Ha sido después de la conversación telefónica con los miembros del gobierno de Estados Unidos. ¿Qué ha ocurrido: los amigos de Mubarak le traicionaron o no pudieron salvarle?
- Mubarak dijo que no presentaría su candidatura para el próximo mandato. Falta más de medio año para los comicios. Él espera que en este tiempo los partidos consigan preparar una candidatura que satisfaga a todo el pueblo mientras él, como presidente, se mantendrá al margen.
De esta forma, Mubarak todavía tiene varias opciones para actuar aunque lo que dijo es muy importante, que no se presentaría en las próximas elecciones, con sus 82 años. Otra novedad fue la aparición de las multitudes que apoyan a Mubarak lo que no había sucedido en días anteriores. Y no sólo en El Cairo, también en Alejandría y en otras ciudades. Es más, Mubarak dio otro paso, típico no únicamente para Egipto.
Dio orden a la policía de no intervenir y mantenerse al margen. Eso significa que los edificios y la gente se quedaron sin protección alguna. Entonces una parte de los que estaban en la calle salieron a defender sus casas y otra parte se dedicó al saqueo. Esto provocará un caos entre los manifestantes.
- ¿Es decir, los saqueos han alcanzado carácter masivo?
- Los saqueos ya son masivos y se dan incluso en Hurgada. Los saqueadores invadieron a Hurgada y la pasada noche se registraron muchos asaltos a los hoteles, que ya no es un lugar seguro para nuestros turistas.
En Hurgada se encuentran 42 mil rusos, de ellos 8 mil empleados rusoparlantes. 18 mil rusos están en Sharm el-Sheij, y toda esta gente, si las cosas no cambian, muy pronto sentirá la falta de alimentos.
Recientemente el gobierno de la República rusa Bashkortostán envió un avión para evacuar a un grupo de estudiantes que cursan estudios en las universidades de El Cairo. Tuvieron que enviarlo a Hurgada, porque el aeropuerto de El Cairo está bloqueado por completo. Esto es lo que sabemos por ahora.
- Volviendo al inicio de los disturbios en Egipto, ¿qué es lo que fue? No creo en las revueltas populares espontáneas. ¿Había sido preparado, provocado o es que el pueblo realmente había llegado al límite de la paciencia?
- Mi punto de vista es el siguiente. A finales de diciembre de 2010 en Argelia se celebró la conferencia científica “Estados Unidos y los países de África del Norte”. En esa conferencia el secretario adjunto del Departamento de Estado estadounidense José Fernández expuso la nueva estrategia económica estadounidense para los países del Norte de África. Dicha estrategia consiste de dos puntos. El primero brindar ayuda a la juventud de los países en cuestión. Se declaró que EEUU destinará 8 mil millones de dólares para ello. El segundo es la ayuda a las pequeñas y medianas empresas por un monto de 4 o 5 mil millones de dólares. Fue una gran noticia para el Magreb y su juventud, ya que el 60% de los jóvenes de los países de África del Norte está en paro.
En cuanto Fernández se fue la juventud de Argelia se lanzó a las calles. Pero allí el poder es fuerte y en 2 o 3 días la situación se normalizó. Poco después eso mismo ocurrió en Túnez donde los jóvenes desempleados alcanzan un 70%. Las autoridades del país no estaban preparadas para tal viraje y el presidente sin saber que hacer abandonó el país.
Los tunecinos lograron ponerse de acuerdo rápido porque es un estado laico y los partidos tienen suficiente experiencia de trabajo con las masas. Luego fue Egipto donde los disturbios continúan ya una semana. La semejante situación se observa en Yemen aunque este país no forma parte del Magreb, y ahora también en Jordania. A mi juicio, es palpable la intervención estadounidense y creo que es intencionada.
Tras el regreso de Fernández a Washington la misma secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, inició una gira por Oriente Próximo y apoyando a Fernández reprochó a los líderes de los países árabes las altas tasas de desempleo entre la juventud y la práctica ausencia de posibilidades del negocio que había sido aplastado por los oligarcas locales.
La situación en los países en cuestión es, desde luego, muy difícil. Sólo en El Cairo viven 22 millones de personas a los que hay que alimentar y dar trabajo. Y eso que el 90% de la población de la capital egipcia vive en la indigencia. En la época del presidente Nasser (de 1956 a 1970) estas categorías de personas cobraban unas 7 libras mensuales – lo que hoy equivaldría a un dólar – y a partir de entonces esta suma cada vez es más insignificante.
Lo mismo puede decirse sobre Túnez y otros países árabes. Así que estoy seguro de que las razones de lo que está ocurriendo son económicas. Además, muchos líderes de los países árabes han envejecido. Mubarak tiene 82 años, el Rey de Arabia Saudí - 87 años, su hermano y sucesor – 82, el presidente de Yemen lleva 32 años en el poder.
La crisis en el mundo árabe era inminente y yo creo que Estados Unidos se dio cuenta de ello y se lanzaron a salvar los países árabes promitiendo ayuda exclusivamente económica, y no política.
Me parece que la situación es muy complicada y no sólo las personas que salieron a la calles son responsables por ella sino también las fuerzas externas que intentan solucionar a su manera los problemas ajenos. Pero al fin y al cabo estos problemas los tendrán que resolver los pueblos de los países árabes.
- ¿Cree que Estados Unidos ha previsto que al poder pueden llegar los radicales? En Palestina también se intentó organizar unas elecciones democráticas y ganó Hamás. ¿Qué puede suceder en Egipto? ¿Qué se puede esperar del partido de Hermanos Musulmanes?
- Hermanos Musulmanes es un partido islámico liderado por una especie de la vieja guardia que sigue intentando imponer a la gente sus ideas religiosas. Y estos líderes conservadores que están al frente del partido en Egipto son los que perjudican enormemente al islam, porque islam es paz.
Ellos llevan muchos años luchando contra el gobierno egipcio. Pero hay que entender que si el turismo ahora se frena, por ejemplo, en Hurgada, se quedará sin trabajo un 90% de población local que está ocupada en el sector hotelero. Sin embargo, estuve hace dos años en la redacción del periódico Al-Ahram y observé como todos los empleados encabezados por el redactor jefe al mediodía salían a la calle a la oración.
Algo imposible de imaginar hace un tiempo en el periódico de tendencias más democráticas del país. Es decir, Hermanos Musulmanes tienen cierta influencia y pueden tener un líder capaz de ponerse al frente del país. Además, las élites políticas de Egipto han acumulado cierto peso y en ellas hay personas capaces de liderazgo pero no pueden de ninguna manera sustituir a Mubarak. Así que no es el momento de que en Egipto lleguen al poder los teóricos del partido Hermanos Musulmanes y la guerrilla será detenida por el ejército.
Dudo, aunque no se puede descartar del todo, que a Mubarak le suceda un líder que declare Egipto un estado islámico. A pesar de que las tradiciones islámicas se han fortalecido Egipto este país sigue estando muy lejos de plasmar valores religiosos en política. Por eso ahora, en mi opinión, la situación evolucionará tal y como lo propuso Mubarak.
Él mismo dimitirá quedándose en Egipto y anunciando que hasta la elección del nuevo presidente sus funciones las ejercerá el recién nombrado vicepresidente Omar Suleimán.
Suleimán es una figura muy conocida en Egipto, el jefe del Servicio de Inteligencia. Conoce la vida y milagros de todos los líderes de oposición y puede presionar a cada uno de ellos amenazando con la cárcel.
De momento, el ejército se mantiene al margen pero en seguida bloqueó todas las calles.
- Mubarak dijo que no presentaría su candidatura para el próximo mandato. Falta más de medio año para los comicios. Él espera que en este tiempo los partidos consigan preparar una candidatura que satisfaga a todo el pueblo mientras él, como presidente, se mantendrá al margen.
De esta forma, Mubarak todavía tiene varias opciones para actuar aunque lo que dijo es muy importante, que no se presentaría en las próximas elecciones, con sus 82 años. Otra novedad fue la aparición de las multitudes que apoyan a Mubarak lo que no había sucedido en días anteriores. Y no sólo en El Cairo, también en Alejandría y en otras ciudades. Es más, Mubarak dio otro paso, típico no únicamente para Egipto.
Dio orden a la policía de no intervenir y mantenerse al margen. Eso significa que los edificios y la gente se quedaron sin protección alguna. Entonces una parte de los que estaban en la calle salieron a defender sus casas y otra parte se dedicó al saqueo. Esto provocará un caos entre los manifestantes.
- ¿Es decir, los saqueos han alcanzado carácter masivo?
- Los saqueos ya son masivos y se dan incluso en Hurgada. Los saqueadores invadieron a Hurgada y la pasada noche se registraron muchos asaltos a los hoteles, que ya no es un lugar seguro para nuestros turistas.
En Hurgada se encuentran 42 mil rusos, de ellos 8 mil empleados rusoparlantes. 18 mil rusos están en Sharm el-Sheij, y toda esta gente, si las cosas no cambian, muy pronto sentirá la falta de alimentos.
Recientemente el gobierno de la República rusa Bashkortostán envió un avión para evacuar a un grupo de estudiantes que cursan estudios en las universidades de El Cairo. Tuvieron que enviarlo a Hurgada, porque el aeropuerto de El Cairo está bloqueado por completo. Esto es lo que sabemos por ahora.
- Volviendo al inicio de los disturbios en Egipto, ¿qué es lo que fue? No creo en las revueltas populares espontáneas. ¿Había sido preparado, provocado o es que el pueblo realmente había llegado al límite de la paciencia?
- Mi punto de vista es el siguiente. A finales de diciembre de 2010 en Argelia se celebró la conferencia científica “Estados Unidos y los países de África del Norte”. En esa conferencia el secretario adjunto del Departamento de Estado estadounidense José Fernández expuso la nueva estrategia económica estadounidense para los países del Norte de África. Dicha estrategia consiste de dos puntos. El primero brindar ayuda a la juventud de los países en cuestión. Se declaró que EEUU destinará 8 mil millones de dólares para ello. El segundo es la ayuda a las pequeñas y medianas empresas por un monto de 4 o 5 mil millones de dólares. Fue una gran noticia para el Magreb y su juventud, ya que el 60% de los jóvenes de los países de África del Norte está en paro.
En cuanto Fernández se fue la juventud de Argelia se lanzó a las calles. Pero allí el poder es fuerte y en 2 o 3 días la situación se normalizó. Poco después eso mismo ocurrió en Túnez donde los jóvenes desempleados alcanzan un 70%. Las autoridades del país no estaban preparadas para tal viraje y el presidente sin saber que hacer abandonó el país.
Los tunecinos lograron ponerse de acuerdo rápido porque es un estado laico y los partidos tienen suficiente experiencia de trabajo con las masas. Luego fue Egipto donde los disturbios continúan ya una semana. La semejante situación se observa en Yemen aunque este país no forma parte del Magreb, y ahora también en Jordania. A mi juicio, es palpable la intervención estadounidense y creo que es intencionada.
Tras el regreso de Fernández a Washington la misma secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, inició una gira por Oriente Próximo y apoyando a Fernández reprochó a los líderes de los países árabes las altas tasas de desempleo entre la juventud y la práctica ausencia de posibilidades del negocio que había sido aplastado por los oligarcas locales.
La situación en los países en cuestión es, desde luego, muy difícil. Sólo en El Cairo viven 22 millones de personas a los que hay que alimentar y dar trabajo. Y eso que el 90% de la población de la capital egipcia vive en la indigencia. En la época del presidente Nasser (de 1956 a 1970) estas categorías de personas cobraban unas 7 libras mensuales – lo que hoy equivaldría a un dólar – y a partir de entonces esta suma cada vez es más insignificante.
Lo mismo puede decirse sobre Túnez y otros países árabes. Así que estoy seguro de que las razones de lo que está ocurriendo son económicas. Además, muchos líderes de los países árabes han envejecido. Mubarak tiene 82 años, el Rey de Arabia Saudí - 87 años, su hermano y sucesor – 82, el presidente de Yemen lleva 32 años en el poder.
La crisis en el mundo árabe era inminente y yo creo que Estados Unidos se dio cuenta de ello y se lanzaron a salvar los países árabes promitiendo ayuda exclusivamente económica, y no política.
Me parece que la situación es muy complicada y no sólo las personas que salieron a la calles son responsables por ella sino también las fuerzas externas que intentan solucionar a su manera los problemas ajenos. Pero al fin y al cabo estos problemas los tendrán que resolver los pueblos de los países árabes.
- ¿Cree que Estados Unidos ha previsto que al poder pueden llegar los radicales? En Palestina también se intentó organizar unas elecciones democráticas y ganó Hamás. ¿Qué puede suceder en Egipto? ¿Qué se puede esperar del partido de Hermanos Musulmanes?
- Hermanos Musulmanes es un partido islámico liderado por una especie de la vieja guardia que sigue intentando imponer a la gente sus ideas religiosas. Y estos líderes conservadores que están al frente del partido en Egipto son los que perjudican enormemente al islam, porque islam es paz.
Ellos llevan muchos años luchando contra el gobierno egipcio. Pero hay que entender que si el turismo ahora se frena, por ejemplo, en Hurgada, se quedará sin trabajo un 90% de población local que está ocupada en el sector hotelero. Sin embargo, estuve hace dos años en la redacción del periódico Al-Ahram y observé como todos los empleados encabezados por el redactor jefe al mediodía salían a la calle a la oración.
Algo imposible de imaginar hace un tiempo en el periódico de tendencias más democráticas del país. Es decir, Hermanos Musulmanes tienen cierta influencia y pueden tener un líder capaz de ponerse al frente del país. Además, las élites políticas de Egipto han acumulado cierto peso y en ellas hay personas capaces de liderazgo pero no pueden de ninguna manera sustituir a Mubarak. Así que no es el momento de que en Egipto lleguen al poder los teóricos del partido Hermanos Musulmanes y la guerrilla será detenida por el ejército.
Dudo, aunque no se puede descartar del todo, que a Mubarak le suceda un líder que declare Egipto un estado islámico. A pesar de que las tradiciones islámicas se han fortalecido Egipto este país sigue estando muy lejos de plasmar valores religiosos en política. Por eso ahora, en mi opinión, la situación evolucionará tal y como lo propuso Mubarak.
Él mismo dimitirá quedándose en Egipto y anunciando que hasta la elección del nuevo presidente sus funciones las ejercerá el recién nombrado vicepresidente Omar Suleimán.
Suleimán es una figura muy conocida en Egipto, el jefe del Servicio de Inteligencia. Conoce la vida y milagros de todos los líderes de oposición y puede presionar a cada uno de ellos amenazando con la cárcel.
De momento, el ejército se mantiene al margen pero en seguida bloqueó todas las calles.