Los científicos llegaron a esta conclusión tras analizar datos de la sonda Rosetta, que orbita en torno al cometa Churyumov-Gerasimenko, sobre el que se posó el mes pasado el robot Philae de la Agencia Espacial Europea.
"Tenemos que concluir (...) que es más probable que el agua terrestre haya llegado a través de asteroides que de cometas", explicó en una conferencia de prensa Kathrin Altwegg, de la Universidad suiza de Berna y principal autora del estudio publicado el miércoles en la revista estadounidense Science.
Con ayuda de un espectómetro, los investigadores determinaron que la firma atómica de las moléculas de agua del cometa es muy diferente a la del agua que hay en la Tierra.
Los científicos midieron la proporción entre el deuterio, un isótopo de hidrógeno, y el hidrógeno, que forma el agua en contacto con el oxígeno.
"Esta proporción de deuterio respecto al hidrógeno (en las moléculas de agua del cometa Churyumov) es probablemente la más elevada de todos los cuerpos del Sistema Solar" y representa tres veces más que la de la Tierra, destacó la profesora Altwegg.
En cambio, el agua hallada en asteroides tiene una proporción deuterio/hidrógeno mucho más similar a la del agua terrestre.
Los cometas son ricos en agua, pero éste no es el caso de los asteroides. Algunos incluso están totalmente desprovistos de ella.
Sin embargo, según explicó a la AFP Francis Rocard, encargado del programa Rosetta del centro de estudios espaciales estadounidense, hasta ahora se han censado más asteroides (650.000) que cometas (4.000).
"A mi juicio, este resultado de Rosetta no cambia las cosas, pero sí las complejiza un poco más de lo que se pensaba al reforzar la hipótesis de los asteroides" como fuente de agua terrestre.