En el centro se encuentra la figura de José Manuel Villarejo, un comisario jubilado detenido en noviembre por organización criminal, cohecho y blanqueo. En concreto, Villarejo es sospechoso de haber espiado durante años a empresarios, políticos y periodistas para reunir información comprometida y venderla o extorsionarlos.
Los investigadores que detuvieron al ex policía se incautaron de audios, videos y documentos recopilados durante 25 años. Pero, mientras se analizaba aún su veracidad y los datos que contienen, a mediados de julio llegaron a la prensa unas grabaciones que apuntan contra la cima del Estado: el rey emérito Juan Carlos I.
"Dinamita informativa", las consideró el diario "El País", que vio en los audios "la última bala de plata" de Villarejo para salvarse. La periodista Pilar Urbano, experta en monarquía y autora de varios libros sobre Juan Carlos, sostuvo que las filtraciones colocan al rey emérito en "el momento más incierto de su vida".
En las grabaciones se escucha supuestamente a Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una princesa alemana bien conocida en la prensa como "amiga íntima" de Juan Carlos I, atribuyendo varias irregularidades al hoy rey emérito.
La mujer asegura que Juan Carlos pagó comisiones ilegales, la usó de testaferro y puso a nombre de un primo una cuenta en Suiza, todo ello en parte mientras era aún jefe de Estado antes de abdicar en 2014 a favor de su hijo, el actual rey Felipe VI.
En cuanto salieron a la luz los audios, la princesa de 53 años denunció en un comunicado "una campaña de descrédito" contra su figura y aseguró haber actuado "siempre correctamente". "No puedo permitir ser utilizada en un conflicto que no me atañe”, se defendió. Pero en ningún momento negó la autenticidad de las grabaciones.
Corinna recibió el título de princesa por estar casada de 2000 a 2005 con el príncipe Casimiro zu Sayn-Wittgenstein. Un año después de la ruptura comenzó una relación privilegiada con Juan Carlos, hoy de 80 años, que se mantuvo sobre todo hasta 2012.
Las grabaciones fueron tomadas sin permiso por Villarejo años más tarde, al parecer en 2015, en una conversación con la princesa y Juan Villalonga, ex director ejecutivo de Telefónica.
Más allá de los detalles íntimos y polémicos que incluyen y a falta de que se confirme su veracidad, las acusaciones que vierten sobre el rey emérito y la posibilidad de que un ex policía como Villarejo pueda sacudir desde prisión las máximas instancias del Estado desataron una tormenta política en España.
Varios partidos de izquierda y nacionalistas registraron hoy en el Congreso una petición para crear una comisión investigadora que aclare y depure responsabilidades por "una actividad delictiva realizada durante años bajo el manto de la impunidad que la Constitución ofrece a su Jefe de Estado".
Antes de esa solicitud, el jefe de los servicios de Inteligencia españoles (CNI), Félix Sanz Roldán, había pedido ya comparecer a puerta cerrada ante otra comisión del Congreso para informar sobre el caso. Lo hará este miércoles.
El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, pidió escuchar primero su versión antes de dar nuevos pasos: "Esperaremos a saber cuáles son las declaraciones que va a hacer el director del CNI y a partir de ahí actuaremos".
Entre tanto, el juez de la Audiencia Nacional a cargo del "caso Villarejo" abrió una pieza separada para investigar las grabaciones entre el comisario y la princesa, según fuentes judiciales citadas en la prensa. En un primer paso, citó al propio Villarejo este jueves para preguntarle por las cintas.
Lo más inquietante, coinciden prensa y políticos, es que nadie sabe qué otras cartas esconde Villarejo.
Juan Carlos I podrá saber en qué medida es real o falso lo que salió a la luz este mes, escribió Urbano en el diario "El Español". "Lo que ignora es dónde oculta Villarejo su arsenal de pendrives con pistas sonoras, y cuándo lanzará otra descarga de metralla letal".
Los investigadores que detuvieron al ex policía se incautaron de audios, videos y documentos recopilados durante 25 años. Pero, mientras se analizaba aún su veracidad y los datos que contienen, a mediados de julio llegaron a la prensa unas grabaciones que apuntan contra la cima del Estado: el rey emérito Juan Carlos I.
"Dinamita informativa", las consideró el diario "El País", que vio en los audios "la última bala de plata" de Villarejo para salvarse. La periodista Pilar Urbano, experta en monarquía y autora de varios libros sobre Juan Carlos, sostuvo que las filtraciones colocan al rey emérito en "el momento más incierto de su vida".
En las grabaciones se escucha supuestamente a Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una princesa alemana bien conocida en la prensa como "amiga íntima" de Juan Carlos I, atribuyendo varias irregularidades al hoy rey emérito.
La mujer asegura que Juan Carlos pagó comisiones ilegales, la usó de testaferro y puso a nombre de un primo una cuenta en Suiza, todo ello en parte mientras era aún jefe de Estado antes de abdicar en 2014 a favor de su hijo, el actual rey Felipe VI.
En cuanto salieron a la luz los audios, la princesa de 53 años denunció en un comunicado "una campaña de descrédito" contra su figura y aseguró haber actuado "siempre correctamente". "No puedo permitir ser utilizada en un conflicto que no me atañe”, se defendió. Pero en ningún momento negó la autenticidad de las grabaciones.
Corinna recibió el título de princesa por estar casada de 2000 a 2005 con el príncipe Casimiro zu Sayn-Wittgenstein. Un año después de la ruptura comenzó una relación privilegiada con Juan Carlos, hoy de 80 años, que se mantuvo sobre todo hasta 2012.
Las grabaciones fueron tomadas sin permiso por Villarejo años más tarde, al parecer en 2015, en una conversación con la princesa y Juan Villalonga, ex director ejecutivo de Telefónica.
Más allá de los detalles íntimos y polémicos que incluyen y a falta de que se confirme su veracidad, las acusaciones que vierten sobre el rey emérito y la posibilidad de que un ex policía como Villarejo pueda sacudir desde prisión las máximas instancias del Estado desataron una tormenta política en España.
Varios partidos de izquierda y nacionalistas registraron hoy en el Congreso una petición para crear una comisión investigadora que aclare y depure responsabilidades por "una actividad delictiva realizada durante años bajo el manto de la impunidad que la Constitución ofrece a su Jefe de Estado".
Antes de esa solicitud, el jefe de los servicios de Inteligencia españoles (CNI), Félix Sanz Roldán, había pedido ya comparecer a puerta cerrada ante otra comisión del Congreso para informar sobre el caso. Lo hará este miércoles.
El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, pidió escuchar primero su versión antes de dar nuevos pasos: "Esperaremos a saber cuáles son las declaraciones que va a hacer el director del CNI y a partir de ahí actuaremos".
Entre tanto, el juez de la Audiencia Nacional a cargo del "caso Villarejo" abrió una pieza separada para investigar las grabaciones entre el comisario y la princesa, según fuentes judiciales citadas en la prensa. En un primer paso, citó al propio Villarejo este jueves para preguntarle por las cintas.
Lo más inquietante, coinciden prensa y políticos, es que nadie sabe qué otras cartas esconde Villarejo.
Juan Carlos I podrá saber en qué medida es real o falso lo que salió a la luz este mes, escribió Urbano en el diario "El Español". "Lo que ignora es dónde oculta Villarejo su arsenal de pendrives con pistas sonoras, y cuándo lanzará otra descarga de metralla letal".