Imagen del film Accidentes peligrosos.
Entre literatura y fantasía, rodada toda en blanco y negro en Buenos Aires, la cuarta película de Andrizzi, firmada esta vez con Lindeen, narra en casi una hora nueve extrañas historias de muerte y cambio a través de la voz de la conocida actriz Cristina Banegas.
"Somos dos directores con la pasión por la lectura y que queremos ser escritores", confesó Andrizzi tras la proyección del filme en la prestigiosa sección Horizontes del festival veneciano.
Para el autor de "En el futuro", la cinta que le permitió participar y ganar en Venecia en el 2010, "Accidentes gloriosos" se inspira en esos accidentes, algunos brutales y otros mágicos, que terminan por cambiarle la vida a los afectados.
Dramáticos choques en automóvil, complejas operaciones quirúrgicas, descubrimiento de cartas de amor, juegos en parques de diversiones y recuerdos infantiles forman parte del universo onírico de los dos directores, que mezclan imágenes curiosas con narraciones literarias de la voz en off.
"Este cine está conectado con la literatura y es muy personal", admite el joven cineasta argentino, nacido en 1980 como su colega Lindeen.
"Damos al público la posibilidad de crear con la mente su propia historia, algo que al final es muy divertido", reconoció por su parte el realizador danés, formado en el Instituto de Arte Dramático de Estocolmo.
Relatos particulares sobre agujeros sin fondo, el transplante a un hombre del corazón de una mujer, los recuerdos de las visitas de niño al zoológico, son descritos a través de efectos visuales simples, casi ingenuos, con hombres que vuelan, ojos escondidos dentro de los árboles y dibujos en carboncillo.
Para la productora ejecutiva del filme, Tine Fisher, se trató de una experiencia "particular" de trabajo colectivo, con dos directores que no se conocían hasta dos semanas antes del rodaje.
"Marcus es como todo escandinavo un obsesivo. Mauro es un suramericano", resumió la productora.
La película fue financiada por el Festival de Cine de Copenhague, Dinamarca, que invitó a Andrizzi a participar en un laboratorio creativo dentro de un proyecto de cooperación internacional.
"Cada historia es una especie de cuento corto. La imagen está acompañada por un texto en off muy literario y está armada con un esquema coral casi de novela más que de cine. En ella conviven animales, autos chocados, un personaje que vuela y un explorador inglés", explicó el realizador argentino.
La película compite por el "Premio Orizzonti" con otra argentina, de Edgardo Cozarinsky, autor de "Nocturnos".
En total seis títulos y dos coproducciones argentinas participan en las distintas secciones del festival, entre ellos "Que vivan las antípodas" del renombrado documentalista ruso Viktor Kossakovsky, presentada fuera de concurso, y la elogiada "El campo", de Hernán Belón, con Leo Sbaraglia y Dolores Fonzi, en la Semana de la Crítica.
En la sección paralela la Jornada de Autores fueron seleccionadas "Otros silencios", de Santiago Amigorena y "Tierra sublevada", de Fernando Solanas.
Así como las coproducciones "Historias que sólo existen cuando las recuerdas", de la brasileña Julia Murat y "El Mundial olvidado" de los italianos Lorenzo Garzella y Filippo Marcelloni sobre el mundial de fútbol jugado en 1942 en la Patagonia.
"Somos dos directores con la pasión por la lectura y que queremos ser escritores", confesó Andrizzi tras la proyección del filme en la prestigiosa sección Horizontes del festival veneciano.
Para el autor de "En el futuro", la cinta que le permitió participar y ganar en Venecia en el 2010, "Accidentes gloriosos" se inspira en esos accidentes, algunos brutales y otros mágicos, que terminan por cambiarle la vida a los afectados.
Dramáticos choques en automóvil, complejas operaciones quirúrgicas, descubrimiento de cartas de amor, juegos en parques de diversiones y recuerdos infantiles forman parte del universo onírico de los dos directores, que mezclan imágenes curiosas con narraciones literarias de la voz en off.
"Este cine está conectado con la literatura y es muy personal", admite el joven cineasta argentino, nacido en 1980 como su colega Lindeen.
"Damos al público la posibilidad de crear con la mente su propia historia, algo que al final es muy divertido", reconoció por su parte el realizador danés, formado en el Instituto de Arte Dramático de Estocolmo.
Relatos particulares sobre agujeros sin fondo, el transplante a un hombre del corazón de una mujer, los recuerdos de las visitas de niño al zoológico, son descritos a través de efectos visuales simples, casi ingenuos, con hombres que vuelan, ojos escondidos dentro de los árboles y dibujos en carboncillo.
Para la productora ejecutiva del filme, Tine Fisher, se trató de una experiencia "particular" de trabajo colectivo, con dos directores que no se conocían hasta dos semanas antes del rodaje.
"Marcus es como todo escandinavo un obsesivo. Mauro es un suramericano", resumió la productora.
La película fue financiada por el Festival de Cine de Copenhague, Dinamarca, que invitó a Andrizzi a participar en un laboratorio creativo dentro de un proyecto de cooperación internacional.
"Cada historia es una especie de cuento corto. La imagen está acompañada por un texto en off muy literario y está armada con un esquema coral casi de novela más que de cine. En ella conviven animales, autos chocados, un personaje que vuela y un explorador inglés", explicó el realizador argentino.
La película compite por el "Premio Orizzonti" con otra argentina, de Edgardo Cozarinsky, autor de "Nocturnos".
En total seis títulos y dos coproducciones argentinas participan en las distintas secciones del festival, entre ellos "Que vivan las antípodas" del renombrado documentalista ruso Viktor Kossakovsky, presentada fuera de concurso, y la elogiada "El campo", de Hernán Belón, con Leo Sbaraglia y Dolores Fonzi, en la Semana de la Crítica.
En la sección paralela la Jornada de Autores fueron seleccionadas "Otros silencios", de Santiago Amigorena y "Tierra sublevada", de Fernando Solanas.
Así como las coproducciones "Historias que sólo existen cuando las recuerdas", de la brasileña Julia Murat y "El Mundial olvidado" de los italianos Lorenzo Garzella y Filippo Marcelloni sobre el mundial de fútbol jugado en 1942 en la Patagonia.