Argentina recibirá en los próximos días unos 15.000 millones de dólares que dedicará, en parte, a calmar las turbulencias de su mercado financiero que provocaron desde principios de mayo una depreciación del peso frente al dólar estadounidense y la pérdida de una parte de las reservas de su Banco Central, indicó el organismo internacional en un comunicado.
"La mitad de ese monto (7.500 millones de dólares) se destinará al respaldo presupuestario", agregó el FMI.
El resto del crédito, en tanto, estará disponible para Argentina a lo largo de la duración del acuerdo, cuyo otorgamiento estará "supeditado a exámenes trimestrales" del directorio del FMI.
Para conseguir el crédito, el Gobierno argentino presentó al Fondo Monetario un plan que contempla una reducción de su déficit fiscal y del índice de la inflación.
"Es en ese espíritu de sociedad y cooperación que hemos trabajado juntos: en base a un programa que es de ellos (por Argentina) y que creemos que si es implementado será un éxito”, aseguró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una rueda de prensa en Washington, publicó la agencia de noticias Télam.
Las reformas, según el FMI, le permitirán a Argentina reestablecer "la confianza del mercado mediante un programa macroeconómico coherente que reduce las necesidades de financiamiento, encauza la deuda pública por una trayectoria descendente firme y afianza el plan de reducción de la inflación mediante metas más realistas".
El FMI estableció como condiciones para conceder el crédito, entre otros puntos, una reducción del déficit fiscal, que deberá llegar a cero en 2020, y una baja en la inflación a partir del próximo año y que al culminar 2021 debe ser del 9 por ciento.
El plan, además, pone énfasis en la independencia del Banco Central de Argentina, la principal entidad monetaria del país.
Y también establece que el tipo de cambio de divisas debe ser "flotante" y "determinado por el mercado". Para eso, el Banco Central limitará su intervención cambiaria "a períodos de significativa volatilidad y disfunción de los mercados, y reconstituir las reservas amortiguadoras", indicó Lagarde.
El Fondo Monetario, en tanto, insistió en que el programa económico "incluye medidas para proteger a los segmentos más vulnerables de la sociedad manteniendo el gasto social".
En ese sentido, destacó que si las condiciones sociales desmejoraran, abrirá el "margen para incrementar el gasto en la red de protección social argentina".
Una buena parte de los argentinos expresó en los últimos días en marchas multitudinarias su descontento por la firma del acuerdo entre la administración del presidente, Mauricio Macri, y el FMI.
A esa porción de la población el Fondo Monetario le trae el recuerdo de la peor crisis social y económica que sufrió el país a fines de 2001, cuando tras varios acuerdos de asistencia con el organismo la mitad de los habitantes quedó sumida en la pobreza.
Al respecto, el FMI advirtió que el programa económico de Argentina conlleva "riesgos evidentes", pero consideró que su "implementación decidida" le "permitirá al país aprovechar de lleno su potencial económico y lograr que todos los argentinos gocen de la prosperidad nacional en el futuro".
"La mitad de ese monto (7.500 millones de dólares) se destinará al respaldo presupuestario", agregó el FMI.
El resto del crédito, en tanto, estará disponible para Argentina a lo largo de la duración del acuerdo, cuyo otorgamiento estará "supeditado a exámenes trimestrales" del directorio del FMI.
Para conseguir el crédito, el Gobierno argentino presentó al Fondo Monetario un plan que contempla una reducción de su déficit fiscal y del índice de la inflación.
"Es en ese espíritu de sociedad y cooperación que hemos trabajado juntos: en base a un programa que es de ellos (por Argentina) y que creemos que si es implementado será un éxito”, aseguró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una rueda de prensa en Washington, publicó la agencia de noticias Télam.
Las reformas, según el FMI, le permitirán a Argentina reestablecer "la confianza del mercado mediante un programa macroeconómico coherente que reduce las necesidades de financiamiento, encauza la deuda pública por una trayectoria descendente firme y afianza el plan de reducción de la inflación mediante metas más realistas".
El FMI estableció como condiciones para conceder el crédito, entre otros puntos, una reducción del déficit fiscal, que deberá llegar a cero en 2020, y una baja en la inflación a partir del próximo año y que al culminar 2021 debe ser del 9 por ciento.
El plan, además, pone énfasis en la independencia del Banco Central de Argentina, la principal entidad monetaria del país.
Y también establece que el tipo de cambio de divisas debe ser "flotante" y "determinado por el mercado". Para eso, el Banco Central limitará su intervención cambiaria "a períodos de significativa volatilidad y disfunción de los mercados, y reconstituir las reservas amortiguadoras", indicó Lagarde.
El Fondo Monetario, en tanto, insistió en que el programa económico "incluye medidas para proteger a los segmentos más vulnerables de la sociedad manteniendo el gasto social".
En ese sentido, destacó que si las condiciones sociales desmejoraran, abrirá el "margen para incrementar el gasto en la red de protección social argentina".
Una buena parte de los argentinos expresó en los últimos días en marchas multitudinarias su descontento por la firma del acuerdo entre la administración del presidente, Mauricio Macri, y el FMI.
A esa porción de la población el Fondo Monetario le trae el recuerdo de la peor crisis social y económica que sufrió el país a fines de 2001, cuando tras varios acuerdos de asistencia con el organismo la mitad de los habitantes quedó sumida en la pobreza.
Al respecto, el FMI advirtió que el programa económico de Argentina conlleva "riesgos evidentes", pero consideró que su "implementación decidida" le "permitirá al país aprovechar de lleno su potencial económico y lograr que todos los argentinos gocen de la prosperidad nacional en el futuro".