El duro mensaje del Arzobispo de La Plata al Gobierno, con una frase de Perón


“No queremos la paz que le dice a los pobres que sigan esperando”. ¿A quien le habla el arzobispo platense Víctor “Tucho” Fernandez cuando, según su homilía, remite a la vana tensión social de la espera? Sus palabras fueron en la Catedral, ante la primera línea de secretarios generales de gremios de Provincia; plantea la postura institucional de la Iglesia con el gobierno y obliga a un delicado equilibrio político de María Eugenia Vidal.



El arzobispo de La Plata Víctor Fernández
El arzobispo de La Plata Víctor Fernández
La gobernadora acaba de reunirse con los obispos de casi todas las diócesis bonaerenses. Acordaron avanzar en programas de contención social con Caritas. Fernández estaba entre la comitiva. Se devuelven gestos con la Gobernación: Vidal militó contra la legalización del aborto, incluso desde la misma Catedral, y alineó en ello al gabinete. Fue después de su visita al Vaticano para hablar con el Papa Francisco. Aún con esa devota pertenencia a la feligresía, Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Pastoral Social, le había cuestionado, en junio, que integraba una gestión sin “sensibilidad social”. De hecho, Lugones no estuvo en la reunión de los obispos de Buenos Aires con Vidal. Y, ahora, Fernández pronuncia que al gobierno “parece que no le interesa el díalogo”.

El destinatario es Mauricio Macri, en el peor momento de las relaciones entre Ejecutivo nacional y la jerarquía eclesiástica. Antiguas cuitas entre el actual presidente y Francisco, cuando era Jorge Bergoglio, estimuladas después con la habilitación del debate del aborto y sostenida ahora por imperio de una crisis financiera-económica que provoca desbarrancos en los niveles de pobreza (en el Conurbano la desocupación escaló al 12% de la población activa). Y, como anticipa Ricardo Roa en su columna “Nueva Grieta entre verdes y celestes”, a propósito de la oposición de la Iglesia a la aplicación de la Ley de Educación Sexual en las escuelas -lleva 12 años de riesgoso invernadero- y transforma en mayor rigidez las relaciones. En simultáneo, la Presidencia inicio esta semana una campaña de utilización del preservativo. Sólo este mínimo asomo de campaña de salud pública enerva el espíritu eclesiástico. Con ese panorama de alta exposición, resulta improbable que Vidal mantenga su órbita, a resguardo político. Un dato: entre los presentes en la misa de “Tucho” Fernández estaban Roberto Baradel (Suteba) y Oscar De Isasi (ATE Provincia), los dos dirigentes sindicales más enfrentados con la administración provincial. Hace cinco días, De Isasi quedó procesado por el delito de “coacción” e “incitación a la violencia colectiva” por la toma del ministerio de Economía, en el marco del conflicto de Astilleros Río Santiago con el gobierno de Vidal. El obispo platense intermedió y decidió cuál es su lugar en la pelea.
 
El viernes, varios conceptos del arzobispo fueron intercalados entre el púlpito y la rueda de prensa. Entre ellos, una vaporosa evocación histórica: "La única verdad es la realidad", (de Juan Perón).
 
  • “No queremos la falsa paz que le dice a los pobres que sigan esperando, que confíen en recetas inseguras. A esa paz no la queremos porque somos personas, somos pueblo y no nos resigamos”.
  • “Todavía no hemos advertido toda la gravedad que tiene la situación social del país”. Hay gente que ya no llega al 30 de cada mes y otros ven que se les hace cada vez más largo ese mes”.
  • “Los que tienen recursos saben siempre como zafar. El que tiene plata compra dólar cuando está barato y lo vende cuando está caro”.
  • “Algunos interesados apuestan a dividirnos a los que defendemos los derechos sociales. No caigamos en esa trampa”. Hace pocas semanas, el Episcopado de la Pastoral Social se pronunció, a través de un comunicado, por la liberación de Juan Grabois (CTEP), quien había sido aprehendido durante una protesta de manteros en la Ciudad Autónoma.
  • Al Papa le preocupa “el clima social de la Argentina. Siempre le preocupa porque sabe que la guerra termina perjudicando siempre a los últimos, que son los que más sufren”.
  • “Dice el Papa: hay que aceptar el conflicto, hay que sufrirlo y después resolverlo y convertirlo en el eslabón de un nuevo proceso. Salir por arriba y construir algo nuevo, superador. Si no nos descuidamos y la realidad se nos escapa de las manos. Y la única verdad es la realidad”.
Sábado, 6 de Octubre 2018
Clarín, Argentina
           


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