La aviación y la artillería siria seguían atacando los últimos barrios rebeldes en esta ciudad del norte del país, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Los ataques son intensos y se pueden ver columnas de humo en el cielo de varios sectores, según un corresponsal de la AFP.
"Los bombardeos tienen una intensidad inédita", dijo a la AFP Ibrahim Abu al Leith, portavoz de los Cascos Blancos, socorristas presentes en Alepo. "Las calles están llenas de gente bajo los escombros. Mueren porque no podemos sacarlos de ahí", añadió.
El régimen controla ahora el 85% de los barrios que estaban en manos de los rebeldes antes de la ofensiva lanzada el 15 de noviembre, que ha causado la muerte de más de 400 civiles y la huida de unas 80.000 personas del este de Alepo.
Según el OSDH, cerca de 2.000 civiles abandonaron este sábado los barrios rebeldes con destino a la zona controlada por el ejército.
Por su parte, los rebeldes siguen lanzado cohetes contra los barrios progubernamentales, donde al menos 105 civiles han muerto en más de tres semanas.
Las fuerzas de Bashar al Asad, cuya infantería recibe el apoyo de combatientes iraníes y del Hezbolá libanés, ha ignorado los llamamientos internacionales a un alto el fuego.
Y Rusia, el principal aliado de Damasco, afirmó el viernes que la ofensiva de Alepo seguiría hasta que se marchen todos los rebeldes.
La ONU aseguró, por su parte, que grupos rebeldes y yihadistas impedían que los civiles abandonaran la zona de combates, y se mostró preocupada por la supuesta desaparición de cientos de hombres que entraron en el sector progubernamental.
Los observadores creen que la caída de la ciudad, principal bastión de los rebeldes, es ineluctable y podría marcar un hito en esta guerra que ha dejado más de 300.000 muertos desde 2011.
Entretanto, la comunidad internacional, que ha sido incapaz de encontrar una salida al conflicto entre Damasco y los rebeldes, abordaba este sábado la situación en Alepo.
En París, 10 países occidentales y árabes opuestos al régimen sirio se reunían para abordar la situación humanitaria en el este de Alepo, donde según la ONU permanecen unos 100.000 civiles.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry, que participaba en el encuentro, calificó el conflicto de "peor catástrofe desde la Segunda Guerra Mundial".
Y horas después, tendrá lugar en Ginebra una reunión "técnica" entre expertos rusos y estadounidenses para intentar "salvar Alepo de una destrucción total, absoluta", en palabras de Kerry.
En el encuentro se debatirá un plan en tres fases: "alto el fuego, ayuda humanitaria y salida de la oposición y los civiles de Alepo", según el departamento de Estado norteamericano.
El viernes, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución no vinculante en la que pedía "un cese completo de todos los ataques contra los civiles" en Siria, así como el final de los asedios con "un acceso humanitario rápido, seguro, prolongado, sin obstáculos e incondicional".
La guerra de Siria, desatada por la represión brutal de manifestaciones pacíficas, se ha convertido en un conflicto complejo con el ascenso de grupos yihadistas como el Estado Islámico (EI), y la implicación de fuerzas regionales y potencias internacionales.
Los frentes se han multiplicado en un territorio muy dividido, en el que se enfrentan multitud de beligerantes: el régimen, los yihadistas y los kurdos, apoyados por distintas fuerzas internacionales.
Una coalición internacional dirigida por Estados Unidos bombardea desde 2014 al EI en Siria, sobre todo en Raqa (norte), la capital de facto de los yihadistas.
El sábado, el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, anunció el envío de 200 soldados adicionales a Siria, incluyendo a miembros de las fuerzas especiales, formadores, consejeros y expertos en explosivos.
El nuevo contingente reforzará a los 300 soldados estadounidenses que ya están en Siria para aconsejar a la coalición kurdoárabe que intenta expulsar al EI de Raqa.
Esa coalición, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), anunció el sábado que va a lanzar la "segunda fase" de su ofensiva sobre Raqa, "cuyo objetivo es liberar los territorios" al oeste de la ciudad para aislarla.
Por su parte, el EI, que ha sufrido varias derrotas en Irak y Siria en los últimos meses, lanzó un ataque contra el ejército sirio y volvió a la periferia de la ciudad antigua de Palmira (centro), de donde había sido expulsado en marzo, según el OSDH.
Los ataques son intensos y se pueden ver columnas de humo en el cielo de varios sectores, según un corresponsal de la AFP.
"Los bombardeos tienen una intensidad inédita", dijo a la AFP Ibrahim Abu al Leith, portavoz de los Cascos Blancos, socorristas presentes en Alepo. "Las calles están llenas de gente bajo los escombros. Mueren porque no podemos sacarlos de ahí", añadió.
El régimen controla ahora el 85% de los barrios que estaban en manos de los rebeldes antes de la ofensiva lanzada el 15 de noviembre, que ha causado la muerte de más de 400 civiles y la huida de unas 80.000 personas del este de Alepo.
Según el OSDH, cerca de 2.000 civiles abandonaron este sábado los barrios rebeldes con destino a la zona controlada por el ejército.
Por su parte, los rebeldes siguen lanzado cohetes contra los barrios progubernamentales, donde al menos 105 civiles han muerto en más de tres semanas.
- 'Peor catástrofe' desde 1945 -
Las fuerzas de Bashar al Asad, cuya infantería recibe el apoyo de combatientes iraníes y del Hezbolá libanés, ha ignorado los llamamientos internacionales a un alto el fuego.
Y Rusia, el principal aliado de Damasco, afirmó el viernes que la ofensiva de Alepo seguiría hasta que se marchen todos los rebeldes.
La ONU aseguró, por su parte, que grupos rebeldes y yihadistas impedían que los civiles abandonaran la zona de combates, y se mostró preocupada por la supuesta desaparición de cientos de hombres que entraron en el sector progubernamental.
Los observadores creen que la caída de la ciudad, principal bastión de los rebeldes, es ineluctable y podría marcar un hito en esta guerra que ha dejado más de 300.000 muertos desde 2011.
Entretanto, la comunidad internacional, que ha sido incapaz de encontrar una salida al conflicto entre Damasco y los rebeldes, abordaba este sábado la situación en Alepo.
En París, 10 países occidentales y árabes opuestos al régimen sirio se reunían para abordar la situación humanitaria en el este de Alepo, donde según la ONU permanecen unos 100.000 civiles.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry, que participaba en el encuentro, calificó el conflicto de "peor catástrofe desde la Segunda Guerra Mundial".
Y horas después, tendrá lugar en Ginebra una reunión "técnica" entre expertos rusos y estadounidenses para intentar "salvar Alepo de una destrucción total, absoluta", en palabras de Kerry.
En el encuentro se debatirá un plan en tres fases: "alto el fuego, ayuda humanitaria y salida de la oposición y los civiles de Alepo", según el departamento de Estado norteamericano.
- Más soldados estadounidenses -
El viernes, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución no vinculante en la que pedía "un cese completo de todos los ataques contra los civiles" en Siria, así como el final de los asedios con "un acceso humanitario rápido, seguro, prolongado, sin obstáculos e incondicional".
La guerra de Siria, desatada por la represión brutal de manifestaciones pacíficas, se ha convertido en un conflicto complejo con el ascenso de grupos yihadistas como el Estado Islámico (EI), y la implicación de fuerzas regionales y potencias internacionales.
Los frentes se han multiplicado en un territorio muy dividido, en el que se enfrentan multitud de beligerantes: el régimen, los yihadistas y los kurdos, apoyados por distintas fuerzas internacionales.
Una coalición internacional dirigida por Estados Unidos bombardea desde 2014 al EI en Siria, sobre todo en Raqa (norte), la capital de facto de los yihadistas.
El sábado, el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, anunció el envío de 200 soldados adicionales a Siria, incluyendo a miembros de las fuerzas especiales, formadores, consejeros y expertos en explosivos.
El nuevo contingente reforzará a los 300 soldados estadounidenses que ya están en Siria para aconsejar a la coalición kurdoárabe que intenta expulsar al EI de Raqa.
Esa coalición, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), anunció el sábado que va a lanzar la "segunda fase" de su ofensiva sobre Raqa, "cuyo objetivo es liberar los territorios" al oeste de la ciudad para aislarla.
Por su parte, el EI, que ha sufrido varias derrotas en Irak y Siria en los últimos meses, lanzó un ataque contra el ejército sirio y volvió a la periferia de la ciudad antigua de Palmira (centro), de donde había sido expulsado en marzo, según el OSDH.