Alain Platel
"Uno de los temas principales de este espectáculo es la tensión entre el individuo y la masa, el deseo de las personas de pertenecer a un grupo y al mismo tiempo de no perder su individualidad", explicó Platel el martes en el Teatro Real de Madrid, donde el espectáculo verá la luz el 12 de marzo.
La idea surgió hace cinco años entre Platel y Gerard Mortier que, tras haber dirigido la Ópera de París, encabeza desde 2010 el teatro lírico madrileño.
Entonces no imaginaban el estallido de la crisis financiera ni el vuelco que podía dar el mundo impulsado por movimientos de masas como "los indignados" y las revueltas que terminaron con las dictaduras de Túnez, Egipto, Libia y Yemen, y se enfrentan al régimen sirio.
"Con todo lo que pasa en el mundo, con la caída de Lehman Brothers, con la revuelta árabe, con los grandes valores que cambian, pensamos que debíamos concentrarnos en un tema de nuestro tiempo", explica Mortier.
"El mayor desafío fue el de no caer en el panfletismo", agrega Platel, que en septiembre presentó en Chile "Fuera de contexto", ballet dedicado a su amiga Pina Bausch, fallecida en 2009.
El resultado es un espectáculo inclasificable y altamente emocional.
"Toda la música que se utiliza es de ópera", pero "C(h)oeurs" -un juego entre las palabras francesas "choeurs" (coros) y "coeurs" (corazones)- "supera lo que la gente normalmente entiende como ópera", advierte Mortier.
Lejos de lo habitual, el coro del Teatro Real se convierte en protagonista y se funde con audacia a los actores-bailarines de la compañía de Platel, en un contraste nada habitual de óperas de Verdi y Wagner interpretadas por la orquesta sinfónica de Madrid bajo la batuta del francés Marc Piollet.
"La transición entre Verdi y Wagner en un principio no es fácil", advierte Piollet, que buscó durante dos años las obras apropiadas para tan innovador proyecto y que, sin querer desvelar sorpresas, advierte que el desafío se salvó con una solución "fuertemente emotiva".
El espectáculo "comienza con 'Dies irae' de Verdi, que es probablemente la música más violenta que podíamos encontrar para abrir y termina con preludios del primer acto de La Traviata, que es probablemente la música más íntima de la ópera de Verdi", señala.
"Entre los dos, tienen todo el abismo emocional que una persona es capaz de llenar", agrega, advirtiendo que algunos de los fragmentos, como los elegidos de 'Lohengrin' de Wagner, "son tan fuertes que pueden resultar peligrosos".
Mortier y Platel reconocen que el proyecto no habría sido posible sin la audacia de los 72 componentes del coro madrileño.
"No existe en Europa un coro no sólo de igual calidad, sino y sobre todo dispuesto a hacer un tamaño esfuerzo", afirma Mortier.
"El coro se ve enfrentado a ideas extrañas y a unos bailarines muy peculiares", afirma Platel.
Ante sus audaces propuestas coreográficas y escenográficas algunos de los cantantes "se vieron sorprendidos y atónitos pero no asustados de probar cosas nuevas", agrega.
El coreógrafo belga, conocido por su abstracción y un estilo que él mismo califica de "muy físico", advierte que nadie busque reconocer en este espectáculo las tramas de Verdi y Wagner.
"Lo importante es la emoción pura que siente el público a partir de la música", coincide Piollet.
En cartel en Madrid hasta el 26 de marzo, "C(h)oeurs" emprenderá en junio una gira que lo llevará a festivales en Amsterdam, Brujas y la ciudad alemana de Ludwigsburger. También se presentará en 2013 en Edimburgo y Bruselas y en 2014 en la Ópera de Viena.
La idea surgió hace cinco años entre Platel y Gerard Mortier que, tras haber dirigido la Ópera de París, encabeza desde 2010 el teatro lírico madrileño.
Entonces no imaginaban el estallido de la crisis financiera ni el vuelco que podía dar el mundo impulsado por movimientos de masas como "los indignados" y las revueltas que terminaron con las dictaduras de Túnez, Egipto, Libia y Yemen, y se enfrentan al régimen sirio.
"Con todo lo que pasa en el mundo, con la caída de Lehman Brothers, con la revuelta árabe, con los grandes valores que cambian, pensamos que debíamos concentrarnos en un tema de nuestro tiempo", explica Mortier.
"El mayor desafío fue el de no caer en el panfletismo", agrega Platel, que en septiembre presentó en Chile "Fuera de contexto", ballet dedicado a su amiga Pina Bausch, fallecida en 2009.
El resultado es un espectáculo inclasificable y altamente emocional.
"Toda la música que se utiliza es de ópera", pero "C(h)oeurs" -un juego entre las palabras francesas "choeurs" (coros) y "coeurs" (corazones)- "supera lo que la gente normalmente entiende como ópera", advierte Mortier.
Lejos de lo habitual, el coro del Teatro Real se convierte en protagonista y se funde con audacia a los actores-bailarines de la compañía de Platel, en un contraste nada habitual de óperas de Verdi y Wagner interpretadas por la orquesta sinfónica de Madrid bajo la batuta del francés Marc Piollet.
"La transición entre Verdi y Wagner en un principio no es fácil", advierte Piollet, que buscó durante dos años las obras apropiadas para tan innovador proyecto y que, sin querer desvelar sorpresas, advierte que el desafío se salvó con una solución "fuertemente emotiva".
El espectáculo "comienza con 'Dies irae' de Verdi, que es probablemente la música más violenta que podíamos encontrar para abrir y termina con preludios del primer acto de La Traviata, que es probablemente la música más íntima de la ópera de Verdi", señala.
"Entre los dos, tienen todo el abismo emocional que una persona es capaz de llenar", agrega, advirtiendo que algunos de los fragmentos, como los elegidos de 'Lohengrin' de Wagner, "son tan fuertes que pueden resultar peligrosos".
Mortier y Platel reconocen que el proyecto no habría sido posible sin la audacia de los 72 componentes del coro madrileño.
"No existe en Europa un coro no sólo de igual calidad, sino y sobre todo dispuesto a hacer un tamaño esfuerzo", afirma Mortier.
"El coro se ve enfrentado a ideas extrañas y a unos bailarines muy peculiares", afirma Platel.
Ante sus audaces propuestas coreográficas y escenográficas algunos de los cantantes "se vieron sorprendidos y atónitos pero no asustados de probar cosas nuevas", agrega.
El coreógrafo belga, conocido por su abstracción y un estilo que él mismo califica de "muy físico", advierte que nadie busque reconocer en este espectáculo las tramas de Verdi y Wagner.
"Lo importante es la emoción pura que siente el público a partir de la música", coincide Piollet.
En cartel en Madrid hasta el 26 de marzo, "C(h)oeurs" emprenderá en junio una gira que lo llevará a festivales en Amsterdam, Brujas y la ciudad alemana de Ludwigsburger. También se presentará en 2013 en Edimburgo y Bruselas y en 2014 en la Ópera de Viena.