El cantante dijo a una audiencia de 3.000 personas en el Teatro Beacon la noche del sábado, que estaba contento de volver a Nueva York, donde se había instalado en 1979 para explorar la vida artística de la ciudad antes de lanzar su carrera musical en casa.
En un momento Bruel se puso una chaqueta de cuero para pavonearse con tres bailarines de hip-hop, a quienes según dijo conoció horas antes en Nueva York, mientras rapeaba parte de "Alors regarde", título de una canción de su álbum de 1989, que es el cuarto con mayor ventas en la historia de Francia.
El músico de 55 años tocó una guitarra acústica e interpretó en inglés "Can't Help Falling in Love" de Elvis Presley.
Con un tono más político, Bruel urgió a la audiencia de mayoría francesa a tomarse en serio su canción "Lequel de nous", en la que invita a las personas a verse "unas a otras como lo opuesto a una amenaza".
Una pantalla mostró imágenes de rivales históricos juntos, incluyendo el famoso apretón de manos entre Yaser Arafat y Yitzhak Rabin en la Casa Blanca en 1993.
Bruel, quien es judío y ha rechazado llamados a boicotear Israel, es siempre cuestionado sobre su punto de vista acerca del conflicto israelopalestino.
El cantante se describe a sí mismo como pacifista y es crítico con la extrema derecha francesa.