Soldados turcos
Los servicios secretos (MIT), que se encuentran bajo la autoridad directa del primer ministro, se negaron la semana pasada a responder a las convocatorias de la fiscalía de Estambul respecto a contactos sin precedentes iniciados con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
En conformidad con esta ley adoptada gracias a la abrumadora mayoría de los diputados del Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP, surgido del movimiento islamista), durante una turbulenta sesión, los agentes secretos ya no serán molestados por la justicia debido a su papel en actividades ordenadas por el jefe de gobierno. Esto se aplicará también a las investigaciones judiciales en curso.
La investigación había sido abierta después de que en 2011 se revelaron negociaciones entre agentes del MIT y representantes del PKK en Oslo. La oposición acusó al gobierno de buscar secretamente la paz con los rebeldes kurdos.
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, reconoció la existencia de dichas conversaciones, pero aseguró que eran llevadas a cabo por el Estado, y no por el gobierno. Su viceprimer ministro, Bekir Bozdag, consideró que el MIT no cometió ninguna falta con sus contactos o sus intentos de infiltración.
En conformidad con esta ley adoptada gracias a la abrumadora mayoría de los diputados del Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP, surgido del movimiento islamista), durante una turbulenta sesión, los agentes secretos ya no serán molestados por la justicia debido a su papel en actividades ordenadas por el jefe de gobierno. Esto se aplicará también a las investigaciones judiciales en curso.
La investigación había sido abierta después de que en 2011 se revelaron negociaciones entre agentes del MIT y representantes del PKK en Oslo. La oposición acusó al gobierno de buscar secretamente la paz con los rebeldes kurdos.
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, reconoció la existencia de dichas conversaciones, pero aseguró que eran llevadas a cabo por el Estado, y no por el gobierno. Su viceprimer ministro, Bekir Bozdag, consideró que el MIT no cometió ninguna falta con sus contactos o sus intentos de infiltración.