están intentando intimidarnos", dijo a dpa Tafadzwa Chafaka, un manifestante opositor. "Pero estamos dispuestos a morir", añadió.
Para el médico Blessing Mukundi, seguidor del MDC, es una mala señal que tras una votación pacífica la situación se haya vuelto violenta, como en elecciones anteriores. "No estamos contentos porque ahora hay soldados, algunos hemos sido heridos. Ahora tenemos miedo", explicó a dpa.
El presidente Mnangagwa pidió hoy calma a través de su cuenta de Twitter. "Debemos demostrar paciencia y madurez y actuar de una forma que ponga por delante a nuestra gente y su seguridad. Es la hora de la responsabilidad y, por encima de todo, la paz", dijo.
Los observadores internacionales de los comicios criticaron el desarrollo de los mismos. La misión de observadores de la Unión Europea (UE) afirmó en Harare que aunque las elecciones han sido un avance respecto a comicios anteriores, se registraron momentos de "suave intimidación" en medio de una arena política injusta, por lo que algunas "serias preocupaciones" se mantienen vigentes.
Como ejemplo de esa "suave intimidación", el jefe de la misión de la UE, Elmar Brok, mencionó el hecho de que el partido gobernante estuviese visiblemente presente delante de los locales de votación, cuando las fuerzas políticas estaban obligadas a mantener una distancia de al menos 300 metros.
Los observadores de la UE también constataron el abuso de recursos del Estado y parcialidad de los medios de prensa. También les preocupa la tardanza en comunicar los resultados. "Cuánto más tarde, más se cuestionará la credibilidad", dijo Brok.
Estas elecciones estaban consideradas como un punto de inflexión para Zimbabue, después de años de opresión política y una mala situación económica bajo el presidente Robert Mugabe, derrocado por un golpe militar el año pasado.