La 105º edición de esta tradicional cita veraniega empezará exactamente una semana después del primer ataque en suelo alemán reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El atentado, cometido por un joven refugiado afgano en Wurzburgo (sur), a 150 km de Bayreuth, ha obligado a reforzar la seguridad.
Y el ataque del viernes en Múnich, a 260 km de Bayreuth, donde un germano-iraní mató a nueve personas antes de suicidarse, llevó a incrementar la vigilancia.
El presidente de Baviera, Horst Seehofer, anunció este sábado la cancelación de la ceremonia de apertura, por respeto a las víctimas de los ataques y a sus familiares.
Tradicionalmente, en la gala de inauguración están presentes la flor y nata de Alemania, incluyendo la canciller Angela Merkel. Pero, debido a una agenda muy cargada, Merkel no estará este año.
La mítica "Colina Verde", donde Wagner (1813-1883) construyó su ópera, está sometida a estrictas medidas de seguridad desde que iniciaron los ensayos en junio.
Está prohibido entrar a las salas y vestuarios con bolsas y los festivaleros deben tener con ellos siempre un documento de identidad con foto. Todo esto a causa de la última producción de "Parsifal", que está programada en apertura el lunes y que algunos anuncian como provocadora.
Nadie la ha visto aún, pero según rumores retomados por los medios de comunicación -aunque totalmente desmentidos por el director, el alemán Uwe Eric Laufenberg-, podría ser percibida como una crítica al islam.
Según los rumores, las "doncellas flor", que en la epopeya medieval seducen a los caballeros del Graal para que éstos se pierdan, llevarán burqas.
En el Festival se montarán, hasta el 28 de agosto, unos 30 espectáculos del repertorio wagneriano, como "Tristán e Isolda" o "El ocaso de los Dioses".
- 'Absurdas' -
Para algunos asiduos del ritual wagneriano, las medidas de seguridad extremas afectarán el ambiente en el Festspielhaus, el palacio de festivales construido según los deseos del maestro.
Algunos supuestos conocedores sugieren incluso que esas medidas provocaron la renuncia en junio del director de orquesta Andris Nelsons, que debía dirigir "Parsifal".
El tenor alemán Klaus Florian Vogt, que tiene el papel principal, fue interrogado por agentes de seguridad durante las repeticiones porque llevaba un uniforme militar. Pero ese uniforme era parte de su atuendo para el espectáculo...
Nelsons publicó un comunicado en el que denunció un ambiente nocivo y Laufenberg criticó medidas "totalmente idiotas" y "absurdas".
Pero a Bayreuth se lo conoce también por sus luchas internas entre descendientes del compositor alemán.
Se murmura que la renuncia de Nelsons, que tomará la dirección de la Orquesta de Gewandhaus de Leipzig (este) y de la Orquesta Sinfónica de Boston, se debe también a las repetidas interferencias del director musical del festival, el alemán Christian Thielemann.
El año pasado ya hubo rumores de que Thielemann apartó del espectáculo a una cantante por su proximidad con el ruso Kirill Petrenko, gran rival del alemán a quien le arrebató el año pasado el codiciado puesto de director de la Filarmónica de Berlín.
Los rumores sobre el nuevo "Parsifal" han alborotado también a la tranquila localidad bávara. En un principio era Jonathan Meese quien debía montar esta ópera. Pero el chico terrible del arte contemporáneo alemán, novicio en ópera, fue remplazado por haberse excedido en los gastos.
Laufenberg, que cuenta con gran experiencia en este ámbito, fue nombrado para remplazarlo.