No es que el núcleo de hierro de nuestro planeta se haya calentado más, sino que la técnica usada para calcular este dato previamente era deficiente, dijeron los investigadores en la revista Science.
Nuevas técnicas han permitido a los expertos en la European Synchrotron Radiation Facility (ESRF, Instalación Europea de Radiación Sincrotrón) establecer que la temperatura cerca del centro de la Tierra es de 6.000 grados centígrados (10.832 grados Fahrenheit), es decir, unos 1.000 grados centígrados más caliente que lo determinado en un experimento realizado por investigadores alemanes en 1993.
Los expertos están analizando el núcleo de la Tierra, donde las temperaturas extremas y las presiones generan un centro duro de hierro sólido, mientras que el hierro que lo rodea a temperaturas más bajas, unos 4.000 grados centígrados, se mantiene en estado líquido.
"Hemos desarrollado una nueva técnica en la cual un intenso haz de rayos X del sincrotrón puede sondear una muestra y deducir si es sólida, líquida o parcialmente fundida en apenas un segundo, en un proceso conocido como difracción", dijo Mohamed Mezouar, del ESRF.
"Y es lo suficientemente rápido como para mantener la temperatura y la presión constantes, y al mismo tiempo, evitar cualquier reacción química", agregó.
Se cree que la técnica de rayos X es superior a la técnica óptica utilizada por el alemán Reinhard Boehler, que registró un resultado unos 1.000 grados más frío basado en la observación de recristalización, que fue interpretada como fusión.
"Estas mediciones confirman modelos geofísicos según los cuales la diferencia de temperatura entre el núcleo sólido y la capa que lo rodea debe tener al menos 1.500 grados para explicar porqué la Tierra tiene un campo magnético", concluyó el equipo francés.
Nuevas técnicas han permitido a los expertos en la European Synchrotron Radiation Facility (ESRF, Instalación Europea de Radiación Sincrotrón) establecer que la temperatura cerca del centro de la Tierra es de 6.000 grados centígrados (10.832 grados Fahrenheit), es decir, unos 1.000 grados centígrados más caliente que lo determinado en un experimento realizado por investigadores alemanes en 1993.
Los expertos están analizando el núcleo de la Tierra, donde las temperaturas extremas y las presiones generan un centro duro de hierro sólido, mientras que el hierro que lo rodea a temperaturas más bajas, unos 4.000 grados centígrados, se mantiene en estado líquido.
"Hemos desarrollado una nueva técnica en la cual un intenso haz de rayos X del sincrotrón puede sondear una muestra y deducir si es sólida, líquida o parcialmente fundida en apenas un segundo, en un proceso conocido como difracción", dijo Mohamed Mezouar, del ESRF.
"Y es lo suficientemente rápido como para mantener la temperatura y la presión constantes, y al mismo tiempo, evitar cualquier reacción química", agregó.
Se cree que la técnica de rayos X es superior a la técnica óptica utilizada por el alemán Reinhard Boehler, que registró un resultado unos 1.000 grados más frío basado en la observación de recristalización, que fue interpretada como fusión.
"Estas mediciones confirman modelos geofísicos según los cuales la diferencia de temperatura entre el núcleo sólido y la capa que lo rodea debe tener al menos 1.500 grados para explicar porqué la Tierra tiene un campo magnético", concluyó el equipo francés.