La policía en el lugar donde un sospechoso falleció tras saltarse un control en la localidad de Sant Just Desvern.
Lo ocurrido con el Ford Focus y su ocupante abrió un interrogante ya horas después de que una furgoneta arrollara a más de 120 personas en Las Ramblas de Barcelona, una de las calles más transitadas de la ciudad, y sigue sin aclararse tres días después del ataque.
"Cuando estemos en condiciones de tener esa información lo diremos, pero en este momento no podemos acreditar que el vehículo viniese del atentado de Barcelona", dijo hoy el jefe de la Policía regional de Cataluña, Josep Lluís Trapero.
Con España estremecida por las noticias que llegaban de Barcelona y por la tormenta de datos en parte contradictorios en redes sociales, la Policía informó la tarde del jueves que un coche se había saltado un control policial y atropellado a dos agentes antes de ser ubicado en otra parte de la ciudad.
La conclusión parecía obvia: uno de los terroristas de Las Ramblas había intentado escapar en el coche y, al dar con un control policial de salida de Barcelona, había querido evitarlo para terminar abatido por los agentes. Pero la situación dio pronto un giro inesperado.
Los Mossos d'Esquadra, la Policía regional de Cataluña, sorprendieron la misma noche del jueves al asegurar que el cadáver correspondía a un español sin antecedentes y que ni su muerte ni el coche tenían relación alguna con los ataques.
El caso vivió luego otro vuelco cuando la forense que revisó el cadáver descubrió que el ocupante del vehículo no había muerto por heridas de bala, pese a que los agentes le habían disparado, sino apuñalado.
Se planteó así la hipótesis principal, aunque todavía no confirmada: uno de los terroristas, acaso el autor material del atropello en Las Ramblas, secuestró el coche para escapar e hirió de muerte a su propietario. Y al dar con el control pudo sortearlo para luego abandonar el vehículo con el cuerpo de su dueño dentro.
Diversos medios españoles ofrecieron hoy perfiles sobre el presunto ocupante fallecido, que pasaría a ser la víctima número 15 de los atentados si se confirma que fue asesinado por un terrorista.
Se trata al parecer de un ingeniero de 34 años, amante del fútbol y muy conocido en Vilafranca del Penedès, unos 60 kilómetros al oeste de Barcelona. "Una persona totalmente afable, simpática, que nunca levantaba la voz. Estar con él era siempre alegría", dijeron sus amigos en la televisión local TV3.
Soltero y sin hijos, era conocido también por un carácter inquieto y solidario. Había vivido en Francia y en Argentina y trabajado de cooperante, por ejemplo en Haití. "De allí volvió sin nada, lo regaló todo", dijo una prima al diario "El Mundo". "Ni siquiera traía maleta".
La familia no entiende qué hacía el joven en Barcelona, lo que abre un nuevo interrogante incluso aceptando la hipótesis del robo: ¿en qué momento, en qué lugar y por parte de quién fue secuestrado el coche y asesinado su dueño?
Trapero, jefe de los Mossos, ofreció hoy un nuevo detalle que apoyaría la hipótesis del robo y vincularía definitivamente el cuerpo a los atentados: la Policía tiene un testimonio que dice haber visto a alguien huyendo del coche, lo que "tendría sentido", y está investigando "en profundidad" el suceso.
El jefe policial confirmó que, si se confirma de forma definitiva que el dueño del coche fue asesinado, pasará a contabilizar como víctima de los atentados. Por el momento, sin embargo, sigue siendo una de las tantas piezas que quedan por ubicar en el rompecabezas del ataque.
"Cuando estemos en condiciones de tener esa información lo diremos, pero en este momento no podemos acreditar que el vehículo viniese del atentado de Barcelona", dijo hoy el jefe de la Policía regional de Cataluña, Josep Lluís Trapero.
Con España estremecida por las noticias que llegaban de Barcelona y por la tormenta de datos en parte contradictorios en redes sociales, la Policía informó la tarde del jueves que un coche se había saltado un control policial y atropellado a dos agentes antes de ser ubicado en otra parte de la ciudad.
La conclusión parecía obvia: uno de los terroristas de Las Ramblas había intentado escapar en el coche y, al dar con un control policial de salida de Barcelona, había querido evitarlo para terminar abatido por los agentes. Pero la situación dio pronto un giro inesperado.
Los Mossos d'Esquadra, la Policía regional de Cataluña, sorprendieron la misma noche del jueves al asegurar que el cadáver correspondía a un español sin antecedentes y que ni su muerte ni el coche tenían relación alguna con los ataques.
El caso vivió luego otro vuelco cuando la forense que revisó el cadáver descubrió que el ocupante del vehículo no había muerto por heridas de bala, pese a que los agentes le habían disparado, sino apuñalado.
Se planteó así la hipótesis principal, aunque todavía no confirmada: uno de los terroristas, acaso el autor material del atropello en Las Ramblas, secuestró el coche para escapar e hirió de muerte a su propietario. Y al dar con el control pudo sortearlo para luego abandonar el vehículo con el cuerpo de su dueño dentro.
Diversos medios españoles ofrecieron hoy perfiles sobre el presunto ocupante fallecido, que pasaría a ser la víctima número 15 de los atentados si se confirma que fue asesinado por un terrorista.
Se trata al parecer de un ingeniero de 34 años, amante del fútbol y muy conocido en Vilafranca del Penedès, unos 60 kilómetros al oeste de Barcelona. "Una persona totalmente afable, simpática, que nunca levantaba la voz. Estar con él era siempre alegría", dijeron sus amigos en la televisión local TV3.
Soltero y sin hijos, era conocido también por un carácter inquieto y solidario. Había vivido en Francia y en Argentina y trabajado de cooperante, por ejemplo en Haití. "De allí volvió sin nada, lo regaló todo", dijo una prima al diario "El Mundo". "Ni siquiera traía maleta".
La familia no entiende qué hacía el joven en Barcelona, lo que abre un nuevo interrogante incluso aceptando la hipótesis del robo: ¿en qué momento, en qué lugar y por parte de quién fue secuestrado el coche y asesinado su dueño?
Trapero, jefe de los Mossos, ofreció hoy un nuevo detalle que apoyaría la hipótesis del robo y vincularía definitivamente el cuerpo a los atentados: la Policía tiene un testimonio que dice haber visto a alguien huyendo del coche, lo que "tendría sentido", y está investigando "en profundidad" el suceso.
El jefe policial confirmó que, si se confirma de forma definitiva que el dueño del coche fue asesinado, pasará a contabilizar como víctima de los atentados. Por el momento, sin embargo, sigue siendo una de las tantas piezas que quedan por ubicar en el rompecabezas del ataque.